VOCABULARIO DEL BIERZO-1 El Vocabulario del Bierzo, de Verardo García Rey, es mucho más que un mero vocabulario, es toda una antología de costumbres bercianas, un compendio histórico, geográfico y sociológico, cuya consecuencia natural, o la más importante de ellas, es la forma en la que se expresa el pueblo, con matices que se entroncan con el lugar de donde procede cada vocablo y con las distintas variantes de cada expresión. En la encrucijada lingüística que hoy vive el Bierzo, o parte de él, el tronco y la raíz quizá está en el vocabulario empleado por una mayoría de la gente que está formado y nutrido por las lenguas y las hablas propia y circundantes, es decir, por el castellano, el gallego, el portugués, el bable y los diversos dialectos o variantes dialectales que unos y otros emplean. Como decía Gonzalo de Berceo “Quiero fer una prosa en román paladino, en quel suele el pueblo fablar a su vecino...” Al penetrar en las tierras de León, hacia el occidente, se van sucediendo diversas comarcas, cada una con sus costumbres y tradiciones y, también con vocabulario propio, distinto en cada una, con las analogías y fuentes comunes lógicas y naturales. En el costado noroccidental se encuentra el Bierzo. Tras la dominación romana y después de diversos avatares más o menos sangrientos entre los suevos, establecidos en Galicia, y los godos, que libraron en el año 456 una gran batalla en Astúrica Augusta, la actual Astorga, la zona del Bierzo quedó fuera de los caminos estratégicos, hasta el punto que el Conde Gatón1, pariente de Ordoño I, pudo repoblar Astorga con gentes oriundas del Bierzo. Esto ocurría hacia la segunda mitad del siglo IX. La vida activa, la proyección exterior de la región se retoma con el inicio, el crecimiento y el auge de las peregrinaciones compostelanas, con el Camino de Santiago atravesando la provincia de principio a fin. Desde siempre, pero especialmente en la época actual, el constante trasiego de peregrinos, procedentes de los más recónditos lugares de España y de la Europa Occidental, amén de otros lugares del mundo, ha dejado su impronta en el ya de por sí hospitalario carácter del berciano, abierto a la comunicación y al diálogo, aportando matices sociales al diario quehacer, desde el diálogo comercial para la venta de un bastón hasta la degustación de un orujo en una plácida sobremesa al pie de un roble centenario. Una parte, quizá no tan importante, pero con un claro significado, del vocabulario actual del Bierzo, puede tener su origen en una conversación mantenida por un Choiñas con un peregrino polaco a su paso por Ruitelán. En resumen geográfico, el Bierzo pertenece, lingüísticamente hablando, por un lado a la Castilla superior y por otro a la Galicia inferior, con una invisible línea de transición en el meridiano de Ponferrada. En el habla berciana intervienen el castellano, de forma decisiva y muy acentuada; el bable, de vida lánguida, y el asturiano, es decir, lo que se habla hoy en Asturias, con amplia participación del bable, no sólo en el vocabulario sino en la gramática y en la sintaxis; y el gallego, en el que también ocurre lo que en cualquier otra lengua, o sea que gallego no hay sólo uno, entero y diferenciado, también varía de unas regiones a otras y entre las diferentes culturas (basta con escuchar hablar en supuesto gallego académico a muchos políticos actuales) y tipos de educación recibida; el gallego que se habla en la zona fronteriza con el Bierzo es básicamente el típico de las montañas del sur de Lugo, fundamentalmente la Sierra del Cebrero, desde Piedrafita hasta Triacastela. Se puede decir que la frontera entre las influencias castellana y gallega en cuanto al habla berciana, tomando como referencia al insigne filólogo del castellano Menéndez Pidal, debe situarse entre las cuencas de los ríos Cúa y Sil. Ciertamente, subiendo en dirección norte-noroeste, hasta la línea marcada por la cuenca del río Sil, no se encuentran vestigios del primitivo galaico lucense que, muy castellanizado, es del dominio común al norte de dicha línea. Desde Ponferrada, o más aún desde Villafranca del Bierzo, hasta el límite de la provincia de Lugo, Pedrafita do Cebreiro, se encuentran las más enraizadas expresiones del gallego castellanizado, o del castellano galleguizado. |