Larna - Asturias

Ah Benito:
¿Achouqueciste, hombre? ¿O ye que tas enfurruñao? Dios que t'echó, al final volví pa Larna ya nin mandaste un paquetín de nada, nin escribiste tampouco.
Sí, Benito, sí, toy en Larna... Por eso esta carta la recibes sin sello nin nada, que pa bajar a Cangas a comprar el sello y echala al bozón, penséi que era mejor que te la echara yo por debajo la puerta y'andando, así aforraba algo de cuartos. Volví, pasa que toy escondío por vergüenza, me cagon mi manto. ¡La catacombe, Benito! Ye muy largo de contar, pero bueno, tampoco tengo outra cosa que fer y el papel y el bolígrafo son del hotel de Bucarest...
La cosa empezó a torcese hay dos semanas. Íbamos a grabar una pilícula nueva que se llamaba “Bombero, agárrame la manguera”, que naide me supo decir muy bien l'argumento. Pero el día que lleguéi yo pa la grabación... ¡Ay de mí probe, Benito, lloro na más de acordame! Chacho, allí non había más que borrones. Había más morciellas colgando que nel nueso cocino después de la matanza, cagon tal. Cuando pregunté a Ionut, díjome que en aquella pilícula no había hembra ninguna... ya you quedéi pensativo y pregunteile:
- ¿Entos?
Ya el díxome que a mí qué más me daba, que yo tenía que hacer igual que en las demás pilículas o, si acaso, igual hasta parar bien.
Así en el momento non entendí mucho lo que me decía, pero aluego... ¡pa su madre! Cuando empezó el rodaje tuve que marchar de allí escapao. ¡Malos chobos los coman! ¡Era una pilícula monosesual! Y a mí eso ya sabes tú que non me va, ¿eh?. YO ESO NO, ¿EH?
Di la vuelta pa'l hotel y como taba algo afectao y eso a mí relajame bastante tiréi pa la huerta. Tenía ya los tomates pa pañar ya las caxinas casi casi, bien de calabacines ya una maniega lo menos de cebollas... Menuda cosecha, Benito.
El caso ye que fui a la habitación a busca'l cubo de los orines de la nueite ya, al volver, vi unos cuantos perracos que andaban por ahí. Non les hice mucho caso, yo iba a lo mío, pero cuando llegué al huerto empezaron a amarrase, mala centella los parta. Yo quise espantalos, pero pa la pta que los chóu, volvíanse a mí los desgraciaos d'echos. Iba a mandales con tou el cubo que chevaba na mano, pero resbaléi ya cayóme encima tou el abono. Y echos allí dándose bocaos y desarmando el telar tou... Cuando pude levantame, los perros ya marcharan, pero desfarrapáranme la huerta entera... Qué tristeza más grande, Benito, qué tristeza, chacho... Entróume una depresión que empecéi a sangrar pola nariz ya tou. Quedaron dos berzas y una lechuga en pie, tou lo demás non valía pa nada. Con la de kilos de verdura que yo tenía allí pa vender...
El caso es que yo quedéi por ahí a ver si podía arreglar algo aquel desaguisao. Home, caíanme las lágrimas igual que a un neno que se le rompió el carretón... Escarbéi algo por ahí, pero qué va, aquello non valía pa nada. Sentéime en el suelo llorando a pensar qué hacer y al cabo de un pedazo, llegó p'allí un paisano así con unas pintas un poco raras. Empecemos a hablar, así medio por señas ya la virgen, ya entós ya me di yo cuenta de lo que quería ese manguán. Él decía que iba a vendeme un fertilizante mágico mejor que el nitrato de Chile aquel, que iban a crecer las plantas fuertes como rayos. Mágico, sí... Mágicas fueron las hostísimas que i-di. So madre, ya me engañaran a mí una vez vendiéndome un duvedé en Cangas, pero a mí no me la dan otra vez, no, no... Como yo taba calentuco po lo de los perros, mecagonlaputa que lo chou, pagoulo el paisano aquel. So madre, vaya chombadas, contéi que s'asfisiaba del dolor. Chevóu unas...
¿Pues sabes qué, Benito? ¿Non va el condenao aquel, p'ancima, ya denúnciame? Y creo que al día siguiente vino la policía a por mí al hotel ya la de dios... que me lo contó luego Gica. Menos mal que coincidió que yo taba pa’l descampao desocupando, que si no mi alma voy preso.
La cosa ye que fue marchar los guardias y, me cagon so alma, garréi el coche ya fui pa casa de Ionut pa escondeme allí unos días o pa ver qué dicía él que tenía que hacer. Pero amigo, las desgracias nunca vienen solas...
Cuando cheguéi como taba la puerta abierta, pues yo... entréi por ahí p'allá ya encontréme, non paro de chorar mientras escribo estas palabras... ¿Sabes el qué? ¡A Ionut haciendo el seso con Nicoleta!
Cagon tal, Benito, yo casi caigo de culo, eso non lo podía esperar naide, ¿Cómo iba una persona humana a imaginase eso? Así que yo, ¿Qué iba a hacer? Pues nada, enganchéi a Ionut ya dile una somantísima que miánicas va a acordase de Manulo una buena temporada. Luego, enfogonao como taba, iba igual que un carneirón a embestir tamién a Nicoleta... pero no pude, Benito. Al final ella portóuse algo mal, sí, pero el amor ye el amor y non pude, qué le vamos a hacer...
Garréi el coche ya marchéi de vuelta pal hotel porque nada más que sabía esa ruta, non me fuera a pasar como a Vitorino cuando lo mandaran pa Oviedo ya perdiouse.
Púsose tou en contra mía, me cagon mi manto, pol camino rompióse un paliller del aiga, dejéilo en el medio de una calle porque non fui a movelo, pero chevéi las llaves y las fundas de los asientos, ¿Qué cuentas? Ya tuve que volver andando. ¡Dios que m’echó!
La cosa non iba muy bien: quedara sin trabajo, sin moza, sin coche, Ionut igual taba algo enfadao conmigo, andaba buscándome la policía... Total, que al final después de pensar mucho decidí que lo mejor era volver pa Larna.
Cuando chegué al hotel, garréi las mis cosas, metilas pa la maleta ya marché pa la estación de los Alsas, siguiendo un mapa que agarra en el motrador del hotel, a ver si había alguno pa Cangas.
Mira, Benito, dicen que Dios aprieta pero non afuega ya oyi, será así. Yo digo que hay Dios, ¿Eh? Mi alma lo digo que lo hay... De camino pa la estación, atopeime con Nadia. Sí, oh, Nadia, la esaminadora aquecha que me diera el carné de conducir. Acercouse muy melosa, preguntando que pa dónde iba, que si esto, que si aquello... Bueno, la cosa arreglouse algo. Esa nueite fui pa su casa ya cenéi caliente, anda, me dí una farturísma a comer repollo que menudas estachidas peguéi. Claro, que tuve que pagale el favor, pero oye, uno ye un paisano y si hay que pagar favores, se pagan, cagon ros, cumpliendo ahí... fuertemente, ¿Eh? ¡¡F-U-E-R-T-E-M-E-N-T-E!!
Quedar, debió quedar bien contenta, porque ofreciose a llevame a Larna ¡N’el coche d’echa! A mí pareciome bien, oyi, que así non gastaba lo del billete del Alsa, ¿Non sabes? Así que garramos el vehícolo de Nadia ya marchamos pa Larna. El camino fíxose largo, tardamos una semana en llegar, pero ¡Ñooó! Vaya semana, Benito. Mi alma lo digo que me dejó seco pa una temporada la xatona aquella. Cada pouco entraibai la zogue ya paraba así pa una cuneta y ¡Vanga! ¡Cilindro a dolor! Bueno, tan seco quedéi que l’ultimo día non di más de mí. A mí eso nunca me pasara, ¿Eh?, que yo pa eso soy bien cumplidor, pero cagon tal. Sería que voy vieyo, sería el cansancio... El caso ye que soy un chepo haciendo el seso.
Nadia, cuando vio aquecho, quedó así mirando pa mí ya me dixo:
- Maenulo ¿Qué cosa pasa a tí en la parte de abajo qué no funciona cohete? Ya you, taba con una vergüencísima de la virgen, ya empecéi a pensar en Balbina de la de casa Armesto de Folguerixú, ya cuando íbamos de nenos a mirar por las ventanas a ver si veíamos a alguna desvistiéndose, pero nada. Hasta en el Interviú que había a veces na cantina pensé, pero nada non hubo forma, aquecho no arrancaba. Ya cogió la muy desgraciada ya dejóume tirao ya marchóu, sabe Dios donde. Buenanda, polo menos la cosa fue nel Rañadoiro, así que pude chegar a Larna andando.
Cuando lleguéi al pueblo era ya nueite piecho. Yo ya te conozo ya sabía que si iba pa casa a esas horas ibas a salir con la escopeta pensando que era algún malhechor. Así que penséi dormir esa nueite nel parreriro de casa Marcelo ya luego ir pa casa al día siguiente. Dicho y hecho: fui p’allá, busquéi un sitio pa acomodame ya echéime a dormir. Pero, cagon tal, tanto caminar... taba aspao de sede. Entós acordeime que los de Guerrero guardaban una barrica de vino nel garaje, que la viera yo alguna vez que pasara por ahí. Oyi, non pude resistime, tantos meses sin probar el vino de la uva... Así que salí por ahí p’allá, metime nel garaje sin hacer nada de ruido y cuando iba a abrir la barrica apareció César, me cagon mi arte. Debía venir de Cangas o la virgen, claro, un sábado a esas horas... El caso ye que me tomó por un vagamundo, enganchóme por la solapa de la chaqueta ya empezó a dame unas hostísimas...
- ¡¡Non me pegues, César, que soy Manulo!! -decía yo pa ver si paraba.
- Sí, sí, Manulo. ¡Voy a enmanulate yo a ti el alma, desgraciao!

Y venga a dame sin parar pa las costillas, una somantísima... hasta que en una de esas, como toy tan endelgao, saquéi la chaqueta y escapé corriendo como un corzo. Pero pancima, nel camino topéime con Leo, el perro de Guerrero que debía de saber que algo pasaba ya púsose a ladrarme ya me desarmó los panatalones tous. Non pude volver a por la maleta, me cagon ros...
Así que sigo escondío, hermano, hasta que sanen las heridas, que dame vergüenza que la gente pol pueblo me vea así, toy hasta desdentao...
Marché pa’l parreiro de Ciscón, non fuera a ser que César pasara por casa Marcelo. Un día de éstos ya vuelvo pa casa da feito.
Non sei si taré algo enfermo también porque non hago más que perder aire, que aiquí sólo tengo castañas viejas pa comer y tan duras como un peneo y pa roelas paso las de Cristo; como siga así, mi alma chego en llanta hasta casa.
Hala, hasta pronto, ¿eh?

Manuel Fernández Pasarón

Home, probe Manulo.
El caso es que se veía venir, pero da pena el montón de desgracias que le pasan a este paisano.
Besos / abrazos,

David de Marión

cronudo, apaleado, desdentado, escondido y "un chepo haciendo el seso". pobra paisano joer, empiezo a entender las críticas de SDN... ¡qué vais a matar a manulo, conio!

Haber si es verdad que se acaban de una vez porque no las ha leido nadie. Esta vez el cuento no os ha funcionado

que se acabe así da pena, o sea con manulo fallando en la suerte de vara (como dijo xastre en mi facebook)...