OTRO TIEMPO OTRO PAISEJE OTROS RECUERDOS,OTRO PAISAJE Era una tarde gris de diciembre. Los copos de nieve se columpiaban en el aire y terminaban posándose suavemente sobre los ya amontonados en el suelo, borrando la huella de nuestros pasos. Mi compañera intentaba no desprenderse de mi mano para no perder el equilibrio en la deslizante nieve ya pisada. Una tarde gélida para una pareja con dificultades para encontrar un lugar: un refugio donde transmitirse un poco de calor de cercanía e intimidad. Añorábamos el buen tiempo, cuando podíamos disfrutar del verdor y el calor de forma horizontal sobre la hierva acogedora y mullida. Entonces con el sol, y esa apasionada euforia amorosa que te inundaba el cerebro de dopamina, y te hace idealizar el sentimiento hacia tu pareja. Una descarga de esta hormona de la felicidad por el torrente sanguíneo, y pierdes la capacidad de razonar, en esa loca juventud de los veinte años. Quizá debido a esa edad que menciono, no podía apreciar aún la belleza de estas rimas. Que sin duda le habría dedicado con devoción a mi pareja. Ese perfume de tu piel que inunda los poros de la mía si te abrazo deja en mi sueño el venturoso trazo del rosal que a mi mano se fecunda. Por R. Duyos. Ese pueblo catalán, a una considerable altura en las faldas de los pirineos. Estaba expuesto a la 'tramontana' y no se libraba del bloqueo de las carreteras en los duros inviernos de esas navidades blancas. Aunque han pasado los años, y aquel amor de juventud no llegara a buen puerto. Desde la apacible 'Extremadura': recuerdo estas fechas navideñas en ese lugar recoleto, de veranos templados y fuentes de aguas cristalinas en cualquier estación del año. De blancas navidades y cálido amor de juventud. Aunque por circunstancias de la vida aquel amor se truncó. La nostalgia de esa época aún perdura,. Son recuerdos de juventud que vuelven del pasado. E intentas dar marcha atrás en la 'moviola 'de la vida. Como recreación de ese tiempo que se fue para siempre. emirey ¿Que haré amor mío, amor sin tu cuidado cuando noviembre llegue por mis venas? Ya no estarán en pie las azucenas que yo cortaba en tu jardín vedado.- Por R. Duyos. |