San Juan de Mozarrifar - Zaragoza

Ayer había previstas dos comparecencias del Presidente Iglesias, una sobre Gran Scala y otra por el trasvase del Ebro. Dos conclusiones principales pueden sacarse de ambas: con Gran Scala van a seguir adelante y con el trasvase han tragado. Este Gobierno ha agotado ya toda su credibilidad y, sobre todo, ha agotado definitivamente la escasa confianza que Chunta Aragonesista pudiera haber tenido alguna vez en él.

En el debate sobre Gran Scala lo más destacado ha sido la ausencia del presidente Marcelino Iglesias. El PP había solicitado su comparecencia, pero él ha delegado en el consejero de Industria, Comercio y Turismo, Arturo Aliaga. Y ni siquiera ha estado presente mientras hablábamos los grupos de la oposición: ha llegado al hemiciclo cuando ya tocaba intervenir a los portavoces de PAR y PSOE. ¡Qué falta de respeto!

Tan significativa ha sido esta ausencia como el hecho de que no haya intervenido en su nombre el Vicepresidente Biel, que fue el que presentó el proyecto en la cámara el 13 de diciembre, justo un día después de la firma del protocolo de colaboración con los promotores en la Sala de la Corona del Pignatelli. Iglesias intenta hacer ver que Gran Scala no va con él y que es cosa de sus socios del PAR, (aunque hoy el Consejero Aliaga, secundado por el portavoz del PAR, insistía en que el Gobierno “trabaja en equipo”), y Biel, que ha sido el defensor número uno del “proyecto más importante desde Fernando el Católico”, prefiere pasar a un segundo plano… por si acaso.

Respecto a la comparecencia en sí de Aliaga, éste se ha limitado a ratificar la intención del Gobierno de “avanzar en la línea de que el proyecto se instale en Aragón”, de modificar normativa si es necesario y de seguir asistiendo a los promotores en la gestión de los terrenos. Ni una palabra para confirmar o desmentir las dudas acerca de la oscura trayectoria y dudosa solvencia de los promotores de Gran Scala que están apareciendo en los medios de comunicación.

En la comparecencia solicitada sobre el trasvase del Ebro a Barcelona, que sí ha tenido a bien atender él mismo, ha sido curioso comprobar cómo el Presidente Iglesias llevaba la lección bien aprendida y siguiendo la terminología empleada en su día por la Vicepresidenta Fernández de la Vega, se ha referido siempre al trasvase como “conducción” (“conducción de recursos”, “conducción hacia Barcelona”, “conducción que prolonga el minitrasvase a Tarragona”, “conducción a las cuencas internas de Cataluña”), y ha insistido en su emergencia, provisionalidad y caducidad.

El Presidente también ha afirmado que, aunque todavía no dispone de los informes que deben ayudar al Gobierno de Aragón a decidir si lo es o no, esta conducción, “jurídica y técnicamente, no es un trasvase” (¿en qué se basa si aún no tiene los informes?). Es curioso que ahora para el PSOE esta conducción hasta Barcelona no es un trasvase del Ebro, pero sí que lo era en 2001, cuando el PP lo planteaba dentro de su Plan Hidrológico Nacional. El PSOE, en su enmienda a la totalidad del PHN presentó un apartado para derogar lo que entonces denominaban “Trasvase Ebro-Cuencas Interiores de Cataluña”.