El Conde III (hoy con el dominical) III Sir Bakein ascendió rápidamente por unos de los pequeños barrancos que rodeaban el pueblo y entró en una de las cuevas gritando: “Rápido, Zack, suelta las palomas de Lady Ventolera. Ella y su hija, lady Birchin deben estar aquí a media noche. El conde nos ha convocado. Nos veremos entonces.” Sin esperar respuesta Bart Bakein salió raudo de la cueva para avisar a los demás miembros del Foro. Zack Wenn liberó a las dos palomas, que se lanzaron al vacío en dirección a Pin-Seck. En esta población lady Ventolera poseía, por concesión real, una posta encargada del Servicio Postal de Su Majestad. Su bella y valiente hija era quien en realidad se hallaba al frente del negocio. Zack Wenn pertenecía al Foro pese a su juventud y humilde origen. El había heredado el puesto de su padre, también muy humilde, pero cuya serenidad y sensatez habían llevado al anterior conde a contar con él en el Foro. El apuesto joven se encargaba de las cuadras del conde y, por su común afición a los caballos, era amigo personal de Capapew. BaKein se dirigió a la cantina para hablar con sir Just de Beefeter, quería saber que reservas de agua tenía el propietario de la posada. Tras la barra solo encontró a lady Ambar y su hija Audi. Ambas le explicaron que lo que es agua no solían tener, ya que nadie consumía y solo tenían el aljibe a menos de su cuarta parte. Bakein se arreó un chupito y salió corriendo. …………………………………………………………………………………………………………………………………………….. Entre tanto, el duque de Frikistone se encontraba en su castillo, presto a emprender la marcha con su ejército hacia el oeste, hacia Bardayork. Frikistone era un ser cruel, juerguista, testarudo y sobre todo……malo, muy malo. Su mujer, lady Caty, excepto por su radiante belleza; tres cuartas partes del conde. Los ciudadanos de Frikistone temían a su señor y temblaban con sólo escuchar su malvada risa. Sus exageradas carcajadas eran siempre fruto de alguna cruel ocurrencia del duque y no presagiaban nada bueno. Nadie se atrevía a contradecirle ni a hablar mal sobre él. Si alguien osaba irritarlo, ya conocía su destino. Las torturas eran una de las grandes aficiones del Señor de Frikistone. El ducado de Frikistone limitaba al oeste con el condado de Bardayork, al este con Pin-Seck, al norte con Opeltown y al sur con La Muela D.C. Las tierras del duque se encontraban en un terreno árido, incapaz de producir nada más allá de escuálidos arbustos y secas matas de romero y tomillo. Sin embargo poseía minas de alabastro y plata, lo cual hacía del ducado uno de los territorios más ricos del país. Pese a sus minas, Frikistone sentía una envidia enfermiza por el condado de Bardayork; por su magnífica huerta y sus rica campiña, cuyos frutales, verduras y cereales eran apreciados en toda la nación. Frikistone pretendía extender sus fronteras hasta Xalon River y aumentar así sus riquezas y posesiones. Para ello debía anexionar Bardayork a su territorio y eso era exactamente lo que iba a hacer. El hombre de confianza de Frikistone era White Odelot. Este personaje era extranjero y había venido a estas tierras para trabajar en una obra de canalización de aguas, precisamente en Bardayork. Se trataba de conducir el agua del manantial a la nueva fuente ubicada en la plaza principal del pueblo. Mientras él estuvo trabajando en el pueblo, su mujer, Carajil, trabajó como bailarina exótica en la posada de sir Beefeter. Al poco tiempo Odelot fue desterrado del pueblo por sustraer productos de la huerta. Desde entonces Odelot juró que se vengaría de todos los habitantes de Bardayork y por ello se unió al ejército del conde.
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