VOCABULARIO DEL BIERZO VERARDO GARCÍA REY Perdidos por los entresijos de la Historia de todos los pueblos pueden encontrarse, rastreando bien, héroes anónimos que dieron la vida por tal o cual ideal, pensadores que ilustraron a sus conciudadanos y les orientaron en sus decisiones y poetas, geógrafos y otros varios cientos de activistas que entretuvieron, solazaron y mejoraron el nivel, material y espiritual de la vida sobre este planeta; de la inmensa mayoría de todos ellos no queda ningún vestigio; sólamente unos pocos encuentran cobijo en las páginas perdidas de algún legajo, y eso si su vida discurrió en el curso de hace no muchos siglos. Otros, hombres y mujeres, sabios y polifacéticos, desarrollaron sus actividades y expandieron sus saberes en tiempos relativamente recientes y ya han caído, injustamente, en el olvido. Cierto que la enorme aportación actual de datos, cifras y biografías de la ciencia y , sobre todo, de la técnica hace poco viable el estudio y menos aún el recuerdo. Sano es pues el ejercicio de escarbar un poco en el pasado reciente y descubrir que mucho de nuestro interés actual, ya fue objeto de investigación y de estudio por otros y que una parte importante de los avances y descubrimientos no son, o no son del todo genuinos, pues ya antes habían sido definidos o explorados. Un ejemplo vivo, no muy válido aquí por su enorme magnitud lo representan Albert Einstein y su Teoría de la relatividad, aún no terminada ni comprendida. Pero no pretendemos picar tan alto. Hay otros muchos ejemplos, más sencillos, tratando temas menos universales, como el problema del bilingüismo en el Bierzo. Gallego, con un buen trozo de su corazón instalado en los campos bercianos, Verardo García Rey murió de lo que entonces se llamaba una apoplejía el día 6 de enero, los Reyes de Oriente fueron en ese año poco misericordiosos con él, del año de 1931, en medio de la calle Real de Molinaseca, donde vivía en razón de su matrimonio con la señora Elena Prada, natural de aquel bello paraje. García Rey destacó en muchos campos del saber a los que se entregó con gran tesón y esfuerzo. Fue profesor de la Academia Militar de Toledo y escritor, miembro de la Real Academia de la Historia, de la Real Sociedad Geográfica de Galicia y de la Academia Gallega. Fecundo autor de obras de historia, de geografía, de viajes y de arte, temas que exploró primero en el ámbito de Toledo para luego, en su plenitud, dedicar sus afanes al Bierzo. Son obras suyas “La arquitectura ojival y la catedral de Toledo; “Sobre el origen del río Esla”; “Errores geográficos y conjeturas históricas” y otras muchas muy variadas. Por su trabajo “La regencia de Cisneros y el principio de la autoridad” le fue concedido en 1918 el premio del Presidente de la República de Cuba. Ya en el ámbito leonés, a su trabajo geográfico “La Cabrera” le fue concedido el primer premio en un certamen literario convocado con motivo del noveno centenario del Fuero de León, fue una obra muy querida por el autor y se publicó en 1926. Finalmente, su obra aparentemente póstuma, cuyo manuscrito dejó en perfectas condiciones para su edición, que se produjo en 1934, en el “Archivo de Tradiciones Populares” del Centro de Estudios Históricos, con fondos aportados por un grupo de españoles residentes en Puerto Rico, es el “Vocabulario del Bierzo”, reeditado en edición facsímil en 1979 por Editorial Nebrija. |