Bardallur - Zaragoza

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Durante todo el día Bardayork estuvo en máxima alerta. Algunos habitantes ya habían tomado posiciones. En concreto en los pasadizos, en cuyo interior lady Cotil había llevado a cabo un extraordinario trabajo de limpieza y reconstrucción. Además el resto de vecinos permanecieron todo el día sin alejarse cada uno de su puesto asignado. A través de uno de esos pasadizos los ancianos y los niños habían sido desalojados del castillo. Uno a uno fueron conducidos a la enorme casa del administrador, situada junto a la escuela. La operación fue llevada a cabo con gran sigilo y paciencia. Debían aprovechar los momentos en que los soldados enemigos se alejaban de esa parte del barranco.
Algunos de los vecinos más mayores se resistieron a permanecer escondidos durante la batalla. Sir Lorens fue uno de los que más oposición ejerció. No soportaba la idea de no participar en la batalla en la que se decidiría la suerte de su amado pueblo. Poco a poco, su esposa, Josephine, consiguió persuadirlo. Aunque él al fin cedió, lo hizo más por no disgustar a su querida esposa que por estar convencido. No garantizaba poder aguantar todo el combate “escondido como un cobarde”. Aunque ya fuera mayor, mantenía íntegro su valor y su sentido de la justicia.
Aquella misma noche Einyel de Spar y Alex Carpenter, montaban guardia tumbados sobre uno de los tejados de Down Street. Durante las anteriores madrugadas, habían estado trabajando duro, trasladando el armamento sigilosamente a los tejados de las dos calles principales. Ambos jóvenes estaban en la edad en que uno se ve capaz de comerse el mundo. Hablaban sobre las mozas del pueblo, fantaseaban sobre sus futuras gestas y se mostraban ansiosos por ver en persona el nuevo tipo de arma sobre el que algunos mercaderes les habían hablado. Un arma capaz de matar a varios hombres a la vez. Se morían de ganas por conocer ese extraordinario material: la pólvora. Los dos se quedaron en silencio. Einyel guardaba un gran secreto, una gran sorpresa para su amigo. Pero debía esperar; no quería que Alex sospechara nada. Frente a ellos aparecía un firmamento de primeros de agosto; precioso, limpio y plagado de estrellas. Era lo más cerca del cielo que podía estar uno.
Al otro lado del camino, en la oscuridad, se adivinaban vagamente las tiendas del ejército enemigo. No alcanzaban a escuchar las voces del campamento, pero de cuando en cuando, iluminadas por las hogueras repartidas entre las tiendas, podían verse las siluetas en movimiento de algunos soldados.
De repente el silencio y la tranquilidad de la noche se vieron rotos por una repentina agitación. Varios soldados acudieron a una de las tiendas principales del campamento enemigo. Pasados apenas dos minutos, salieron transportando en una camilla un orondo cuerpo que montaron en un carro. De inmediato el carruaje con una pequeña escolta tomó el camino de Barbowls y se perdió en la oscuridad.
Einyel y Alex corrieron entre las casas hacia el castillo. Capapew los recibió de inmediato. En torno a él se encontraban los miembros del foro. “Bien, esto parece que funciona –dijo el conde – Con total seguridad, esa persona del carro era el cardenal. Frikistone habrá ejecutado una de sus sucias jugadas para quitarse de en medio al delegado de la corona. El cardenal no es tonto. Seguro que habría preferido no viajar en su estado, pero es el único medio de salvar su vida. Si permanece bajo los cuidados de Frikistone y su esposa, no durará más de un par de días”.
Lady Ventolera tomó la palabra: “o sea que ese malnacido ya no tiene ningún impedimento para atacar; y desde luego no permitirá que pase el tiempo suficiente para que llegue el relevo del cardenal.”

“Confiemos en que Frikistone, al ver tan fácil la victoria, use la estrategia más fácil y lógica. Dijo Bakein. Atacarán por las tres entradas del pueblo, vendrá más gente por Mayor Street que por el molino y el cruce de Plasence. Y tratarán de tomar cuanto antes el castillo del conde”.
Por última vez se repasaron las funciones de cada uno. Bakein esperaría al enemigo en la subida del cementerio. Birchin y Ventolera organizarían los movimientos en el castillo. Se habían convertido en verdaderas estrategas, gracias en parte a las lecciones de Bakein en estos días y también por su afición a los tratados de guerra, que devoraban igual que cualquier otro tipo de lectura que cayera en sus manos. Smith Riau estaría por los patios de las casas ayudando a preparar los carros. Pul Garet y Karma de Premierleague coordinarían las acciones en la calle baja, mientras que Einyel de Spar y Zack Wenn harían lo propio en Major street, siguiendo las órdenes e indicaciones que les había dado Bakein.
Capapew se apartó para conversar con lady Birchin. El conde, con gesto reflexivo dijo: “No hay marcha atrás. He pensado que, cuando todo esto acabe, debería sentar la cabeza y formar una familia.” Lady Birchin quedó impactada y, tras sobreponerse murmuró “deben ser los nervios de la batalla. Por vuestro bien, conde, voy a hacer que no he oído nada. ¡Capapew, planteándose el matrimonio, nadie me creería si lo contara!
El conde de Frikistone estaba exultante. Las cosas no podrían haber salido mejor. Más adelante contaría que tras morir el conde la gente del pueblo entró en pánico y trato de atacarles para escapar. Como muestra presentaría la cabeza de Odelot, su hombre de confianza más valioso, asesinado y decapitado por los habitantes de Bardayork.
Frikistone tuvo una noche agitada, soñó primero con mozas exóticas, pero sus dulces sueños pronto se convirtieron en pesadillas. Seres de otro tiempo o de mas alla del fin del mundo le asediaban.De repente vio una inmensa luz que se venía hacia el y lo lanzaba con fuerza extraordinaria al vacío. Más tarde tuvo un sueño mucho más agradable para él, los miembros del foro, cada uno en un carro, atados a un madero y siendo dirigidos hacia una hogura preparada para la ocasión.
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Era la madrugada del 15 de agosto de 1409. El sol se asomó por entre los montes que miraban hacia el pueblo. Poco a poco fue iluminando los campos hasta que alcanzó las casas de Bardayork. En ese momento una paloma salió volando de entre unos manzanos y se dirigió hacia una de las casas del pueblo. Minutos más tarde, Emanuel Poch hizo sonar el cuerno que anunciaba el ataque enemigo.

Si en estos momentos llegan a dar un bando me da un infarto.Cada vez mas emocionante.

Soy Carmencita.
mucha mierda! que eres un artista!
Un besico

thanks another week Zack -wenn un besico desde Capital city ^^

NO ENTIENDO MUY BIEN TUS RELATOS, POR FAVOR SE UN POCO MAS CLARO

¿Te refieres al relato de ZAGUEÑO? porque yo de las que no entiendo ni torta son los de PK2 y JUAN SIN TIERRA. con mi corta inteligencia natural no llego a las artifiiales ni de coña. PERO SUERTE PARA ELLOS TAMBIEN CON LA CIENCIA FICCIÓN. UN BESICO PARA TODOS.

Zagueño: gracias una entrega más, un besico y hasta la póxima.

Gracia otra vez como tantas por esta nueva entrega.
Un Saludo Barbacana.

De nuevo gracias a vosotros por vuestro apoyo. Tomad posiciones!!!
Birchin, you´re welcome. I appreciate your support and your good mood. Thank you for being so nice.