CARTA DE UN CHICO A SU NOVIA Ayer he recibido un e-mail de mi sobrina, se llama Gloría, que, al igual que Carlos de Valdés, es un poco trotamundos, lleva unos años en Londres, y de vez en cuando me envía algún archivo con su pizca de humor. He decidido poner éste ya que está muy de actualidad. Allá va: Querida Lola: No soy capaz de esperar a tu vuelta para comunicártelo. Nos han concedido una VIVIENDA DE PROTECCION OFICIAL de 30 m2. Nos casamos, Lola, ¡nos casamos! Te confieso que no es el piso en sí lo que me tiene loco, sino el pensar en compartirlo contigo. He conseguido un plano del piso y aquí me tienes, regla en mano haciendo cálculos. Mi madre dice que es pequeño; ya sabes cómo son las mujeres de antes, y ella tiene hasta máquina de coser. Sé que espacio no nos va a sobrar, pero con ideas tampoco nos faltará. No compraremos la cama de Ikea de 1,80. Por más que mido no cabe, pero pensándolo bien, la de 1,05 es más íntima. Sé que a la larga una super-cama de 1,80 nos distanciaría. Tampoco cabe el piano. Tu hermano lo ha medido y nos faltas 23 cms, pero en cambio en ese espacio encaja ideal el ordenador. Claro que sin piano no puedes dar las clases y ya contábamos con ellas para vivir, pero he pensado que puedes seguir dándolas en casa de tus padres. Seguro que ellos encantados de poder verte cada día. Por cierto, tampoco encuentro sitio para todo ese tocho de temario de tus oposiciones, porque aunque había pensado que podías estudiar en la mesa del comedor, no puede ser. He elegido una abatible para que nos quepa el sofá, y si dejamos la mesa todo el día no podemos sentarnos, así que también tendrás que estudiar en tu casa. Será por poco tiempo, porque seguro que la oposición la sacas a la primera. Yo dejaré en la mía los trastos de esquiar, las raquetas y los libros, porque aunque pensé en hacer un cajón bajo-cama que explicaron en Bricomanía, he desistido. Caber, cabe, pero no se puede sacar, porque por un lado se lo impide la pared y por el otro, el armario. En cuanto a hijos, si el cielo nos bendice con alguno, tengo la solución. Ayer medí el recién nacido de mi hermana y tiene 50 cm escasos. Una cuna proporcionada nos cabe junto al sofá si quitamos la lámpara de pie y ponemos un aplique, y cuando descolguemos la mesa para comer, llevamos al niño a la ducha, que es un espacio desaprovechado porque sólo se usa unos minutos al día. Lo que si traeremos es el reloj de pared de tu abuelo, ya que aunque no anda, le tienes cariño. Le he encontrado un sitio genial junto a la puerta de la entrada. Le quitaremos el péndulo y utilizaremos el hueco como librería. He calculado que con una balda a media altura caben holgadamente diez libros y quince CDs. ¿Ves como todo es cuestión de ideas? Selecciona nueve de entre tus libros. Yo llevaré el Ulises de Joyce que lo he empezado veinte o treinta veces y nunca lo termino. Con él sé que tengo lectura para años. ¿A que hemos nacido con suerte? Nos queremos, nos vamos a casar y, sobre todo tenemos piso, Lola, ¡tenemos piso! Ven pronto. Te quiere, Juanjo Tengo la carta que le contestó la tal Lola (la novia), os la envio mañana. Abrazos, Jotaele
|