conocer MEDICINA MEDICINA RADIOFÁRMACOS El milagro contra los tumores invisibles Son `chivatos´, una especie de rotuladores fluorescentes capaces de `iluminar´ cualquier tumor, por pequeño que sea o escondido que esté. Hasta ahora los radiofármacos en España eran limitados porque son muy difíciles de generar, pero la Clínica Universidad de Navarra ha conseguido sintetizar hasta 12, adaptados a cada enfermedad y paciente. El mal ya no puede ocultarse. Si algo hemos aprendido del catódico doctor House, es que un diagnóstico certero es más del 70 por ciento de la curación. A ciegas, el médico se queda en chamán, pero gracias a la medicina nuclear y a los radiofármacos cada vez es más fácil comprender el metabolismo del mal y atacar con precisión los tumores. En España, ya son muchos los hospitales que cuentan con un PET (tomografía por emisión de positrones), un tomógrafo de diagnóstico por imagen capaz de medir la actividad metabólica del cuerpo humano siguiendo el rastro de un radiofármaco administrado a través de una inyección intravenosa. Sin embargo, en nuestro país tan sólo la Clínica Universidad de Navarra es capaz de producir y aplicar doce radiofármacos para el estudio de diversas enfermedades y tumores, específicos cada uno para cada tipo de tumor (como la 11C-Metionina para tumores cerebrales; la colina para tumores de próstata; el acetato para el hígado o la 18F-Dopa para el páncreas). El resto de los hospitales suelen utilizar, sobre todo, la FDG Flúor 18, que es muy útil para tumores de mama, pero tiene una efectividad limitada para otras patologías. La 18 F-Dopa, por ejemplo, se ha revelado como un radiofármaco clave para los tumores neuroendocrinos y, sobre todo, para el hiperinsulinismo congénito de los recién nacidos. El hiperinsulinismo es el reverso de la diabetes y tiene el peligro de dejar a los bebés graves secuelas en forma de retraso psicomotor o de epilepsia. David, el padre de Candela, recuerda con terror los primeros meses de vida de su hija: «No dormíamos. Había que darle 24 pinchazos al día, medicación cada hora y media y un biberón cada tres; si no, podía quedase postrada en una silla de ruedas para siempre». Los endocrinos infantiles del hospital La Paz, en Madrid, hicieron todo lo posible. «Pero al final lo único que podíamos hacer era darle comida constantemente para que no sufriera crisis y con tres meses pesaba más de siete kilos», recuerda su padre. Decidieron operar, pero antes de abrir, Candela fue derivada a la Clínica Universidad de Navarra para que le hicieran un PET-TAC con 18 F-Dopa. «El tumor era indetectable con técnicas diagnósticas convencionales como el TAC o la resonancia magnética –explica el doctor Arbizu, especialista en Medicina Nuclear de la Clínica–. La cuestión era realizar el diagnóstico diferencial y localizarlo anatómicamente, y la 18F-Dopa era la única forma no invasiva de estudiar el páncreas con precisión.» Candela, con apenas tres meses, fue trasladada con una UVI móvil desde Madrid hasta Pamplona. Le inyectaron el radiofármaco y el doctor Arbizu comprobó con alivio en el PET-TAC que se trataba de un pequeño adenoma en una zona concreta y que no sería necesario quitarle todo el páncreas. «Tuvimos mucha suerte –cuenta el padre–, porque, a las 24 horas de volver a La Paz, el doctor Tovar operó a mi hija. Hay que tener en cuenta que el páncreas de un bebé tiene el tamaño de un pepinillo y que el tumor era más pequeño que una verruga, así que si no hubiésemos tenido la imagen en 3D que indicaba dónde estaba el problema le habrían quitado el páncreas entero, con lo que eso acarrea de diabetes y problemas digestivos.» Cuando Candela salió del quirófano, era una niña completamente normal. El doctor José Ángel Richter, director del departamento de Medicina Nuclear de la Clínica Universidad de Navarra, nos explica el gran avance que ha supuesto para la medicina de la tecnología de la imagen. «Aunar la técnica del PET y la del TAC en un mismo equipo permite estudiar el tumor desde dos puntos de vista diferentes: el metabólico y el anatómico. La observación de un tumor por medio del TAC es como si miraras un edificio desde fuera, pero el PET llega más lejos y te permitirte visualizar lo que ocurre dentro.» |