Valduvieco - Leon

Recuerdos de infancia, 14. abril 2012
Recuerdos de cosas pequeñas, sin importancia, pero que si no quedan escritas, desaparecerán para siempre de nuestro recuerdo:
Recuerdo cuando las madres fregaban de rodillas el suelo de la cocina, que era de tablas de madera. Y frotaban y frotaban hasta que blanqueaban y se quitaban las manchas de aceite de cocinar.
Recuerdo los pasillos de tierra compactada, regada y bien barrida, hasta que llegaron las baldosas tipo mosaico romano. Qué cambio.
Recuerdo cuando fregaban las satenes, de hierro, nada de fondo difusor, aptas para inducción, aunque creo que sí, ni nada de eso. De hierro puro, que se fragaban en el corral con estropajo y arena. Siempre había un pequeño montón preparado.
Recuerdo cuando se encalaban las habitaciones y los portales, en vísperas de la fiesta, que aunque era en agosto, con mucha faena en la era, era fiesta grande y lo merecía. La cal se traía de la calera de Villarratel, de la Calabaza junto al cementerio, del solar de junto a la escuela… Los portales se pintaban de color rojo, azul, granate… del mismo color que se pintaba a las ovejas en el lomo para saber su dueño.
Recuerdo cuando se juntaban las vecinas para hacer las roscas. A los chicos nos dejaban “arrebañar” los calderos empleados para hacer la masa.
Y los hombres cuando preparaban el trigo para sembrar rociándolo con “piedralipe”. Y cuando salíamos de “rogativas” por el camino de la era, para que lloviera…
Y la cueva que hicimos los chicos de la escuela junto a casa de Santiago, picando en el “ribón”. Y las mujeres lavando en la poza la canal, que algún pillo cambiaba las “lavaderas” de sitio y la que se armaba. Todas querían estar cerca del caño de agua limpia… Y la poza Andrés, donde bebía agua el “mota”, burro del tío Gonzalo. Y los “hilagares” que quemábamos los chicos los domingos de invierno después del rosario… Y el “palomar”, espacio de libertad, donde jugábamos a todo y éramos felices.
Saludos a todos los mondillos.
A.A.F.