El velo que cubre los Misterios de la Biblia se ha retirado. 23ª Sección por las montañas de Judea, que distaba veintisiete leguas de Nazaret, y gran parte de él era áspero y fragoso para tan delicada y tierna doncella. Toda la comodidad para tan desigual trabajo era una humilde pollina, en que comenzó y prosiguió el viaje; y aunque iba destinado sólo para su alivio y servicio, pero la más humilde y modesta de las criaturas se apeaba de él muchas veces y rogaba a su esposo José repartiesen el trabajo y comodidad y que fuese para José de algún alivio, sirviéndose de la pollina para esto. Nunca lo admitió el prudente esposo y, por condescender en algo con los ruegos de la divina Señora, consentía que algunos ratos fuese con él a pie, mientras le parecía lo podía sufrir su delicadeza, sin fatigarse demasiado, y luego con gran decoro y reverencia la pedía no rehusase el admitir aquel pequeño alivio, y María obedecía, prosiguiendo a lomos de la pollina lo restante del camino.- Caminaban en soledad, sin compañía de criaturas humanas, pero eran asistidos en todo, por los mil ángeles que guardaban el lecho de María, que aunque iban en forma visible sirviendo a su gran Reina y a su Hijo que residía en su vientre, solo María los podía ver; y atendiendo a los Ángeles y a José su esposo, caminaba María, llenando los campos y los montes de fragancia suavísima con su presencia y con los divinos loores en que sin intervalo alguno se ocupaba. Unas veces hablaba con sus Ángeles y alternativamente hacían cánticos divinos, con motivos diferentes de los misterios de la divinidad y de las obras de la creación y encarnación, con que de nuevo se enardecía en divinos afectos el cándido corazón de la purísima Señora. Y a todo esto ayudaba José su esposo con el templado silencio que guardaba, recogiendo su espíritu en sí mismo con alta contemplación y dando lugar para que, a su entender, hiciera lo mismo su devota y esposa María.- Otras veces hablaban los dos y conferían muchas cosas de la salud de sus almas y de las misericordias del Señor, de la venida del Mesías y de las profecías que de él estaban anunciadas por los antiguos padres, y otros misterios y sacramentos del Altísimo. Sucedió en este viaje una cosa admirable para José: Amaba tiernamente a su esposa con el amor y castísimo, ordenado con especial gracia y dispensación del mismo amor divino; y a más de este privilegio era José, por otro no pequeño, de condición nobilísima, cortés, agradable y apacible; y todo esto obraba en él una solicitud prudentísima y amorosa a que le movía desde el principio la misma santidad y grandeza, que conocía en su divina esposa, como objeto próximo de aquellos dones del cielo. Con esto iba José cuidando de María y preguntándole muchas veces si se fatigaba y cansaba y en qué la podía aliviar y servir. Pero como ya la Reina del Cielo llevaba en su tálamo virginal el divino fuego del Verbo humanizado. José ignorando la causa de los nuevos efectos en su alma por las palabras y conversación de su amada esposa María, con que se reconocía más inflamado en el amor divino y con altísimo conocimiento de estos misterios que hablaban, con una llama interior y nueva luz que le Espiritualizaba y le renovaba todo a José.- Y cuanto más proseguían en el camino y las prácticas celestiales, tanto más crecían estos favores, del que conocía ser instrumento, las palabras de su esposa María, que penetraban su corazón e inflamaban la voluntad al Divino amor. Era tan grande esta novedad, que no pudo dejar de atender mucho a ella el discreto esposo José; y aunque conoció le venía todo por medio de María, y con la admiración se consolaba con saber la causa e inquirirla sin curiosidad, con todo esto por su gran modestia no se atrevió a preguntarle cosa alguna, disponiéndolo así el Señor, porque no era tiempo de que conociese entonces el sacramento del Rey, que en el vientre virginal de maría, estaba escondido.- 111 Miraba María a su esposo, conociendo todo cuanto pasaba en el secreto de su pecho, y discurriendo con su prudencia se le representó que naturalmente era forzoso venir a manifestarse su embarazo sin podérselo ocultar a su carísimo y castísimo esposo. No sabía entonces María el modo con que Dios gobernaría este sacramentó; pero aunque no había recibido orden ni mandato suyo para que se lo ocultase, su divina prudencia y discreción la enseñaron cuan bueno era esconderle como sacramento grande y el mayor de todos los misterios; y así María le tuvo oculto y secreto sin hablar palabra de él con su esposo José, ni en esta ocasión, ni antes en la anunciación del Ángel, ni después en los cuidados, cuando llegó el caso de conocer José el embarazo de María.- Esta jornada fue la primera peregrinación que hizo el Verbo humanizado en el mundo, cuatro días después de haber entrado en él. Prosiguiendo sus jornadas llegaron María y José, al cuarto día de su salida y viaje, a la ciudad de Judá, que era donde vivían Isabel y Zacarías, los padres de Juan el Bautista. Para mayor conocimiento de esta Ciudad, Lucifer procuró que fuesen arruinados y extinguidos muchos de los Lugares Santos y Sagrados. De aquí resultó que los Ángeles trasladasen tantas veces la venerable y santa casa de Loreto; Breve historia de María de Loreto En el año 1.191 los Cruzados habían conquistado la ciudad de Acre, renombrándola como San Juan de Acre, y desde allí gobernaron Palestina hasta el año 1.291. A la Región de Palestina pertenecía Nazaret, y en esta ciudad de Nazaret, se encontraba la Casa donde nació María, y donde recibió el Anuncio de la Encarnación del Hijo de Dios y donde vivió con Jesús y José.- Los Ángeles custodios de María, llevaron la Casa cruzando el Mar Mediterráneo y el Mar Adriático y la depositaron en Dalmacia. Los pobladores al verla no se explicaban cómo había llegado allí esta casa, pero supieron que era la Casa donde había nacido María, cuando la Virgen se apareció a un sacerdote que se encontraba muy enfermo y le contó que esa era la Casa de Nazaret, donde ella había nacido. El sacerdote sanó inmediatamente y contó la historia a todo el pueblo. Dentro de la Casa había un altar y en él una estatuilla de cedro de la Virgen María que tenía al Niño Jesús.- Algunos estudiosos encontraron los documentos que han confirmado que fue transportada por mar en buques de las cruzadas. Después de la expulsión de los musulmanes de la Tierra Santa por los Cristianos. Un miembro de la familia Angeli, de los gobernantes de Epiro, estaba interesado en salvar la Santa Casa de la destrucción, por lo que fue transportada primero a Trsat en la actual Croacia, en el año 1.291. Todos los habitantes del lugar fueron a ver la Casa y se postraron ante la imagen de madera de la Virgen María y el Niño, pero otros llegaban para asaltar a los peregrinos, y por ese motivo tras ocho meses, la Casa dejó el bosque y fue situada por los Ángeles en una colina propiedad de los Condes Stéfano y Simeón Raineldi, pero ellos discutieron sobre quien era el dueño de la casa y nuevamente fue trasladada por los Ángeles custodios de María, a Ancona en el año 1.293. Y finalmente fue trasladada a Loreto, (que significa, Lugar de Laureles), el día 10 de Diciembre del año 1.294, a un monte de piedras cercano a la vía principal que lleva a Recanati. En ese lugar ha permanecido hasta el presente día.- 112 El Santuario de la Virgen de Loreto se levantó en el siglo XIV. En su interior se encuentra la Santa Casa donde nació María. Desde entonces Loreto (Campo de Laurel), se ha convertido en un extraordinario centro de peregrinación. Los muros de la Basílica con los años se fueron llenando de títulos y advocaciones a la Virgen, ellos dieron lugar a las "Letanías Lauretanas", que comenzaron a rezarse por primera vez allí y que fueron aprobadas por el Papa Clemente VIII, en el año 1.601.- La imagen de Nuestra Señora de Loreto, se encuentra en el interior de la Casa, tiene una túnica tradicional decorativa. El color oscuro de la imagen representa a la estatua original de madera, que con los siglos se oscureció con el hollín de las lámparas del aceite que se usaba en la capilla. En el año 1.921 se destruyó la estatua original en un incendio, y otra similar fue colocada en el lugar.- El Santuario de Loreto ha sido visitado por los Papas Juan XXII, Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI, entre otros. En el Norte de Italia se encuentra este Santuario, y en su interior se encuentra la Casa de Nazaret donde nació María. La casa de María estaba formada por tres paredes adosadas a una cueva excavada en la roca (que se encuentra en la Basílica de la Anunciación de Nazaret. En la noche entre el 9 y 10 de Diciembre del año 1.294 las piedras de la casa de Nazaret donde nació María, fueron transportadas por ángeles en vuelo, por eso la Virgen de Loreto es Patrona de los aviadores.- Por esta razón, el mismo dragón que perseguía a esta divina Señora, tenía ya reducidos los ánimos de los moradores de la tierra para que extinguiesen y arruinasen la casa, donde se encontraba aquel sagrado oratorio que había sido la oficina donde se obró el altísimo misterio de la encarnación. Y por esta misma astucia del enemigo se arruinó la antigua ciudad de Judá, ya por negligencia de los moradores que se fueron acabando, ya por desgracias e infortunios sucesos; aunque no dio lugar el Señor para que pereciese y se arruinase del todo la casa de Zacarías, por los sacramentos que allí se habían celebrado.- María, visita a su prima Isabel.- Cumplido el sexto mes del embarazo de Isabel, estaba en la caverna de su vientre el Precursor futuro de Cristo, cuando llegó María a la casa de Zacarías. La condición del cuerpo del niño Juan Bautista, era en el orden natural y perfecta, y más que otras, por el milagro que intervino en su concepción, en esta madre estéril y porque se ordenaba para depositar en él la santidad mayor entre los nacidos, que Dios le tenía prevenida. Pero el Alma de Juan, estaba poseída de las tinieblas del pecado original que había contraído por Adán, como los demás hijos de este primero y común padre del linaje humano. Y como por ley común y general no pueden los mortales recibir la luz de la gracia antes de salir a esta luz material del sol, por esto, después del primer pecado que se contrae con la naturaleza, viene a servir el vientre materno como de cárcel o calabozo de todos los que fuimos reos en nuestro padre y cabeza Adán. Pero a Juan el Bautista, su gran profeta y precursor, determinó Cristo adelantar a Juan, en este gran beneficio, anticipándole la luz de la gracia y justificación a los seis meses que Isabel le había concebido, para que su santidad fuese privilegiada como lo había de ser el oficio de precursor, que más adelante Juan Evangelista ejercería.- 113 María e Isabel, en complicidad, se retiraron las dos juntas a una estancia y en privacidad, María saludó a su prima Isabel y la dijo: Dios te salve, prima y carísima mía, y su divina luz te comunique gracia y vida. Con esta voz de María, quedó Isabel llena del Espíritu Santo y tan iluminado su interior, que en un instante conocieron altísimos misterios y sacramentos. Estos efectos y los que sintió al mismo tiempo el niño Juan Bautista en el vientre de su madre resultaron de la presencia del Verbo humanizado en el tálamo de María, donde sirviéndose de su voz como de instrumento comenzó a usar de la potestad que le dio el Padre Eterno para salvar y justificar las Almas como su Reparador. Y como la ejecutaba como hombre, estando en el mismo vientre virginal aquel cuerpecito de ocho días concebido nada más, ¡cosa maravillosa!, se puso en forma y postura humilde de orar y pedir al Padre, y oró y pidió la justificación de su Precursor futuro y la alcanzó de la Divina Trinidad.- Juan Bautista en el vientre materno el tercero por quien en particular hizo oración nuestro Redentor, estando también en el de María; porque ella fue la primera por quien dio gracias y pidió y oró al Padre, y por esposo suyo entró José en el segundo lugar en las peticiones que hizo el Verbo humanizado, y el tercero entró el precursor Juan Bautista entre las peticiones particulares por personas determinadas y nombradas por el mismo Señor; tanta fue la felicidad y privilegios de Juan Bautista.- Presentó Jesucristo al Eterno Padre, los méritos y pasión y muerte que venía a padecer por los hombres, y en virtud de esto pidió la santificación de aquella Alma, y nombró y señaló al niño que había de nacer santo para precursor suyo y que diese testimonio de su venida al mundo y preparase los corazones de su pueblo, para que le conociesen y recibiesen, y que para tan alto ministerio se le concediesen a aquella persona elegida todas las gracias, dones y favores convenientes y proporcionados; y todo lo concedió el Padre, como lo pidió su Unigénito humanizado ya en el Tálamo de María.- Esto precedió a la salutación y voz de María. Y al pronunciar María las palabras ya referidas, miró Dios al niño en el vientre de Isabel y le dio uso de razón perfectísimo, ilustrándole con especiales auxilios de la divina luz, para que se preparase, conociendo el bien que le hacían. Y con esta disposición fue santificado del pecado original y constituido hijo adoptivo del Señor por gracia santificante y lleno del Espíritu Santo con abundadísima gracia y plenitud de dones y virtudes, y sus potencias quedaron santificadas con la gracia, sujetas y subordinadas a la razón; con que se cumplió lo que había dicho el Arcángel Gabriel a Zacarías, que su hijo sería lleno del Espíritu Santo desde el vientre de su madre. Al mismo tiempo el dichoso niño desde su lugar vio al Verbo encarnado, sirviéndole como de vidriera las paredes de la caverna uteral y de cristales purísimos el tálamo de las virgíneas entrañas de María, y adoró puesto de rodillas a su Redentor y Creador.- Y éste fue el movimiento y júbilo que su madre Isabel reconoció y sintió en su infante y en su vientre. Otros muchos actos hizo el niño Juan Bautista en este beneficio, ejercitando todas las virtudes de fe, esperanza, caridad, culto, agradecimiento, humildad, devoción y las demás que allí podría obrar. Y desde aquel instante Juan Bautista, comenzó a merecer y crecer en santidad, sin perderla jamás ni dejar de obrar con todo el vigor de la gracia. Conoció Isabel al mismo tiempo, el misterio de la encarnación, la santificación de su hijo propio y el fin y los sacramentos de esta nueva maravilla; conoció también la pureza virginal y dignidad de María. Y en aquella ocasión, estando la Divina Reina y Señora María toda absorta en la visión de estos misterios y de la Divinidad que los obraba en su Hijo, quedó toda Divinizada y llena de luz y claridad de los dotes que participaba; y Isabel la vio con esta majestad, y como por viril purísimo vio al Verbo humanizado en el tálamo virginal de su prima María, como en una litera de encendido y animado cristal. De todos estos admirables efectos fue instrumento eficaz la voz de María, tan fuerte y poderosa como dulce en los oídos del Altísimo; y toda esta virtud era como participada de la que tuvo aquella poderosa palabra: con que trajo al eterno Verbo del pecho del Padre a su mente y a su vientre.- 114 Admirada Isabel con lo que sentía y conocía en tan divinos sacramentos, fue toda conmovida con Espiritual júbilo del Espíritu Santo y, mirando a la Reina del mundo y a lo que en ella veía, con alta voz pronuncio aquellas palabras que refiere El Apóstol Lucas: Bendita eres tú entre las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre; ¿y de dónde a mí esto que venga la Madre de mi Señor adonde yo estoy? Pues luego que llegó a mis oídos la voz de tu salutación, se exultó y alegró el infante en mi vientre. Bienaventurada eres tú que creíste, porque en ti se cumplirán perfectamente todas las cosas que el Señor te dijo. En estas palabras proféticas recopiló Isabel grandes excelencias de María, conociendo con la divina luz lo que había hecho el poder divino en ella y lo que de presente hacía y después en lo futuro había de suceder. Y todo lo conoció y entendió el niño Juan Bautista en su vientre, que percibía las palabras de su madre, y ella era ilustrada por la ocasión de su santificación; y engrandeció ella a María porque entre ambos como al instrumento de su felicidad a quien él no podía por su boca bendecir ni alabar desde el vientre de Isabel.- Las palabras de Isabel, con que engrandeció a María, respondió la Maestra de la sabiduría y humildad, y con suavísima voz la dijo a Isabel: Mi alma glorifica al Señor: y mi espíritu está transportado de gozo en Dios, salvador mío. Porque ha puesto los ojos en la bajeza de su esclava: por lo tanto, ya desde ahora me llamarán bienaventurada todas las generaciones. Porque ha hecho en mí cosas grandes aquel que es todo poderoso, cuyo nombre es santo: y cuya misericordia se derrama de generación en generación sobre los que le temen. Hizo alarde del poder de su brazo: deshizo las miras del corazón de los soberbios. Derribó del trono a los poderosos y ensalzó a los humildes. Colmó de bienes a los hambrientos: y a los ricos los despidió sin nada. Acordándose de su misericordia, acogió a Israel su siervo: según la promesa que hizo a nuestros padres, a Abraham y a su descendencia por los siglos de los siglos.- Como Isabel fue la primera que oyó este dulce cántico de la boca de María, así también fue la primera que lo entendió y con su infusa inteligencia le comentó. Entendió en él grandes misterios de los que encerró su autora en tan pocas razones. Magnificó el Espíritu de María al Señor por la excelencia de su ser infinito; refirió y dio a él toda la gloria y alabanza, como a principio y fin de todas sus obras, conociendo y confesando que sólo en Dios se debe gloriar y alegrar toda criatura, pues él solo es todo su bien y su salud. Confesó asimismo la equidad y magnificencia del Altísimo en atender a los humildes y poner en ellos su divino amor y espíritu con abundancia, y cuán digna cosa es que los mortales vean, conozcan y ponderen que por esta humildad alcanzó ella que todas las naciones la llamasen bienaventurada; y con ella merecerán también esta misma dicha todos los humildes, cada uno en su grado. Manifestó también en sola una palabra todas las misericordias, beneficios y favores que hizo con ella el Todopoderoso y su santo y admirable nombre, llamándolas grandes cosas, 115 |