San Juan de Mozarrifar - Zaragoza

Chunta Aragonesista ya advirtió que el objetivo verdadero de la “Operación abastecimiento a Barcelona” orquestada por los gobiernos catalán y español era un trasvase permanente del Ebro a la Ciudad Condal. Ahora, la lluvia lo ha puesto al descubierto. Las “necesidades de agua de boca para 5,5 millones de habitantes” no eran sino la excusa perfecta para conseguir el trasvase definitivo Ebro-Barcelona que no pudieron hacer en 1973. Por eso, aceleradamente, apostaron por la obra de 180 millones de euros (casi 30.000 millones de pesetas). ¿Quién podía creer que para una situación temporal de apenas unos meses, quizá semanas, se hiciera semejante gasto? En Aragón, desde luego, sólo el tándem Iglesias-Biel, que o bien pecaron de ingenuos o bien, lo que es más grave, fueron cómplices de este desatino desde el principio, uno siguiendo instrucciones del PSOE y el otro por lealtad interesada.
Las supuestas necesidades de "consumo doméstico" ascendían a 3,6 Hm3 ( y no a 50 hm3, que es a lo que autoriza este trasvase). Pero la lluvia ha puesto todo el montaje en evidencia, tras acumularse en las últimas semanas más del doble de las reservas que se pretendían trasvasar merced al Real Decreto Ley 3/2008. Según su exposición de motivos, las circunstancias de extraordinaria necesidad se cifraban en un déficit de 3,9 hm3/mes por nueve meses. En total, 35,1 Hm3.
Ahora que ha desaparecido la “emergencia” invocada, resulta que Espinosa y Montilla siguen defendiendo la construcción de la tubería permanente de 62 kilómetros. ¿Es posible más cinismo y desvergüenza? La lluvia clarificadora les ha dejado con sus miserias al aire. Y con ellos al Gobierno Aragonés, que ha sido comparsa y cooperador necesario para que el Ministerio “de Cuarto” Ambiente y la Agencia Catalana del Agua pudieran perpetrar este atraco a la cuenca del Ebro.
Según Iglesias, ningún jurista sensato puede afirmar que esto sea un trasvase (menos mal que son muchos los “insensatos” que lo afirman, entre ellos una institución tan cualificada como la del Justicia de Aragón, en un impecable informe). Por el contrario, ahora podemos afirmar que nadie en su sano juicio (salvo que sea un ingenuo o un ignorante) puede creer en la temporalidad y excepcionalidad de este trasvase.
Pero, dando por buena por un instante la tesis de Iglesias de que esto no es un trasvase porque no hay nuevas afecciones para el Ebro, ¿a cuento de qué viene ahora luchar contra lo que se haga en las Cuencas Internas de Cataluña? ¿Acaso intervendrán los gobiernos gallego o extremeño en esto? No, porque no les afecta. Si Aragón lo hace es, obviamente, porque los caudales salen del Ebro y, por tanto, nos afecta directamente, como sabe el Gobierno de Aragón.
Y porque es un trasvase en toda regla, nos manifestamos más de 25.000 personas en Amposta el pasado día 18. Entre ellos, más de 2.000 aragoneses, en muy buena parte de la mano de CHA, única fuerza política que secundó masivamente esa movilización. Y porque afecta de forma incuestionable al Ebro, se movilizó como nunca el Baix Ebre catalán, en contra también de su propio gobierno.
Aún están a tiempo de rectificar unos y otros. El Gobierno español derogando de forma inmediata el Real Decreto, y el aragonés recurriendo ante la jurisdicción contencioso-administrativa todos los actos jurídicos dictados por el Estado o la Generalitat en virtud del mismo y en particular la adjudicación de las obras o las expropiaciones, además del recurso de inconstitucionalidad.
Si no es así, no quedará más remedio que convocar movilizaciones sociales, aunque sean en medio de la Expo 2008.