Valdemorales - Caceres

Artículo 5º (20 Julio -11)

Paseo nocturno por la villa. “El silencio de la noche, paisaje y música”

En la estación más cálida del año, cuando los días son más largos y las noches más cortas, cuando el sol por su posición respecto a la tierra calienta más, el aire es caliente y seco, y sin embargo nos invita a una vida al aire libre.
Con el verano, llegan los días de playa y piscina y también los famosos mosquitos. Pero en my pueblo este periodo resulta duro de llevar, especialmente durante las horas centrales del día, cuando “Lorenzo” se manifiesta serio y con un rigor que asusta e intimida, difícil de soportar..

Es aquí, cuando toma su protagonismo la noche, que incita al ciudadano a disfrutar de esa miaja de aire que se mueve cuando el día toca su fin. Un paseo tranquilo por la villa a estas horas, nos va a permitir saciar nuestra zozobra y nos gratificará disfrutando del silencio de la noche, su música y su paisaje.

Mi pueblo es pequeño, pero hermoso, incluso de noche. Podemos recorrer sus calles en un par de horas, tal vez menos, y disfrutar de esas “buenas noches” que cruzamos a modo de saludo cordial y sincero con la gente que nos encontramos “tomando el fresco” a la puerta de sus casas, descansando sobre una silla con asiento de nea.

Podemos regocijarnos, mirando alguno de sus rincones típicos, pero de sobre manera podemos disfrutar con la música con la que nos obsequia el colosal silencio nocturno y su paisaje particular.

• Las cigüeñas. Habitantes permanentes del campanario de la torre de la iglesia. Cuando echan la cabeza hacia atrás, y mediante el crotoreo o claqueo de su pico se comunican con los suyos. ¡¡Cocinando su gazpacho, comentamos!!.
• La lechuza. Este ave nocturna y solitaria, que anida en los grandes agujeros de la torre, emite un repertorio de sonidos tan variados que resulta difícil expresar en letra, sus silbidos, siseos y mezcla de notas ásperas…
• El Búho. Emitiendo sus gritos, que en el silencio de la noche se pueden confundir con el ladrido de un perro.
• Los grillos. Se perciben durante toda la excursión, a través de su canto metálico, insistente y melodioso.
• Las ranas. El croar de de este anfibio, también es música habitual para nuestro deleite.

Cuanta melodía, que belleza acústica, cuanta armonía y paz se respira, y aun no hemos mirado el cielo.
Los sonidos de la noche rural, nos hacen tomar conciencia de lo que nos rodea y nos damos cuenta que durante el día, no estuvimos plenamente vivos. Son estas, las ventajas de una vida en un entorno natural alejado de las grandes urbes.

A estas horas del día, el paisaje más bello está proyectado sobre nuestras cabezas, donde un cielo azul celeste, completamente estrellado, constituye un inagotable manantial de gozo y deleite para nuestros ojos. Motivo y fuente de inspiración de los mejores pintores y manantial de tantos y tantos romances.

Aquilino

si señor muy buenos ratos, y recuerdo pasamos con tus relatos, te animo a que sigas con ellos,GRACIAS.

El agradecido soy yo por animarme y porque pierdas unos minutitos con mis historias, y me quedo contento si ello te hace sentir lo que indicas..

Seguiré con estos relatos mas o menos espaciados en el tiempo. Sabes, hay mucho tema que contar y destacar del pueblin...