Muelas de los Caballeros - Zamora

Al señor Rubianes se le ha ido la lengua diez pueblos

“A ver si les explotan los huevos” El hecho de que el señor Rubianes reclame tanto mal para los españoles, entre los que sin embargo se encuentra (Se llama Pepe), no pasa de ser un deseo sin efecto práctico alguno. En cuanto a los insultos (“la puta España” etc)... Bueno, cuesta tan poco ser mal educado. De todos modos, y aunque a mí no me enerva ningún sentimiento patriotero, sé que soy español, por pura evidencia y aplastante lógica. Por lo tanto, supongo que debería sentirme ofendido, pero la verdad es que el señor Rubianes no ha conseguido ni esto. Y en última instancia, a mí no me importa que siga cagándose en quien quiera. La lengua es suya, la suciedad que sale de ella también y un señor grosero no conseguirá que su odio y su demagogia reboten en mí y se trasladen después a los catalanes, a los que, por cierto, perjudica enormemente con su batería de palabras soeces. Sé, no obstante, que hay gente que se siente ofendida y que estas actitudes, de las que últimamente abundan en un sentido y en otro, no facilitan nada la convivencia, que es algo a lo que tenemos que exponernos cada día.

Dicho esto, añado: lo que no se puede aguantar es que diga que los extremeños viven de los catalanes, lo mismo que no se puede aguantar que otros digan que los actores viven del pesebre. Porque ambas afirmaciones son injustas e inexactas. Yo no haría denuncias al CAC, comité con el que yo no estoy de acuerdo, ya que es un embozo de la libertad de expresión, sino que le pediría al señor Rubianes que demuestre con datos que lo que dice es así. Pero que tenga en cuenta que la solidaridad no es una cuestión de beneficencia, sino de justicia. Lo que usted ha hecho en realidad, señor Rubianes, es acusar a los pobres de vivir a cuenta de los ricos. Y usted debe saber que, lejos de semejante consideración, yo tiendo a pensar más bien al contrario: que los pobres, con su esfuerzo, sus renuncias y sus nóminas ajustadas, son los que, a su pesar, posibilitan la existencia de los ricos, con sus patrimonios, sus placeres, su poder de sometimiento, su libertad casi infinita, sus ingresos descomunales. ¿Sabe usted que lo que gana el Presidente de la Generalitat o cualquiera de sus consellers, es diez o quince veces más que lo que cobra un jornalero de Extremadura? ¿Quién vive de quién? La situación de ricos y pobres, que se entiende tan bien cuando nos referimos a las personas físicas, tendemos a disimularla cuando nos referimos a los territorios, como acaba de hacer usted. El rico es Cataluña, señor Rubianes, y el pobre Extremadura. No ha podido elegir usted mejor el ejemplo.

Desgraciadamente, en Extremadura no ha habido suficiente trabajo y los extremeños, con muchísimo dolor, lo han tenido que ir a buscar. Lo han encontrado en Cataluña, a la que han ayudado a enriquecerse y a prosperar, entre otras cosas para que los altos cargos puedan tener esos sueldos y esos patrimonios y esos privilegios y esos coches y esos chóferes. Los trabajadores extremeños se han conformado con sus nóminas, más bien bajas ¿Y encima quiere usted darles el carácter de beneficencia? No, señor, los sueldos son una cuestión de justicia. Y habría que añadir que la justicia se queda muy corta, que la proporción entre unos y otros es desmesurada, que tenían que ganar más los de abajo en detrimento de los de arriba, que en Cataluña es especialmente escandalosa la diferencia. Infórmese usted de lo que ganan unos y otros. Hable usted con los taxistas, por ejemplo, pregúnteles cuánto ganan y dígales a continuación lo que ganan los consellers y los altos cargos de la Generalitad. Dígaselo, hombre, y luego pregúntele por su procedencia, la del taxista. Y si acaso es extremeño, que bien podría ser, dígale usted a la cara que, a pesar de trabajar 12 horas al día, en realidad está viviendo a costa de los catalanes. Explíqueselo bien, hombre, si se atreve. Y mírele usted a los ojos.

Mariano Estrada

Ando ajetreado y acabo de enterarme de las declaraciones de Pepe Rubianes. Bueno, esto es ya demasiado. A ver quién niega la crispación y tensión que hay en el ambiente. Todas las objeciones intelectuales que le hace Mariano las comparto yo. Pero no te cortes, Mariano, porque esta gentuza también merece descalificaciones. Pepe Rubianes... Dios de mi vida. Pepe Rubianes... Qué discurso tan ruin. Vaya ejemplo para que después apuesten por el diálogo. ¿Es eso diálogo?

Saludos,

Agustín

Esta mañana he leído el artículo que publica hoy el Libertad Digital sobre las declaraciones de ese personaje, y aunque he estado a punto de colgarlo, he pensado que no merecía la pena dedicar más de siete líneas, a alguien, que ha dicho tantas soeces y descalificaciones.

Sólo hay que repudiar sus declaraciones, por los improperios hacia todos y por arremeter contra una comunidad humilde, además, vecinos de la suya, la gallega, que también tuvieron que hacer lo mismo.

Un saludo

Queridos José Miguel y Agustín:

Sería casi imposible no estar de acuerdo en este asunto. Lo estará incluso la inmensa mayoría de los catalanes, a pesar de que parece que el presentador del programa lo toleraba muy bien, mientras una parte del público aplaudía.

Lo peor de todo es que fue en un programa en la franja de horarrio infantil. Buen ejemplo par lo niños.

Un abrazo

¡Hola, Mariano, José Miguel y Agustín!
La verdad que anonada y entristecida me he quedado con las descalificaciones y los insultos del “señor” Rubianes!!!!
Hay algo que no entra en mi razón, y es por qué ese “odio”, esa inquina, ese desprecio al resto de los españoles, no lo puedo entender!!!!!
Como bien dice José Miguel, en otro hilo del Foro, Cataluña, ha sido siempre admirada, querida y respetada por todos, porque fue siempre pionera, porque saben levantar una comunidad, porque los catalanes son muy eficientes, emprendedores, trabajadores…, y ahora, no lo sé, pero me da la impresión que el señor Rubianes, nos quiere hacer desaparecer de un plumazo a todos!!!!
¿Cómo puede hablar así de los extremeños????, si han marchado a Cataluña, es porque querían salir de la pobreza, y eso hemos hecho durante muchos años los españoles, cuando no teníamos en nuestro pueblo!!!!, los canarios emigramos a América, porque se nos ofrecía un mundo mejor!!!!
Creo que el señor Rubianes, le está haciendo un flaco favor a Cataluña!!!!! Y además está demostrando con creces, la CALIDAD HUMANA QUE TIENE ÉL!”!!!!
Un abrazo para todos
Natalia

Hay que leerlo (del blog de Arcadi Espada).

Sobre el presunto blindaje del cómico. Rubianes se refirió a la puta España en el contexto de una entrevista perfectamente formal, es decir, sin convención ficcional alguna. Una entrevista donde empieza hablando de la guerra civil y sus fosas. Rubianes hablaba crispadamente, pero en serio. Quiero decir que sin ninguna voluntad paródica. La retórica general de su intervención se asemejó mucho a la del mitin. Hay un momento, incluso, en que caliente por los asentimientos complacidos del presentador y por los aplausos del público, se crece, y redobla la virulencia de sus palabras. Hay un par de primeros planos que muestran el emocionado estrago que los aplausos están haciendo en su corazón. La prensa regional ha evitado, tajante y unánimente, hablar de este asunto. Están aterrados. Pedagogía del odio en el balneario. La prensa sabe que el cómico no está blindado y que sus ofensas no tienen equivalente alguno en nada que se haya dicho sobre Cataluña y España, en público y en un medio público. La prensa sabe que es ontológicamente imposible que entrevisten a un cómico español en Telemadrid y que el cómico mande a tomar por culo a Cataluña, y a sus cojones (Bueno: ahora ya es posible). La prensa sabe (con más modestia: intuye temerosamente) que el cómico español no tendría escapatoria aun aplicando la lavativa que aplicó luego Rubianes a sus palabras: “Yo sólo me refería a la Cataluña nacionalista”. Y sabe también que, entre lo más abyecto, está la actitud del presentador y, aún más, del coro que ríe. Ese coro. En la prehistoria pasaban unos cartelillos: “¡Aplausos!”, decían. Más tarde se encendían unas luces: “¡Aplausos!”, lo mismo. No sé en este programa.

Cabe la intensa probabilidad de que fueran espontáneos.

El lúgubre bramido de la risa.

El pueblo.

Que ya me quité.