San Juan de Mozarrifar - Zaragoza

¿Os acordáis de que, en la reciente campaña electoral, desde CHA insistíamos mucho en la amenaza del trasvase del Ebro? Tertulianos y columnistas decían que exagerábamos, que el trasvase era ya imposible, que el PP no tenía ninguna posibilidad… ¿Os acordáis de que, desde CHA, citábamos la larga nómina de trasvasistas que existe en las filas del PSOE? Se nos respondía que el PSOE derogó el trasvase del Ebro y que nadie dudara de la posición antitrasvasista de los socialistas, que sus sacrificios les costaba en el Levante…

Pues bien, poco han tardado. A los pocos días de cerrarse las urnas, se ha puesto en marcha un nuevo proyecto de trasvase desde la cuenca del Ebro. Y lo promueve un gobierno autonómico del PSOE. No del PP. Se trata de la Generalitat de Cataluña, que quiere trasvasar aguas del Segre a Barcelona, rompiendo la unidad de cuenca. Paradójicamente la izquierda catalana, el tripartito PSC-ERC-ICV, el que había sido el mejor aliado de Aragón en la lucha contra el trasvase del Ebro a la Comunidad Valenciana, Murcia y Almería, de repente contradice toda su política hidrológica y se convierte en trasvasista. Ahora sí valen en Cataluña los argumentos que no valían en Valencia: trasladar el agua “sobrante” de una cuenca a otra donde hay necesidades (en este caso, de agua de boca). Semejante giro copernicano puede tener terribles consecuencias: desestabiliza la posición antitrasvasista del Gobierno Zapatero, rearma de argumentos al PP (como ya lo hizo la extravagante propuesta de Biel en Valencia en precampaña) y pone a Aragón a la defensiva.

Sí, ya sé que Narbona ha rechazado ese trasvase, pero ¿quién será el nuevo Ministro de Medio Ambiente? ¿Por qué va el PSOE a verse obligado ahora a defender el Ebro si precisamente se convirtió en antitrasvasista empujado por el PSC? (No es que niegue la intención antitrasvasista del PSOE aragonés en el año 2000, es que reconoceréis que cuenta con muchísimo menos peso en Madrid que el PSC).

A algunos les sorprende la tibieza de Marcelino Iglesias en este asunto. Parece decir que tiene obligación de rechazar este trasvase porque se lo exige el Estatuto aragonés. Como si él no tuviera especial interés en rechazarlo. Como si no quisiera enemistarse con su amigo Montilla. En fin… parece que tendremos primavera caliente. Que nadie se distraiga.