Cádiar - Granada

No sé si aún se seguirá haciendo alguna parva en Cádiar. Pero al recordarme de aquellos tiempos todavía siento los picores del polvo de las eras. Creo que el que más picaba era el polvo de la cebá. Las tremendas polvareas cuando la trilla de las morunas, yeros, arbejones...; y la nube de golondrinas y vencejos revoloteando encima para comerse los cocos que salían de aquellos granos agorgojaos o acocaos.
Primero se empezaba con "los arranques" de las semillas, cuando se ponían "abarcocás", a primeros de mayo. Había que arrancarlas a mano y se hacían montones que se liaban ý se dejaban secar en el mismo campo. Después había que darles vuelta para que no se pudrieran -y cuantas veces no nos sorprendía el culebrón que reposaba bajo el haz de morunas o arbejones-. Otras veces la sorpresa era más agradable; cuando descubríamos un nido de perdiz -¡¡con más de veinte huevos¡¡- y dejábamos un ruedo sin arrancar alrededor del nido hasta que salían los perdigones. Y qué gozada ver una bandá de perdigones siguiendo a mamá perdiz. Y qué difícil era poder echar el guante a alguno, pareciendo tan fácil. También las codornices anidaban en el suelo. Mientras que las tórtolas hacían un nido con cuatro raices y palitroques, ponían un par de huevos y después salían dos hermosos pichones.
A lo que íbamos; después de "las semillas" se arrancaban las habas -entre S. Juan y S. Pedro- y se resfriaba el campo para sembrar maices y habichuelas. La paja más pesada era la de la paja de habas. De ahí el dicho: es más falso que la paja de habas, porque abulta poco y pesa mucho. Lo contrario de las otras. Inmediatamente después de arrancar las habas había que segar el trigo. "Entre S. Juan y S. Pedro, trigos al suelo". Para mí la faena más dura de las que hacíamos en aquellos tiempos. Y peligrosa también. No en vano se hacía con una buena y afilada hoz que había que saber manejar.
A propósito de la siega explicaré una vieja historia de segaores y de cuando en Cádiar había brujas, sí o hechiceras cómo también se les llamaba. Pasó lo siguiente: en aquellos tiempos muchos hombres se iban a segar a los campos de Dalías, donde pasaban una temporada haciendo la siega por varios pueblos y zonas de la costa. En nuestro pueblo se quedaban todos los familiares, novias etc. Y había una muchacha joven y guapa que tenía a su novio en estas siegas. Se moría por verlo y estar con él pero hasta que no acabara la campaña no podría volver a verlo, ¿o sí?. Un día mientras lavaba ropa en el chorro de la fuente del Guijarro llegó una de estas viejas hechiceras a buscar una alcuza de agua fresquita y la muchacha le preguntó si sabía alguna manera para ir a ver a su novio. Y la bruja le respondió que sí, que si élla se atrevía la llevaría a verlo subida en su escoba. Así es que acordaron salir aquella misma noche, a las doce en punto y desde el terrao de la hechicera. Había que cumplir dos condiciones: una que tenía que ir desnuda y la otra era que mientras durara el viaje tenía que ir diciendo: GUIA, GUIA, SIN DIOS NI SANTA MARÍA.
Mientras sonaban las doce en el reloj de la torre de la iglesia, subieron las dos desnudas en la escoba y diciendo el maleficio emprendieron el viaje hasta los campos de Dalías, donde a aquella hora su novio y los demás segadores fumaban un cigarro antes de irse a dormir apoyados en las gavillas de trigo que acababan de segar. Llegaron en un santiamen, y la bruja señaló al novio de la chica cuando pasaban por encima. Y ésta al verlo tanto se emocionó que se olvido de lo que le había dicho la bruja y gritó: ¡Ay San Blas bendito que alegría! No había acabado de nombrar a S. Blas y ya estaba en el suelo en medio de los segaores ¡y en pelotas¡ rápidamente, el asombrado novio le tiró su chaqueta para que se cubriera y a otro día volvieron para Cádiar, se casaron y de la bruja nunca más se supo.
No puedo dejar de evocar aquí la cálida figura de mi tata Araceli que tantas historias como esta me conto, a mí a mis hermanos y mis primos mientras con tanto cariño se cuidaba de nosotros en casa de mi abuela. Gracias tata, in memorian. Gloria te dé Diós. Amén.

ahora mismo no se hace ninguna que yo sepa como mucho se siembran presules y se les echa enteros a los cuatro mulos que hay sin tener que trillar nada y alfalfa no se siembra nada mas este terreno es muy poco rentable para sembrar por su forma de recoleccion que tiene que ser manual