un retazo del pasado ¡Parece que fue ayer...! ¿ Cómo éramos, hace 70 años en esta pequeña aldea que nos vio nacer?. Éste era nuestro mundo, que nos parecía el ideal cuando sólo pensábamos en los juegos propios de la infancia. No teníamos nada y creímos que lo teníamos todo. ¡Que confiados éramos! Con el tiempo distinguimos entre el bien y el mal, la riqueza y la pobre, se nos heló el corazón al despedir a un ser querido que se nos iba para siempre y, llegaríamos a la conclusión de que este mundo es un valle de lágrimas. Me he sentado a escribir pensando en cómo eran, y cual el cometido de los Alcaldes de la época y, me he perdido, en disquisiciones metafísicas fuera de contexto, y cómo inexperto, no se como enlazarlo. Porque abrigaba la esperanza de hacer una semblanza de quienes nos gobernaban en esa época del franquismo. Quienes fueron los ediles,los Curas las costumbres, la vida día a día, visto desde la distancia, sin herir sensibilidades de alguien que pueda sentirse aludido. Tendré que resumir mucho, aquí no caben"Cien años de Soledad." por el espacio tiene que ser casi telegráfico, y mejor si hay una pizca de ironía. Queríamos decir que durante la Dictadura los Alcaldes se eternizaban en el cargo. ¿Fueron tres o cuatro? Nombro a los que conocí y de los que yo guardo respeto en el recuerdo. Como fueron Manuel Cerro, que ya traía un curriculo limpio de la pasada guerra. Y sería uno de la posguerra. Neutral, aséptico no utilizó el cargo en provecho propio, ni empañó su nombre la más mínima sombra. Tio Estanquero; lo que hoy llamamos un "currante" neto. Lo encontrabas por esos caminos de herradura hacía Garrovillas, con lluvia o sol, las caballerías cargadas con las 'sacas' de tabaco, trabajando para ganarse el pan de cada día. Pedro Cerro, sobrino de Manuel. de una familia que durante la guerra hizo méritos para evitar el desmadre político, del "cainísmo" propio de una guerra civil, y que fue mi amigo. Corría el año 50, Pedro no era alcalde aún y, era novio de la hija de donde me ganaba el pan. Él, medio embroma me venía a llamar algo así como ilustrado, al verme enfrascado con el periódico ABC, al que estaban suscritos alli y al venir a recoger al pueblo, lo leía, cabalgando en un burro o caballo, el primero, bajo cuerda Pedro nunca mostró un atisbo de autoritarismo con migo, aunque solo tuviera trece años por aquellas fechas. Se casó, puso una tahona y le fue bien. fue el último alcalde de la Dictadura bastantes años. . Él decia que estaba en el cargo porque a nadie le interesaba éste. En este periodo,con dichos alcaldes, los impuestos estaban fuera de lugar, la burocracia no nos amargaba la vida con cánones sangrantes sin residir aquí. El Secretario Ventura y Sebastián lo tenían todo controlado. Se desenvolvían en el viejo Ayuntamiento, un edificio de recias paredes, angosto y casi sin ventanas. Por supuesto sin luz ni agua, y un silencio alterado sólo por el monótono teclear de una vieja máquina de escribir en manos de el auxiliar. Todo esto lo observaba llevado por mi curiosidad cuando acompañaba a Andrés el hijo del Secretario. Y nos queda la semblanza del ya mencionado señor Cura; don Timoteo Amigo de Pedro de edad aproximada, físicamente parecidos. Fruto de la última hornada del Seminario. Llegó un día gris de febrero de 1950 ? para enfrentarse a la tarea de impartir religión, moral y buenas costumbres. Que en la época era reprimir. Hace mucho tiempos, en los cursillos de mi época de sindicalista, años 70, un profesor 'izquierdoso' nos advertía. ante el poder político. "Si reprimes en lo sexual, lo demás lo tienes conseguido" Ese era el lema de la época, reprimir. a la juventud en lo sexual. Aunque escribí con todo detalles las andanzas sobre las aventuras de don Timoteo, me he autocensurado ante la oposición de mi mujer, Aun es pronto para levantar el velo de los hecho. Ya en el recuerdo y la discreción de los ´muy´mayores. emirey + , |