Laguna de Negrillos - Leon

QUINTO Mandamiento: No matar, No abortar. Sin embargo es permitido matar en legítima defensa propia y los jueces legítimos por justa causa y sus verdugos pueden matar. María, conoció la justificación de este precepto, porque el Señor es autor de la vida y ser del hombre y no le quiso dar este dominio al mismo que la tiene, cuanto más a otro prójimo para que se la quite [injustamente] ni le haga injuria en ella. Y como la vida es el primero de los bienes de la naturaleza y fundamento de la gracia, María, alabó al Señor, porque así ordenaba este mandamiento en beneficio de los mortales. Y como los miraba como hechuras del mismo Dios y capaces de su gracia y gloria y precio de la sangre que su Hijo había de ofrecer por ellos, hizo grandes peticiones sobre la guarda de este precepto en la IGLESIA EVANGÉLICA CRISTIANA.-

SEXTO Mandamiento: María conoció al modo que los bienaventurados, que no miran el peligro de la humana flaqueza en sí mismo, sino en los mortales y lo conocen sin que les toque. Desde lo más alto del lugar de gracia, lo miraba y conocía María, que no pudo contraer por su preservación. Y fueron tales los afectos que tuvo esta gran honra de la castidad, amándola y llorando por los pecados de los mortales contra ella, que de nuevo hirió el corazón del Altísimo, y consoló a su Hijo, en lo que le ofenderían los mortales contra este precepto. Porque María, conoció que en la ley del Evangelio se extendería su observancia a instituir congregaciones de vírgenes y religiosos que prometiesen esta virtud de la castidad. María, pidió al Señor que les dejase vinculada su bendición. Y a instancia de la purísima Madre lo hizo Su Majestad y señaló el premio especial que corresponde a la virginidad, porque siguieron en ella a la que fue Virgen y Madre del Cordero. Y porque esta virtud se había de extender tanto a su imitación en la ley del Evangelio. Dando María al Señor, gracias incomparables con afectuoso júbilo.-

En el resto de los Mandamientos como son:

SEPTIMO Mandamiento: No hurtarás.-

OCTAVO Mandamiento: No levantarás falso testimonio.-

NOVENO Mandamiento: No codiciarás la mujer ajena.-

DÉCIMO Mandamiento: No desearás los bienes ajenos.-

Tuvo María, la inteligencia singularmente que en los demás. Y en cada uno hacía grandes actos de lo que pedía su cumplimiento y de alabanza al Señor, agradeciéndole por todo el linaje humano que lo encaminase tan sabia y eficazmente a su eterna felicidad, por una ley tan bien ordenada en beneficio de los mismos hombres. Pues con su observancia no sólo aseguraban el premio que para siempre se les prometía, sino que también en la vida presente podían gozar de la paz y de la tranquilidad que los hiciera en su modo y respectivamente bienaventurados. Porque si todas las criaturas racionales se ajustaran a la equidad de la Ley Divina y se determinaran a guardarla y a observar sus mandamientos, gozaran de una felicidad gustosa y muy amable del testimonio de la buena conducta, mediante la conciencia, porque todos los deseos y gustos humanos, no se pueden comparar al consuelo que motiva ser fieles en lo poco y en lo mucho de la ley. Y este beneficio más debemos a Jesucristo, Nuestro Redentor, que nos vinculó en el bien obrar con satisfacción, descanso, consuelo y muchas felicidades juntas todas ellas, en la vida presente de cada uno. Y si todos NO lo consiguieran, es porque nace en el dictamen, el de NO guardar los Mandamientos de Dios.-
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Los trabajos, calamidades y desdichas del pueblo son como efectos y resultado inseparable del desorden de los mortales, dando a cada uno, la causa de su parte, y algunos son tan insensatos que no llegando al trabajo correcto en su cumplimiento, luego vienen a buscar a quién imputárselo, estando dentro de cada uno, la causa de la provocación.-

¿Quién bastará para ponderar los daños que en la vida presente, hacen de hurtar lo ajeno y de no guardar el mandamiento que lo prohíbe, contentándose cada uno con su suerte y esperando en ella el socorro del Señor, que no desprecia a las aves del cielo ni se olvida de los gusanos? ¿Qué miserias y aflicciones están padeciendo los del pueblo CRISTIANO, por no contener los príncipes en los reinos que les dio el Sumo Rey? Antes pretendiendo ellos extender el brazo y sus coronas con ampliación de su territorio, y han dejado en el mundo inquietud sin paz, haciendas, y vidas ni almas para su Creador. Los testimonios falsos y mentiras, que ofenden a la suma a la verdad y a la comunicación humana, no causan menos daños y discordias, con que se trasiega la paz y tranquilidad de los corazones de los mortales y uno y otro los indisponen para ser asiento y morada de su Creador, que es lo que Dios quiere de ellos.-

El codiciar la mujer ajena y adulterar contra la justicia, violar la ley del Sacramento del matrimonio, confirmada y santificada por Cristo. ¿cuántos males ocultos y manifiestos ha causado y causa entre los CRISTIANOS? Y si pensamos que muchos están escondidos a los ojos del mundo ¡ya lo estuvieran más! porque en los ojos de Dios que es justísimo y recto juez, no se pasan sin castigo de presente y después será más severo cuanto más lo ha disimulado a Su Majestad, por no destruir la república cristiana castigando ahora dignamente este pecado.-

De todas estas verdades era testigo María, mirándolas en el Señor, y aunque conocía la vileza de los hombres, que tan ligeramente y por cosas tan ínfimas pierden el decoro y respeto al mismo Dios, y que Su Majestad tan benignamente previno la necesidad de ponerles tantas Leyes y preceptos, con todo esto no se escandalizó María, la prudentísima Señora de la humana fragilidad, ni se admiraba de nuestras ingratitudes, antes bien como piadosa madre se compadecía de todos los mortales y con ardentísimo amor los amaba y agradecía por ellos las obras del Altísimo y recompensaba las transgresiones que habían de cometer contra la Ley Evangélica y rogaba y pedía para todos, la perfección y observancia de ella. Toda la comprensión de los diez preceptos en los dos que son amar a Dios y al prójimo como a sí mismo. Conoció María profundamente y que en estos dos objetos bien entendidos y practicados se resuelve toda la verdadera sabiduría de la Ley, pues el que alcanza su ejecución, no está lejos del Reino de Dios, como lo dijo el mismo Señor en el Evangelio y que la guarda de estos preceptos se antepone y vale más, que los sacrificios y holocaustos. Y el grado que tuvo esta ciencia en María, puso en práctica la Doctrina de esta Ley, como se contiene en los Evangelios, sin faltar a la observancia de todos los preceptos y consejos de él ni omitir el menor. Y sola María, obró más la Doctrina del Redentor del mundo, su Hijo Santísimo que todo el resto de los Santos y fieles de la nueva Iglesia Evangélica Cristiana.-

Los Siete Sacramentos.-

1º SACRAMENTO BAUTISMAL: María, mirando con nueva luz en el mismo interior de su Hijo, con distinción de cada misterio en singular, lo primero que conoció fue, que la antigua ley de la dura Circuncisión se había de sepultar con honor, entrando en su lugar el suavísimo y
admirable sacramento del Bautismo. María, tuvo inteligencia de la materia de este Sacramento, que había de ser agua pura y elemental, y que la forma sería con las mismas palabras que fue determinado y expresando, por las tres Divinas Personas con sus Nombres (YO TE BAUTIZO EN EL NOMBRE DEL PADRE Y DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO) Padre, Hijo y Espíritu Santo, para que los fieles profesasen la FE explícita de la Santísima Trinidad. María entendió la virtud que al Bautismo había de comunicar con Cristo, su autor y Señor Nuestro, quedando con eficacia para santificar perfectísimamente todos los pecados y librarlos de sus penas. María vio los efectos admirables que había de causar en todos los que lo recibiesen, regenerándolos para ser hijos adoptivos y herederos del Reino de su Padre e infundiéndoles las virtudes de la FE, la Esperanza y la Caridad, y el carácter Sobrenatural y Espiritual que como sello Real se había de imprimir en las almas por virtud del Bautismo, para señalar a los hijos de la nueva Iglesia Evangélica Cristiana; y todo lo demás que toca a este Sagrado Sacramento y sus efectos lo conoció María. Y luego se lo pidió a su Hijo Santísimo, con ardentísimo deseo de recibirle a su tiempo, y Su Majestad se lo prometió y dio después.-
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2º SACRAMENTO DE LA CONFIRMACIÓN, que es el segundo, tuvo la gran Señora el mismo conocimiento y cómo se daría en la Iglesia después del Bautismo. Porque este Sacramento primero engendra a los hijos de la Gracia y el Sacramento de la Confirmación los hace robustos y esforzados para confesar la FE recibida en el Bautismo y les aumenta la primera gracia y añade la particular para su propio fin. María conoció la materia y forma, Ministros de este Sacramento y los efectos de gracias y carácter que se imprimen en el Alma, y cómo por la crisma del bálsamo y aceite, que hacen la materia de este Sacramento, se representa la luz de las Buenas Obras y el Olor de Jesucristo, que con ellas derraman los fieles confesándole, y lo mismo dicen las palabras de la forma, cada cosa en su modo. En todas estas inteligencias hacía heroicos actos desde lo más íntimo del corazón de María, de alabanza, agradecimiento y peticiones fervorosas, para que toda la humanidad, viniesen a sacar agua de estas fuentes del Salvador y gozasen de tan incomparables tesoros, conociéndole y confesándole por su verdadero Dios y Redentor.-

3º SACRAMENTO DE LA PENITENCIA: Conoció María, la conveniencia y necesidad de este medio para restituirse las Almas a la gracia y amistad con Dios, supuesta la fragilidad humana con que tantas veces se pierde. María entendió qué partes y qué Ministros había de tener este Sacramento y la facilidad con que los hijos de la Iglesia podrían usar de él con efectos tan admirables. Y por lo que conoció de este beneficio, como verdadera Madre de Misericordia y de sus hijos los fieles, dio especiales gracias al Señor con increíble júbilo de ver tan fácil medicina para tan repetida dolencia como las ordinarias culpas de los hombres. María se postro en tierra y en el nombre de la nueva Iglesia Evangélica Cristiana, se admitió e hizo reverencia al Tribunal Santo de la Confesión, donde con inefable clemencia ordenó el Señor que se resolviese y determinase la causa de tanto peso para las Almas como la justificación y vida eterna o la muerte y condenación, remitiendo a los Sacerdotes, absolver los pecados o negar la absolución.-

4º SACRAMENTO de la EUCARISTÍA: De esta maravilla María entendió y conoció con grande penetración, los más secretos que los Supremos Serafines, porque a María se le manifestó el modo sobrenatural con que estaría la humanidad y Divinidad de su Hijo, debajo de las especies del Pan y del Vino, la virtud de las palabras para consagrar el Cuerpo y la Sangre, pasando y convirtiendo una sustancia en otra, perseverando los accidentes sin sujeto,
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cómo estaría a un mismo tiempo, en tantas y diversas partes, cómo se ordenaría el Misterio Sacrosanto de la Celebración de la Eucaristía, para consagrarle y ofrecerle en sacrificio al Eterno Padre hasta el fin de los tiempos. Cómo sería adorado y venerado en la nueva Iglesia Evangélica y Cristiana por todo el mundo. Qué efectos causaría en los que dignamente le habían de recibir más o menos dispuestos y prevenidos y cuáles y cuan malos efectos causaría, en aquellos que indignamente le recibiesen. De la FE de los Cristianos, tuvo María inteligencia y de los errores de los herejes. Contra este incomparable beneficio y sobre todo del amor inmenso con que su Hijo Santísimo había determinado darse, mediante la comida y alimento de la Vida Eterna, a cada uno de los mortales que lo aceptasen.-

5º SACRAMENTO de la EXTREMAUNCIÓN: Que es la Unción de los Enfermos), tuvo María inteligencia del fin admirable a donde le ordenó el Señor y de su materia, forma y ministro. María conoció, que la materia había de ser óleo bendito de olivas por ser símbolo de la misericordia; la forma, las palabras deprecatorias, el ungiendo los sentidos con que pecamos; y el Ministro, Sacerdote solo y no quien no lo sea; los fines y efectos de este Sacramento, que serían el socorro de los fieles enfermos en el peligro y fin de la vida terrenal, contra las asechanzas y tentaciones del enemigo, que en aquella última hora son muchas y terribles. Y así por este Sacramento se le da a quien lo recibe dignamente y gracia para recobrar las fuerzas Espirituales que debilitaron los pecados cometidos y también, si conviene, para esto se le da alivio en la salud del cuerpo. Se mueve en si mismo, el interior de quien lo recibe, a nueva devoción y deseos de ver a Dios y se perdonan los pecados veniales con algunas reliquias y efectos de los mortales, y el cuerpo del enfermo queda asignado, mediante la Señal de la Cruz, aunque no da carácter, este cuerpo queda sellado, para que el demonio tema del mismo, al acercarse a él. Donde por Gracia y Sacramentalmente ha estado el Señor como en su tabernáculo. Y por este privilegio en el Sacramento de la Extremaunción, se le quita a Lucifer la superioridad y el derecho que adquirió por los pecados originales y actuales contra nosotros, para que el cuerpo del justo, que ha de resucitar en su alma propia, pueda gozar de la compañía y vista de Dios, para que vuelva señalado y defendido con este Sacramento a unirse con su Alma. Todo esto conoció y agradeció María, en nombre de los fieles, como nuestra fidelísima Madre y Señora de la humanidad.-

6º SACRAMENTO del orden SACERDOTAL: María, entendió cómo la Providencia de su Hijo Santísimo, prudentísimo artífice de la Gracia y de la nueva Iglesia Evangélica Cristiana, ordenaba en ella Ministros proporcionados con los Sacramentos que instituía, para que por ellos santificasen el cuerpo místico de los fieles y consagrasen el cuerpo y sangre del mismo Señor, y para darles esta dignidad superior a todos los demás hombres y a los mismos Ángeles ordenó otro nuevo Sacramento de Orden y Consagración. Con este conocimiento se le infundió tan extremada reverencia a los Sacerdotes por su dignidad, que desde entonces con profunda humildad comenzó a respetarlos y a venerarlos y María pidió al Altísimo, los hiciera dignos Ministros y muy idóneos para su oficio y que a los demás fieles les diese conocimiento para que los venerasen. Y lloró las ofensas de Dios que los unos y los otros que habían de cometer, cada cual contra su obligación.-

7º SACRAMENTO del MATRIMONIO: María fue informada de los grandes fines que tuvo el Redentor del mundo para hacer Sacramento con que en la Ley Evangélica Cristiana, quedase Bendita y Santificada la propagación de los fieles y significado del Misterio del Matrimonio Espiritual del mismo Cristo con la Iglesia de la nueva creación. María entendió cómo se había de efectuar este Sacramento, qué forma y materia tenía y cuan grandes bienes resultarían por él en los hijos de la Iglesia, y todo lo demás que pertenece a sus efectos y necesidad o virtud.-
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María, también conoció todas las Leyes que había de establecer para esto, en particular los cinco mandamientos, el de celebrar la Eucaristía los días de fiesta, el de confesar a sus tiempos y comulgar con el santísimo cuerpo de Jesucristo Sacramentado, el de ayunar los días que están señalados, el de pagar diezmos y primicias de los frutos que da el Señor mediante la tierra. Y por todo esto, hizo María cánticos de alabanza y agradecimiento en el nombre de los CRISTIANOS que habían de recibir este beneficio. Luego se le manifestaron las ceremonias santas y ritos con que se había de gobernar la nueva Iglesia en los tiempos futuros para el culto Divino y el orden de las buenas costumbres. Llorando María, con amargura, por la pérdida lamentable de los muchos que a la vista del nuevo Evangelio, habían de carecer, por sus pecados de tan eficaces medicinas.-

Respondiéndole a María el Divino Maestro le dijo: Madre y paloma mía, muchas veces me recibiréis sacramentado y después de mi muerte y subida a los Cielos gozaréis de este consuelo, porque será mi habitación continua en el descanso de vuestro y amoroso pecho, que yo elegí para morada de mi agrado y beneplácito.-

Con esta promesa del Señor, María se humilló de nuevo y pegada con el polvo le dio gracias por ella con admiración del Cielo y desde aquella hora encaminó todos sus afectos y obras con ánimo de prepararse y disponerse para recibir a su tiempo la Sagrada Comunión de su Hijo Sacramentado; y en todos los años que pasaron desde esta ocasión, ni se olvidó ni interrumpió los actos de la voluntad.-

La Sexta Edad del Mundo.-
Insuficiente es el entendimiento del más Supremo Serafín para dar peso y fondo a los secretos que pasaron entre Jesús y María, en los años que vivieron juntos. Particularmente cuando el Maestro de la Luz, informaba a su Madre María, de todo lo que había de comprender, en esta Sexta Edad del Mundo en el que había de durar la nueva Ley del Evangelio Cristiano, y que sería hasta el fin de los tiempos, y lo que en mil seiscientos cincuenta y siete años (1.657), ha sucedido y lo que resta, pero el día final de los tiempos solo Dios los conoce junto con su Madre María, pero cuando el final de estos tiempos llegue, la vida seguirá de otra manera, porque no es el fin del mundo.-

María, todo lo conoció en la escuela de su Hijo Santísimo, porque Su Majestad se lo declaró todo y lo confirió con ella, señalándole los tiempos, lugares, reinos y provincias y lo que en cada una había de suceder en el transcurso de la nueva Iglesia Evangélica Cristiana; y esto fue con tal claridad, que si después viviera esta gran Señora en carne mortal conociera todos los individuos de la Iglesia por sus personas y nombres, como le sucedió con los que vio y comunicó en vida, que cuando llegaban a su presencia, no los comenzaba a conocer de nuevo más que por el sentido, que correspondía a la noticia interior de la que ya estaba María informada. Cuando María entendía y conocía estos Misterios en el interior de su Hijo Santísimo y en los actos de sus potencias, no alcanzaba a penetrar tanto como la misma alma de Cristo unida a la Divinidad hipostática y beatica, porque María, era pura criatura y no bienaventurada.-
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