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Carcarosa - Asturias

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España > Asturias > Carcarosa (Mieres)
15-01-12 13:51 #9435190
Por:Jose Manuel Z.L

Cosas dormidas....5º
El sol habia calentado con exceso la tienda de hule. A pesar del techado de ramas verdes que habian construido sobre ella, el calor en su interior provocaba un sofoco que Celia no podia soportar. Las hijas de El Tordo habian caido ya rendidas al sueño. Ella intentaba dormir. Se seco el sudor que le resbalaba por el cuello y se incorporo para buscar la cantimplora. Le molesta la pistola en el cinto. Querria quitarsela, pero no esta permitido dormir sin el arma. Es mejor el invierno. Aunque a veces el frio sea insoportable. Recuerda con autentico espanto las noches de marcha, los pasos hundidos en la nieve, los miembros helados, aun despues de aplicarse el linimento para atravesar un rio. Pero es mejor el invierno. Trago agua fresca. Vacio el resto de la cantimplora sobre su cabeza y se la colgo en bandolera. Se levanto. Salio de la tienda y busco el consuelo de una sombra. Su hermano dormitaba tendido junto a su arma bajo el saliente de una roca. Ella se recosto a su lado. Tambien alli se asfixiaba. La piedra que les servia de techo les protegia de los rayos del sol, pero acumulaba el calor, y ardia. El olor del cuerpo de su hermano, que le llegaba en vaharadas con el mas minimo movimiento que hacia, le asqueaba tanto como el suyo propio. Hay que oler a monte, le dijo Mateo la primera vez que pidio jabom, o un poco de colonia.
A monte, niña, para que no puedan seguirnos el rastro.
Y a monte olian, a monte sucio y sudoroso, pesado, caliente, lento y animal. El cansancio vencio a la repugnancia, y Celia se quedo dormida. Habian caminado durante toda la noche. Y el dia habia sido largo, y hermoso. Fue un dia hermoso, si. Ella se sintio guerrillera, mas que nunca, con su fusil al hombro, marchando con la partida de El Chaqueta Negra hacia El Llano. Fue un dia hermoso. Tomaron un pueblo en nombre de la Republica en una operacion militar perfectamente coordinada. Todas las partidas de la Agrupacion Guerrillera de Cerro Umbria participaron en la invasion. Fue un dia de victoria. Colocaron la bandera tricolor en el balcon del ayuntamiento, requisaron la pistola del alcalde, las armas y las municiones del cuartelillo, desvalijaron la caja fuerte del jefe de Falange local y los vecinos les entregaron cestas repletas de alimentos. Euforicos de exito, durante la marcha de regreso al campamento entonaron el himno guerrillero. Caminaron toda la noche, y al llegar a El Pico Montero, llenaron el deposito de aprovisionamiento con el armamento requisado y el acopio de viveres, y volvieron a cantar.
Todos se admiraron al ver cantar a Celia.
Pero si tenemos aqui a Celia Gamez.
Era El Peque, un jefe de agrupacion que habia llegado de Toledo para coordinar la sublevacion de los pueblos del interior. Tenia los ojos negros, la sonrisa generosa, facil, y llavaba sombrero. Los hombres de su unidad le admiraban por su arrojo, pero tambien le temian. Aplicaba las leyes del monte con el maximo rigor. Y de el decian que no le temblaba el pulso al disparar cuerpo a cuerpo contra el enemigo, y aseguraban que no le temblaria tampoco al ajusticiar el mismo a los traidores. Eso decian. Y Celia pudo comprobarlo durante la ocupacion del pueblo, cuando un muchacho gallego anuncio en la plaza de la parroquia que deseaba abandonar la guerrilla, que no aguantaba mas. El Peque le dirigio una sonrisa, le arrebato el arma que cargaba al hombro y miro a dos de sus hombres. Basto una mirada. Los dos hombres encañonaron al muchacho y, ante la sorpresa de Celia, se lo llevaron a la calle que daba la vuelta a la iglesia. El Peque los sigio.
Cuentan que El Peque amenazo de muerte al gallego. Si te vas, te mato, dicen que le dijo. Y dicen que su mirada negra traspaso a aquel muchacho. Y que antes de que El Peque le apuntara con su arma, mojo los pantalones.
Aqui mismo te despacho, tu decides.
Los cuatro hombres regresaron a la plaza. Uno de ellos paso un brazo por los hombros del chico, otro le dio palmaditas en la espalda. El Peque le devolvio el arma, y sonrio. Nadie habia visto nunca ternura en El Peque. Nadie. Nunca. El la ocultaba bajo una sonrisa ironica, o tras una carcajada, en el preciso instante en el que la sentia. Y ante el muchacho gallego de los pantalones mojados sonrio. Pero despues de cantar el himno guerrillero en el campamento, aquel amanecer de agosto, la mirada negra de El Peque atraveso a Celia. Y ella sintio su ternura en lo hondo, en lo mas hondo. Y para siempre.
Poco despues, cuando Celia y las hijas de El Tordo se retiraban a dormir, El Peque las alcanzo de camino a la tienda:
Cantas muy bien.
Gracias.
Y al ver que El Peque pasaba junto a ella, Celia detesto oler a nonte por primera vez.
Mejor que la Gamez.
No exageres.
No exagero.
Ella se detuvo al llegar a la tienda. El Peque continuo caminando y sin volver la cabeza, agito la mano para despedirse:
Que duermas bien.
Pero no puede dormir. No puede. no pudo en la tienda y no puede ahora. Se ha despertado abrazada a su hermano. El calor de los dos cuerpos la ha despertado. Se incorpora. Mira a su alrededor. Todas las sombras estan ocupadas. A lo lejos, ve a Mateo, con su fusil en bandolera y un cubo en cada mano. Se levanta, y grita.
¡Cordobes!
El se detiene y la espera.
¿Vas a por agua?
¿A ti que te parece?
Dejame ir contigo.
Ni hablar.
Por favor, necesito refrescarme en el rio.
No es la primera vez que Celia quiere acompañar a Mateo cuando a el le toca ir al rio. Ella sabe que es muy peligroso, por eso no le extraña que Mateo se niegue.
Te he dicho que no.
Anda, precioso, que no he visto a un guerrillero mas precioso que tu. Mira como tengo la cantimplora, seca como un lagarto.
Pues esperame aqui, que ya te la lleno yo cuando vuelva.
Venga, Mateito, no seas malo.
No te pongas zalamera, chiquilla, y no quieras llegarme a las entretelas, que no me vas a llegar, no lo vas a conseguir por mas que lo intentes.
No. No lo conseguira. Por mas que lo intente, Celia no conseguira convencer a Mateo. Le vera desaparecer en el tunel de zarzas. Despues, encaramada en la roca mas alta, le vera llegar al rio con un cubo en cada mano y su fusil en bandolera. El sabra que le esta mirando. Soltara los cubos. Descolgara el naranjero de su espalda y agachado sobre el lecho del rio, tomara agua entre las palmas y la lanzara con fuerza hacia atras, por encima de su espalda. Y sonreira, sin que la chiquilla pelirroja lo vea sonreir. Para ella, sonreira.
Asi le vera Celia por ultima vez, salpicando el agua a su espalda. Para ella.
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16-01-12 16:58 #9440736 -> 9435190
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Cosas dormidas....5º
El abrazo de su hermana desperto a El Chaqueta Negra. Se dio media vuelta y vio como Celia charlaba con Mateo. Cerro los ojos. El calor sofocante le impedia conciliar de nuevo el sueño pero intento volver a dormir. Recuperar a Pepita, ver como le resbalaba un mechon de la frente. Apreto los parpados. En sus ojos cerrados busco a Pepita. Sus caderas se contoneaban en la casa de Ave Maria. La vio caminar hacia la cocina. Las flores de su vestido iban cayendo al suelo al ritmo de sus pasos. Sus zapatos estaban mojados. Jaime abrio los ojos. Sacudio la cabeza. Se seco el sudor de la frente y opto por levantarse. Hizo una ronda por los puestos de guardia, rechazando la vision de las flores marchitas en el suelo. Al llegar a la roca que ocupaba El Tordo, le ofrecio un cigarro.
¿Hace un cigarro?
Hace.
Fumar a la luz del dia requeria una pericia que ambos dominaban. Ocultaban las brasas en la palma de la mano y expulsaban el humo poco a poco, dispersandolo en el momento mismo de exhalarlo.
Hay que ir a la estafeta, esta misma noche te acercas.
¿Has visto eso?
¿El que?
Ese brillo, detras de aquel arbol.
Yo no veo nada.
Los dos hombres compartian una misma preocupacion. Durante la toma del pueblo, un guerrillero de El Llano les habia informado de que su enlace de Guadarrama habia ido a Soto del Real a comprar viveres y no habia regresado.
No se, pero no me da buena espina. A Soto era la primera vez que iba. Si no llega esta noche a Guadarrama, mañana os dejo aviso en la estafeta y os vais del cerro echando leches.
Los que suministraban a la guerrilla tenian la consigna de comprar en distintas tiendas y en distintos pueblos, para no levantar sospechas al adquirir alimentos exceso.
¿Conoce la situacion del campamento?
Perfectamente, su hijo esta con El Tordo. Antes de que tu llegaras, subia ella misma con un burro. Me da a mi que la han trincado. Y esa mujer nos tiene dicho que no resistira la tortura.
El guerrillero de El Llano no se equivocaba. El tendero de Soto del Real se extraño al despachar las viandas, demasiadas para una sola familia, pero no aviso a la Guardia Civil. Sin embargo, el boticario dio parte en el cuartelillo, despues de cobrarle el kilo de bicarbonato que le habia pedido. Y la enlace de Guadarrama no resistio la tortura.
Parece que alli brilla algo, detras de aquel arbol. Si, algo brillaba detras de un arbol. Jaime atisbo la lejania, el breve movimiento de los matorrales que circundaban el cerro aumento su alarma:
¡Mira!
El Tordo hizo visera con la mano para mirar en circulo:
No corre ni gota de aire, ¿que c.ño es eso? Alguien esta moviendo los matojos.
¡Despierta a todo el mundo! Hay que largarse de aqui.
En ese mismo instante, la luz del sol reverbero en el charol de un tricornio. Y luego en otro.
Y en otro.
Y en otro.
Los numeros de la Benemerita se acercaban al rio, donde Mateo salpicaba agua hacia atras.
Celia vio como los civiles cercaban a Mateo. Grito su nombre:
¡Mateo!
Mateo alzo la mirada. En un instante supo que estaba perdido. En un instante supo que debia alertar al campamento, y como hacerlo. Echo mano al naranjero. Y supo, en un instante, que a el no le cogerian con vida. El disparo del naranjero de El Cordobes desconcerto a la Guardia Civil. Los que aun estaban agachados se pusieron en pie. Los que aun se ocultaban descubrieron su posicion.
Un disparo.
Celia reconocio el sonido del naranjero de Mateo, mientras alguien tiraba de su brazo para obligarla a bajar de la roca.
Un disparo, un solo disparo basto para despertar a los guerrilleros que aun estaban durmiendo.
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17-01-12 17:12 #9454411 -> 9440736
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Cosas dormidas....5º
La Guardia Civil fotografio el cadaver de Mateo, y el de cada uno de los guerrilleros que murieron en El Pico Montero, y expuso las fotografias en los escaparates de las tiendas de todos los pueblos de El Llano. Seis hombres. Y una chiquilla. Los rumores que corrian señalaban la trampa en la que caerian los que reconocieran a los muertos. Solo unos pocos confiaban en que les entregarian los cadaveres, y no serian detenidos ni interrogados. Los demas miraban los retratos procurando controlar la emocion para que su rostro no les delatara al conocer la muerte de los suyos. Miraban. Guardaban silencio y se alejaban sin un gesto de dolor, sin una lagrima.
En casa, a escondidas, lloraran. Rezaran por ellos a escondidas. No hay duelo si no hay difunto. No encargaran ninguna misa, ningun responso, ningun funeral por sus muertos. Sus muertos no les pertenecen. No se pondran de luto. Y no habra redoble de campanas.
No vayas.
Los rumores habian llegado a la pension Atocha. Pepita estaba recogiendo las migas de pan negro en su bolsa de terciopelo cuando el sepulturero llevo la noticia. Dicen, dijo, que detienen a todo el que reconozca a algun muerto y que a una mujer se la llevaron porque aseguro que ningun retrato era de El Chaqueta Negra. Un guardia civil la cogio del brazo y no dejo de empujarla hasta que llegaron al cuartelillo. Ahi dentro me vas a decir como tiene la cara ese bandolero y por que lo sabes tu.
¿Y era El Chaqueta Negra?
No se, nadie lo sabe, y digo yo que el que lo sepa se cuidara de ir diciendolo.
Cuando se vaya el sepulturero, Pepita le pedira a doña Celia que cuide de Tensi mientras ella se acerca a ver esas fotografias.
No vayas.
Pepita no atendera el rurgo de doña Celia, aunque doña Celia insista:
No vayas.
Saldra de la pension Atocha. Cerrara la puerta sin escuchar la voz que sigue implorando;
No vayas.
Ira.
Va a tomar el mismo tren que la llevo hacia Jaime Alcantara cuando se llamaba Paulino. Y en la estacion de Delicias, recordara los besos que se dieron.
Algas.
Subira al ultimo vagon, y se sentara en el ultimo asiento sin advertir que en el primero se acomoda Reme aferrada al brazo de Benjamin.
Viajara asomada a la ventanilla, sudando sin notar calor, apretandose las manos sin sentir sus dedos, mirando sin ver un paisaje de mediados de agosto, amarillo y doliente.
Bajara al anden donde un dia piso sangre sin saber que la pisaba, y se dirigira hacia el escaparate mas proximo sin mirar a tras. Sin ver que Reme ha descendido del tren sujetandose el vientre, ni que Benjamin la lleva por los hombros y pregunta al jefe de estacion por los aseos, porque Reme esta enferma.
Caminara de prisa.
Apretara los labios.
Seis hombres y una chiquilla. Siete fotografias. Siete muertos.
Y unos ojos azulisimos que buscan avidos en un escaparate.
Una pareja de guardias civiles hace su ronda y se detiene en la puerta de una merceria.
¿Conoces a alguno, guapa?
No.
Mintio. Conoce a uno. Solo a uno. Tiene los ojos cerrados y la boca abierta.
Los guardias civiles buscan el amparo de una sombra. Bajo el toldo de la taberna contigua a la tienda, observan como Pepita se da media vuelta. El vuelo de su falda le acaricia las piernas.
Se va.
Un escalofrio le recorre el cuerpo. Conoce a uno. La primera fotografia, arriba a la derecha.
Adios, bombon.
Ella se marcha sin mirarlos. Lleva en sus ojos azules el rostro de la muerte. Y ellos miran sus pantorrillas.
Pepita camina controlando sus pasos. Piensa en Tensi. Su tacon izquierdo encuentra un adoquin que sobresale en el suelo. Recupera la compostura despues de un ligero quiebro y atraviesa la plaza sin ver a Reme. Sin ver que Benjamin abanica a su esposa mientras ella se enjuga el sudor del cuello con un pañuelo. El malestar de Reme les ha obligado a buscar un banco a la sombra.
Hace dias que Reme esta enferma pero cuando los rumores de la exposicion de fotografias llegaron a la calle Hermosilla, se levanto de la cama y quiso ir a verlas. Necesitaba saber si la chiquilla era Elvira.
¿Estas mejor?
Si, vamos.
Pepita doblaba ya la esquina cuando Benjamin ayudo a Reme a levantarse del banco.
La mirada de Reme no se detuvo en los rostros de los hombres. No reconocio al marido ee Hortensia. Tampoco Benjamin supo que la primera fotografia, arriba a la derecha, pertenecia al hombre que entro con el al locutorio, un dia de Navidad, cuando su hijo y su nieto vinieron desde Leon y Pepita consiguio que les dejaran entrar a todos en la prision de Ventas.
De los labios de Reme escapo un suspiro. La chiquilla no es Elvira.
Los guardias civiles la oyen suspirar:
¿Que le pasa, señora, la conoce?
No.
Pues tiene usted la cara descompuesta.
Es que esta enferma.
¿Y no sera que se ha puesto enferma al ver a estos?
No, señor, venia ya mala.
Reme se sujeta el vientre con las dos manos y se dirige aprisa hacia la taberna. La sigue Benjamin, y la pareja de la Benemerita. Ella preguntara por el retrete, el pedira un agua de limon para su esposa.
Cuando lleguen a la estacion, el tren estara a punto de marchar. Pepita se ha sentado ya en el primer vagon, ellos subiran al ultimo.
No es Elvira. No es Elvira. Reme lleva en los ojos aliviados la imagen de Elvira moviendo su melena roja.
Benjamin lleva en los suyos el horror, los ojos cerrados y la boca abierta de una de las hijas de El Tordo.
Puntos:
18-01-12 16:43 #9459415 -> 9454411
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Cosas dormidas....5º
El que tiro de Celia para hacerla bajar de la roca fue El Chaqueta Negra. Huye, le dijo, corre, corre. Y ella corrio. Sin mirar atras y sin esperar a su hermano. Corrio, con el disparo del naranjero de Mateo retumbando en sus oidos. Sin oir nada mas. Un disparo, como un grito. Un alarido que la atraveso por dentro, que la atraviesa mientras corre junto a los demas en desbandada. Corre. Apenas unos pocos quedan atras. Corre monte abajo con la pistola en la mano y la cantimplora vacia en bandolera. Su hermano organiza la fuga instando a los que huyen, gritando que no abandonen las armas, citandolos en el campamento de reserva, la base de retirada para situaciones de emengencia. Pero ella no mira hacia atras. No oye a su hermano. No oye mas que el naranjero de Mateo. Ese disparo, y solo ese, es el que la hace correr. Corre. Huye de un grito que la desgarra mientras corre. Llora. Corre. Tropieza. Cae. Se levanta. Corre. Corre aunque las piernas no aguanten su carrera. Hacia El Llano. Aunque le falte el aire. Hacia El Llano. Corre. Sin mirar a los que han tomado otro camino. Hace calor. Corre. Vuelve la mirada. Y esta sola. Corre monte abajo sola. Hcia El Llano. Siguio corriendo. Y sintio que se ahogaba. Las piernas no le respondian. Un golpe de tos. Se metio un pañuelo en la boca. La carrera perdia su fuerza. Cayo al suelo. Se levanto. Corrio unos pasos. Volvio a caer. Unos pasos mas. Hacia El Llano. Miro a su alrededor y descubrio unos matorrales. Busco cobijo y sombra, por un rato. Solo por un rato. Se agacho. Entre los matorrales. Hacia mucho calor. Tenia sed. Le dolia el pecho y las piernas le temblaban. Oteo la lejania. Nada. Nadie. Se sento en la tierra. Se saco el pañuelo de la boca y volco su contimplora en la lengua. Una gota resbalo como un regalo. Una gota. La paladeo. Atisbo de nuevo la lejania. Nadie. Apresto el oido. Silencio. Silencio y soledad entre el follaje. Ha de abandonar su escondite. Buscar a los demas. Y cuando estaba dispuesta a levantarse, escucho el sonido de un buho. Tres veces. Si, era el sonido de un buho. Ella contesto como abubilla. Tres veces. Los matorrales mas cercanos se movieron. Alguien pregunto en voz baja:
¿Quien eres?
Celia guardo silencio unos momentos antes de contestar:
¿Y tu?
Las ramas comenzaron a separarse, y Celia vio como El Peque asomaba levemente el rostro.
Ella separo con las manos el ramaje que la cubria.
El sonrio al ver a la muchacha pelirroja, que apartaba las ramas como si descorriera una cortina y asomaba poco a poco la cabeza.
¡Celia!
Tambien Celia sonrio. Una sonrisa triste, tristisima.
Me he perdido.
El Peque se llevo el dedo indice a los labios. Celia se acerco a su oido.
Mateo ha muerto.
Si,lo se.
Los dos compartieron el dolor y el refugio.
Y hasta que cayo la noche, soportaron juntos la sed.
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19-01-12 17:32 #9472473 -> 9459415
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Cosas dormidas....5º
Con un barreño de cinc lleno de agua, Pepita sube a la azotea de la pension. Mira hacia el cielo, y vuelve a llorar.
Ya estais los dos juntitos, Hortensia.
Desde que regreso de ver las fotografias, le asalta el llanto de repente, sin que ella sepa que va a suceder. Todos los dias llora varias veces. Se le caen las lagrimas en cualquier momento, en cualquier lugar, aunque no este pensando en tristezas.
Aqui, al solito, que va a quedar el agua bien rica para mi niña.
Va a dejar el barreño al sol toda la tarde. Despues, con el agua soleada, bañara a Tensi. Porque ya no tiene costura y puede entretenerse con la niña. Hace apenas una hora que entrego su ultimo ajuar en la tienda de Pontejos. Cuatro juegos de sabanas, tres de toallas, dos mantelerias con sus doce servilletas de lino cada una, todo bordado con las letras D y M A dentro de un escudo floreado con capullos de lis, y un camison de novia con tres filas de volantes de encaje de Holanda en el cuello y en los puños. La dependienta reviso el trabajo. Se llamaba Manolita.
¡Que hermosura! No es de extrañar que este corriendo la voz de que eres la mejor bordadora de Madrid.
Le pago, pero Manolita no le dio otro ajuar, sino un recado de la dueña:
Dice que ya te avisara.
Pepita salio a la calle confiando en que ya le avisaria, pero antes de llegar a la esquina, la alcanzo la dependienta y le hablo en voz baja:
No te va a dar mas ajuares.
¿Por que?
Le han dicho que tu padre y tu hermana eran rojos, y que tu estuviste detenida en Gobernacion.
No eran necesareas mas explicaciones. Pepita ya habia perdido un trabajo por haber pasado unas horas en Gobernacion, cuando don Fernando la saco de alli y le dijo que ya no podia servir en su casa.
Gracias por decirmelo, con Dios, Manolita.
No hay de que.
La dependienta miro a un lado y a otro y volvio corriendo a la tienda.
De camino a la pension, Pepita entro en la iglesia de San Judas Tadeo. Prendio dos velas.
Una para que me digas si Jaime esta vivo, y otra para que me encuentres trabajo.
Se le caian las lagrimas. Y susurro implorando al patron de los imposibles mientras depositaba una moneda de diez centimos en el cepillo:
Esta perra gorda es para el trabajo. Y si de hoy a mañana me entero de que Jaime esta vivo, te echo otra.
Despues de tranquilizar a Pepita cuando regreso llorando de la iglesia, doña Celia clavo un papel en la puerta de la pension, y otro en la del portal de Atocha, donde se ofrecia costurera con esperiencia.
No tardara Pepita en tener trabajo. Tres semanas mas tarde, cuando este bañando a Tensi, la dueña de la tienda de Pontejos llamara al timbre y preguntara por ella. Querra saber si es Pepita la que ofrece sus servicios en la puerta, se dice que es la mejor costurera de Madrid, y necesita hacerse un vestido muy especial,porque su marido va a llevarla al Sarao Romantico del Palace.
Atendera Pepita a su primera clienta, le tomara medidas y le ordenara que le traiga el corte de tela, no sin antes compartir la noticia y carcajadas con doña Celia en la cocina.
¿Se da usted cuenta, señora Celia? Esa mujer no queria que bordara para su tienda y ahora quiere que cosa para ella.
Y al dia siguiente, por la mañana, bien temprano, bajara a dar las gracias a San Judas. Prendera otra vela. Esta vez una sola. Una vela grande que ha comprado en la cereria que hay frente a la iglesia. Y depositara un billete de una peseta en el cepillo, para que el santo le diga si Jaime esta vivo:
Que se ve que cobras los imposibles por adelantado, y de uno en uno. Tu si que eres listo. Un imposible: una vela, una perra gorda. Pues por este te he echado una peseta, y he puesto un velon bien hermoso, que yo tambien soy muy lista y se que los trabajos mientras mas dificiles, mas caros.
De regreso a la pension, mirara hacia el cielo. Subira a la azotea para tender una colada blanca y volvera a mirarlo mientras sacude una sabana y la sujeta bien estirada con dos pinzas:
No sabia yo que los santos fueran tan peseteros.
Despues otra sabana, y la siguiente. Cuando haya acabado, se quedara observando como se agitan con el viento. Y si no hay viento, movera la cuerda con la mano. Le gusta el vuelo blanco de la ropa y el aroma que desprende.
¡Pepita! ¡Pepita!
Es doña Celia, que asoma medio cuerpo por el hueco de la escalera. Lleva a Tensi de la mano. La niña la llama abuela y le pide que la coja en brazos. Ella grita:
¡Pepita, baja corriendo!
Grita, porque ha llegado el cartero.
¿Que pasa?
¡Tienes carta!
Las escaleras que dan a la azotea son estrechas y empinadas. Pepita baja saltando los peldaños de dos en dos. El cartero aguarda en la puerta con una carta en la mano. Doña Celia no ha querido cogerla. Le ha pedido al cartero que espere un momento, porque Pepita le ha esperado a el durante mucho tiempo. Y ha extendido muchas veces la mano hacia una carta que nunca era suya. Y durante los ultimos meses, desde el desastre de El Pico Montero, se desespera y llora cuando cierra la puerta y el cartero se marcha sin haber pronunciado su nombre. Peo en esta ocasion, lo ha pronunciado. Y doña Celia quiere que Pepita lo oiga, y que tome la carta que es suya en su mano.
Oira Pepita su nombre.
Y temblara al extender la mano.
Gracias.
Llorara al darle la vuelta al sobre:
Remitente: Jaime Alcantara.
Leera en el reverso Jaime Alcantara. Besara el sobre. Abrazara al cartero y a doña Celia. Extendera los brazos hacia Tensi. Y bailara con ella.
La alegria de Pepita no disminuira cuando lea el primer parrafo en su habitacion y comprenda desde donde ha llegado esa carta, ni cuando tome el sobre que habia abandonado sobre la cama para comprobar la direccion del remitente:
Prision Central de Buegos.
Jaime esta preso. Esta preso, si. Pero esta vivo. Y ha escrito para decirle que la sigue queriendo. Esta vivo. No ha dejado de pensar en ella durante todo este tiempo. La sigue queriendo. Y Burgos esta muy lejos. Pero ella ira a verlo a Burgos.
Ira a Burgos.
Si, cuando acabe el vestido para el Sarao Romantico del Palace.
Ira, porque el la sigue queriendo.
Tomara medidas a la dueña de la tienda de Pontejos mientras repasa una a una las palabras que Jaime ha escrito en la carta. Le probara el vestido muchas veces, porque su clienta quiere llevar el disfraz mas romantico del baile. Conversara con ella sin prestarle mucha atencion, y sabra por lo que escucha a medias que presume de amor. Si, presume de amor mientras Pepita le pincha con un alfiler al ceñirle el talle. Presume, porque su marido la ha invitado al baile, donde habra cinco orquestas, y actuara Minerva, y habra un recital de poesias y un fandango final con Ana de España y sus ocho parejas de baile, cena en el Salon Rojo, y vals en el jardin de Invierno. Si, presume del baile del Palace, adonde acudira lo mejorcito de Madrid, y presume de amor. Se ruboriza cuando habla de su marido. Y mas de una vez se le escapa un suspiro. Tambien Pepita suspira cuando la oye suspirar, mientras piensa en las cartas que recibe desde Burgos cada quince dias.
Suspira la clienta.
Y suspira Pepita.
Puntos:
20-01-12 17:10 #9477405 -> 9472473
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Cosas dormidas....5º
Poco antes de la fiesta que ofrece la Asociacion de la Prensa en el Palace, el vestido estara acabado. La dueña de Pontejos enviara a su dependienta, a Manolita, a recogerlo a la pension de Atocha. Manolita le entregara a Pepita un regalo de navidad de parte de su señora: la barra de labios que la perfumeria Roberta obsequia a los que compran la entrada del Sarao en su establecimiento, y unas medias de cristal que le quedan pequeñas.
Pepita cobrara el trabajo, aceptara el obsequio y rogara a la dependienta de Pontejos que espere en el pasillo, porque esta acabando de envolver el vestido en la cocina. Pero antes de que acabe de envolverlo, sonara el timbre de la puerta.
Es don Fernando.
Doña Celia le anuncia a Pepita que don Fernando pregunta por ella.
¿Don Fernando, el señorito?
El mismo.
¿Y que quiere?
Verte, me ha dicho.
Pepita recibio a don Fernando en la cocina. Y mientras el pestañeaba, ella continuo envolviendo el vestido sobre la mesa.
Usted dira, señorito.
Es Navidad.
Ante aquel anuncio tan inesperado, Pepita levanto la vista. Apreto tres cabezas de alfileres que sujetaba entre los labios y emitio un sonido que don Fernando interpreto como un noticias frescas. Aun asi, el doctor Ortega volvio a decir:
Es Navidad.
Y Pepita no tuvo mas remedio que sacarse los alfileres de la boca.
¿Ha venido usted a decirme que es Navidad, señorito?
No. Pero he sabido que tu novio esta en Burgos, y como es Navidad...
¿Como ha sabido usted eso?
Todo se sabe. Y como es Navidad, he venido a preguntarte por el, y no quiero dejar la ocasion de ofrecerte un aguinaldo.
Don Fernando saco la mano del bolsillo, y le extendio unos billetes.
Guarde eso, señorito, no me ofenda.
Estoy en deuda contigo, Pepita, y esta es una buena ocasion.
Usted no tiene cuantas pendientes conmigo, de forma y manera que no me ofenda con unos dineros que no se a que cuento vienen.
Es un aguinaldo, Pepita. Es solo un aguinaldo.
Pepita toma los billetes de la mano extendida hacia ella y los mete en el bolsillo de la chaqueta de don Fernando. Sospecha que bajo la excusa del aguinaldo se esconde un motivo oscuro que ella no llega a comprender.
No se hable mas, señorito. Le he dicho que me esta ofendiendo.
No quiero ofenderte, solo quiero ayudarte.
¿Me quiere usted decir por que se siente en la obligacion de ayudarme?
El doctor Ortega cerro la puerta de la cocina y contesto en voz baja:
Porque tu me ayudaste a mi.
¿Yo? ¿En que menester, si puede saberse?
No pronunciaste mi nombre.
Pepita acabo de envolver el vestido. Mientras prendia el papel de seda con alfileres, recordo la insistencia de don Fernando en preguntar si habia mencionado su nombre el dia que la saco de Gobernacion. Ahora Jaime esta preso, piensa. Y piensa que don Fernando cree que Jaime sabe cosas que no tenia que saber. Miedo. Miedo tiene don Fernando. Y culpa. La culpa le duele en la conciencia y se le enreda en los ojos cuando mueve las pestañas. Se le enreda, Pepita lo comprobo la ultima vez que se vieron. Ella cruzaba la calle y se encontraron de frente. Don Fernando iba con su padre y del brazo de doña Amparo, que ya no vive en la torre como una paloma. Pepita quiso pararse a saludar. Pero doña Amparo le dijo adios y siguio caminando, y ellos, los dos, se miraron, y luego inclinaron la cabeza a su paso. El padre sonreia, el hijo no dejo de pestañear. Miedo y culpa. Por miedo la echo de su casa y le roe la culpa por eso. Don Fernando solo la saco de Gobernacion para que no pronunciara su nombre y ahora sabe que Jaime esta preso y pestañea por si lo pronuncia a el.
Mal pago me dio echandome de su casa, no quiera lavarse la conciencia en la mia. Mal pago me dio, no vuelva a figurarse que puede pagarme algo mas. Lo que usted viene a comprar no esta en venta.
Pepita.
¡Ni Pepita ni leches! ¡Vayase de aqui ahora mismo!
Doña Celia oira los gritos de Pepita. Y acudira a la cocina:
¿Que pasa?
Nada, señora Celia, que el señorito se va.
Pero ¿que ha pasado?
Nada, ya me iba, es cierto.
Mientras don Fernando salia, Pepita se acerco a su oido, escondido bajo la capa española, y le obligo a acercarse:
Y vaya tranquilo, señorito, que su nombre queda guardado, y si no se ha voceado hasta hoy, quiere decirse que no se voceara, haya o no haya dineros de por medio.
Yo solo queria...
Ya se lo que usted queria, y ahora usted ya sabe que lo que viene a comprar no esta en este comercio. Con Dios, señorito.
Pepita le regala una media sonrisa.
Don Fernando pestañea.
Al dia siguiente del Sarao Romantico, Pepita comenzara a recibir encargos y se vera obligada a dar citas para atender a las clientas. Porque su vestido de epoca causara sensacion cuando la dueña de la tienda de Pontejos entre al Salon Rojo del Palace. Sus amigas le preguntaran por su modista, ella recelara ante la posibilidad de compartir a la mejor costurera de Madrid. Y sera su dependienta, Manolita, la que corra la voz entre las clientas de todos los comercios de la calle y de la plaza de Pontejos.
Y se correra la voz. La creadora del vestido mas bonito del baile vive en Atocha, en la pension de doña Celia.
Pepita ha de organizarse. La mejor costurera de Madrid tendra cola en su puerta. Pero la primera cita ha de ser despues de Reyes, a su regreso de Burgos. Ahora va a comprar dos billetes de tren, porque ira con doña Celia y con la niña a ver a Jaime. Dos billetes, porque la niña no paga. Con lo que ha cobrado del vestido tiene suficiente. Iran las tres.
Ella se pondra su mejor vestido, el mismo que uso para ir a la calle Ave Maria la primera vez que deseo ser hermosa, el de flores moradas y falda de vuelo que fue de Almudena. Le ha reformado el escote y las mangas, sugun la ultima moda, y le ha quitado un poco de vuelo a la falda.
Porque de nuevo desea ser hermosa.
Llevara medias de cristal.
Y se pintara los labios.
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21-01-12 17:30 #9481598 -> 9477405
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Cosas dormidas....5º
Una partida de ajedrez para ocupar la mente. Jaime busca la calma. Un movimiento de alfil para olvidar un sueño que se repite una y otra vez. Pepita camina hacia la cocina, lleva mojados los zapatos, las flores de su vestido caen al suelo. Una partida contra la desolacion y la derrota. El Cordobes ha muerto. Una partida de ajedrez contra el desasosiego. El camarada que no se separo de el desde que se conocieron en la escuela guerrillera de Benimamet ha muerto. Mueven blancas. El que se llamaba Felipe ha muerto llamandose Mateo Bejarano. Tambien El Tordo ha muerto, no pudo proteger en la huida a una de sus hijas y cayeron los dos abatidos por la espalda. La torre amenaza al alfil. Una partida de ajedrez para que Jaime deje de pensar en los acontecimientos que se han sucedido uno tras otro en desbandada. El desastre de El Pico Montero provoco que la Agrupacion Guerrillera de Cerro Umbria se desintegrase cuando acababa de ser constituida. Jaque a la reina. El bajo a su hermana de la roca. Tiro de ella y la llevo a la salida trasera del campamento. La vio correr. Todos corrieron. Ella se alejo monte abajo. Llevaba su pequeña `pistola en la mano.
Mueves tu.
Jaque al rey.
Los que lograron escapar aguardaron escondidos a que pasasra el dia. Por la noche se agruparon en el lugar acordado para estas situaciones y alli mismo se decidio, a causa de la caida del Cerro en manos enemigas,que se incorporaran a la Agrupacion Guerrillera de Extremadura y Centro. Esa misma noche supieron que el pueblo de El Llano que habian ocupado con exito fue arrasado, fusilaron a los guardias civiles que habian entregado sus armas, desterraron a todos los vecinos, incendiaron sus casas y les prohibieron residir en su tierra, o aproximarse a una distancia menor de cincuenta kilometros. El rey se enroca. Su hermana no acudio al punto de encuentro. No volvio a verla. Pero supo de ella un mes despues, cuando Jaime se reunio con Jesus Monzon en una bodega de Ave Maria para preparar la ofensiva del Valle de Aran. Esta a salvo, fue lo unico que le dijeron, y el no pregunto mas. Esta a salvo. El solo ha de saber que esta a salvo. Y es suficiente. Movera peon tres, si no quiere dejar al rey al descubierto. Durante la reunion con el comisario politico en Ave Maria, intento alejar de su mente la imagen de Pepita. Sus zapatos mojados, su vestido de flores. No pudo evitar el recuerdo de su pesadilla recurrente. Dudo al salir a la calle, y en la esquina con Magdalena volvio a dudar, Pepita vive tan cerca. Seria tan facil subir, perder un minuto y tenerla en sus brazos. Deseo verla, con su vestido lleno de flores, de nuevo lleno de flores. Dudo, pero no quiso ponerla en peligro, se mordio los labiios y se fue directamente a la estacion de Delicias. En el anden de los besos, pensaba en Pepita, en sus ojos de un color imposible, en el mechon que le resbala siempre en la frente y en sus labios esperando los suyos. Quiza por eso no advirtio que dos hombres le seguian. No pudo subir al tren.
Jaque mate.
El rey cae sobre el tablero. Se asume la derrota. Se propone la revancha.
Otra partida.
El tiempo pasa entre las piezas negras y blancas. Hace frio en el patio. La malta que tomo en el desayuno ya no calienta su estomago. Es media mañana, y aun guarda en su bolsillo los cuatro higos secos con una almendra dentro. Hora del almuerzo. Tambien su compañero de juego ha reservado el valor energetico de los higos del desayuno para aguantar el hambre, porque rechazaran el rancho en el comedor, sopa de lechuga, maloliente y fria, o guiso de garbanzos, cuatro garbanzos bailando en agua sucia, peores aun que las populares <<lentejas de Negrin>> que se comian durante la guerra. Los higos, y un chusco de pan que acompaña a las gachas, aliviaran la hambruna hasta la tarde. Despues de asistir al taller de ebanisteria, donde construyen pequeñas cajas de madera que las mujeres rifaran por las calles de sus pueblos, bajaran a las cocinas y se asaran unas patatas.
Sales tu, Gerardo.
Volvera a perder. Volvera a creer que no le importa. Pero le importa. Demasiados fracasos, ajenos y propios, haran que busque en el ajedrez nimias victorias. Aprendera estrategias nuevas, ataques y defensas que le liberen de la sensacion de que ya no forma parte activa en ningun flanco. Jugara con pasion. Y en aquel penal, al que llaman La Universidad, estudiara los libros que logran engañar la censura, y esperara con pasion las cartas de Pepita, que no logran engañarla, mientras se convierte en un experto en la Historia del Partido Bolchevique de la Union Sovietica.
Jaque.
Dos dias faltan para el encuentro con Pepita. Dos dias. Esperara, impaciente, dos dias.
Dos dias.
Aun le duelen los riñones y sangra al orinar. Y los dedos tambien le duelen, aunque las uñas ya le hayan crecido. Mi nombre es Jaime Alcantara. Soy prisionero de guerra. Jaime Alcantara. El Tribunal Militar le juzgo como Jaime Alcantara, natural de Belchite. No lo relacionaron con El Chaqueta Negra.
No fue condenado a muerte.


"Se instruye la presente Causa como consecuencia de las investigaciones llevadas a cabo por la Brigada Politico-Social de la Policia Gubernativa de esta capital, encaminadas al descubrimiento y desarticulacion de las actividades clandestinas de caracter subversivo que venian desarrollandose por una serie de vecinos de esta capital que se proponian reorganizar el Partido Comunista, interviniendo unos folletos publicados bajo el titulo <<Guia de Bibliofilo>> que tenian varios articulos del periodico clandestino Mundo Obrero".


El presidente del Tribunal era coronel, tenia un baston de mando. Cuando el abogado defensor intentaba una alegacion, el coronel golpeaba el baston contra el suelo.
Primero leyeron la lista de los condenados a muerte. Un nombre tras otro, de corrido. Sin temblar. Despues, las condenas restantes, pronunciando el nombre del acusado y la pena correspondiente.
Jaime Alcantara, treinta años.
Mate.
Estas aprendiendo tu mucho.
¿Echamos otra?
Luego.
Si, luego, mas tarde volvera a jugar. Ahora desea pasear por el patio.
¿Te ayudo?
Gracias, ya puedo yo.
Puede apenas caminar. Pero camina. Y piensa en Pepita. Ire con la señora Celia y llevare a la niña, le habia escrito en su ultima carta. Se llama Tensi, como su madre. Piensa en Mateo, va a conocer a su hija; el no llego a conocerla. Dos dias. Y recuerda a Hortensia, la mujer que aprendio a escribir en los muros de la Casa Grande de Don Benito. Con un lapiz gastado aprendio, el le llevaba la mano.
Asi, ¿ves?
Asi, si. Pero si me sueltas, me viene el lio. Y me sobran o me faltan letras.
Tu escribe, que yo entiendo. Yo se la letra que sobra y la que falta.
¿Y sabes poner la que falta y quitar la que sobra?
Tu no pienses en eso. Tu solo tienes que escribir una palabra, juntar las letras y pensar que esta bien.
Claro, que la letra que sobra ahi en otro lado esta faltando.
Jaime pasea por el patio. Apura un cigarrillo y aplasta la colilla contra el suelo.Se siente mal. Apenas puede dar un paso sin que el dolor le apriere en la vegiga, en los testiculos. Don Gerardo se acerca. Le ayuda a llegar a la enfermeria y pide por favor una bolsa de agua caliente.
Se aplicara Jaime la bolsa. El calor le ayudara a orinar. Sangre. No aliviara su dolor. Y sentira rabia. Rabia porque ha de recuperarse en dos dias. Ha de entrar por su pie al locutorio. Dos dias. Rabia, porque sabe que no podra ser, que Pepita le vera caminar apoyandose en don Gerardo. Rabia.
Rabia, si.
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22-01-12 16:44 #9484906 -> 9481598
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Cosas dormidas....5º
El locutorio de la Prision Central de Burgos es triste y oscuro, pero silencioso. En lugar de valla metalica, sus muros a media altura acabados en barrotes hasta el techo limitan el pasillo central. Los presos no reciben muchas visitas, de modo que los funcionarios que vigilan el pasillo pueden escuchar las conversaciones de todos y detenerse a escuchar la que mas interes les despierte. Pepita y doña Celia esperan . Cada una aprieta una mano de Tensi. La niña mira a su alrededor con los ojos muy abiertos. Ha visto a los familiares aferrarse a los barrotes que tienen delante, pero el muro le impide ver que al otro lado han entrado los presos. Pepita la alza en sus brazos.
Ahi estan.
Doña Celia ha visto a don Gerardo. Pepita solo distingue a dos hombres, uno apoyado en el otro.
¿Donde?
Ahi.
Don Gerardo ayuda a Jaime a llegar hasta la verja. Pepita se abraza a la niña mientras gime:
¿Que te han hecho?
Entre los barrotes, Jaime extiende hacia Pepita su mano derecha. Ella extiende la suya. No pueden alcanzarse. Pero sienten que se estan tocando los dedos.
El funcionario les ordena que se retiren. Jaime mira a los ojos azulisimos que tiene enfrente.
¡Cuanto tiempo sin ver ese color imposible!
¿Cual?
El de tus ojos, chiqueta.
¿Me quieres?, pregunto ella. Te quiero contesto el sujetandose a los barrotes porque le era imposible mantenerse en pie.
Echate atras, quiero verte el vestido.
Pepita da unos pasos hacia atras, para que Jaime vea su vestido.
Lleno de flores.
Y Jaime sonrie, y le pregunta si la niña que lleva en brazos es Tensi.
Es Tensi, si, aclara Pepita al regresar a la verja, y le pide a la niña que mire a Jaime:
Mira.
¿Eres mi papa?
No, hija, no soy tu papa.
Se parece a ti, le dice a Pepita, tus mismos ojos. Y despues le ruega que pida unos pantalones que ha dejado en paqueteria. Te he metido en el bolsillo la medida del largo. Es para que me los arregles.
Ella no sabe que en los bajos, Jaime ha escondido un manifiesto donde los presos piden que se levanten las penas de muerte. Aun no lo sabe. Pero lo sabra. Lo descubrira cuando se disponga a arreglar los pantalones y descosa el bajo. Y entregara el manifiesto en Puerta Chiquita, donde sabe que Reme se reune con las mujeres que colaboran en el Socorro Rojo.
Pepita se acerca mas a los barrotes. Grita, porque estaba acostumbrada a gritar en el locutorio de Ventas.
Yo te he traido un paquete, y dinero.
¿Por que gritas?
No lo se.
No vuelvas a traer dinero, el partido se encarga de mi, tu ya tienes bastante con ese angelito.
El tiempo de la visita se acaba. El funcionario ordena a los presos que se retiren. Ahora es Jaime el que pregunta:
¿Me quieres?
Si.
Yo tambien te quiero, chiqueta.
Don Gerardo ayuda a Jaime a caminar. El vigilante se impacienta:
¡Vamos, deprisa, cada uno a su brigada!
Los gritos de Pepita llegan a Jaime atravesando el aire:
¡Volvere el año que viene!
Jaime gira la cabeza hacia atras, hacia los ojos azulisimos, mientras se marcha:
Escribeme.
Se acabo el tiempo. Jaime ve como tiemblan los labios de Pepita, ve como agita la mano.
Volvere el año que viene, amor mio.
Ahora llega la espera.
Esperaran un año para volver a verse. Se escribiran una carta cada quince dias. La espera. Jaime regresa a la brigada apoyandose en don Gerardo. Jugara con el al ajedrez. Mientras espera. Espera las cartas censuradas de Pepita. Espera esas cartas, y las cartas de su abuelo. Esperar, esperar. Pamplona y Madrid se alternaran en el remite, una carta por semana. El contestara las cartas. Alimentara de palabras sus afectos, para poder seguir viviendo. Y no es facil. Palabras que engañan la ausencia pero señalan la distancia. No, no le resulta facil saber que la vida transcurre fuera de la prision, y que el es tan solo un testigo inmovil que asiste a los acontecimientos a traves de otros, desde lejos. Siempre desde lejos.
No es facil, no.
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23-01-12 17:35 #9489449 -> 9481598
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Cosas dormidas....5º
Las ciudades tienen su propia historia. Pero tienen tambien su historia ajena, pequeña y personal. Una y multiple, la historia que escriben los que la llevan en un rincon de la memoria. Jaime esta en Burgos. Ha vuelto a la ciudad donde nacio, donde fue al colegio por primera vez, donde su madre alejaba el miedo de la cabecera de la cama, donde su psdre le enseñaba a desfilar, soldadito de plomo con espada de madera, donde aprendio a leer y escribir, donde tuvo su primera pelea, donde conocio el placer de tirar de unas trenzas, donde adivino el alcance de la palabra Pasion. Esta en Burgos. Y en Burgos no perdera su pasion. No la perdera, aunque a veces siente que la esta perdiendo. Aunque a veces siente que Burgos esta muy lejos. Con pasion continuara en la lucha, desde Burgos, desde lejos, recordando a su padre, apasionado en el ejercicio de la disciplina militar, recordando a su madre, apasionada contadora de cuentos infantiles. Con pasion asistira en su brigada a las charlae politicas nocturnas. Leera los partes de guerra ingleses. Debatira con sus compañeros sobre la marcha del conflicto belico mundial. Con pasion celebrara el avance de los aliados, la toma de Paris, el repliegue de las fuerzas del Eje, y alimentara la esperanza de que los gobiernos democratas respalden a la Union Nacional. Y lo hara con pasion, en el penal de Burgos.
Los guardianes permanecen en sus garitas, al calor de una estufa, y solo interrumpen la actividad carcelaria para hacer los recuentos. La poblacion reclusa puede moverse libremente por la prision, salir al patio, bajar a la cocina, o reunirse en las brigadas para celebrar las reuniones politicas. Jaime asistira al entusiasmo de la poblacion reclusa por el desembarco de Normandia, al optimismo de los que hicieron las maletas, convencidos de que el fin de la dictadura franquista llegaria con ese desenbarco, y a la decepcion cuando supieron que las puertas de las carceles no se abririan tras la victoria de los aliados. Desde Burgos, asistira a la impotencia del Gobierno republicano en el exilio, y a las razones que el Partido Comunista atribuye a las potencias democraticas para no intervenir en territirio español, que seran debatidas entre los presos aumentando el enfrentamiento que existia ya entre socialistas, anarquista y comunistas:
Hablan de la situacion en España como <<el problema español>>, ¿podeis creerlo? Simplemente somos eso, un problema.
Me c.go yo en esos democratas.
Pues limpiate con este papel, que aqui lo dice bien clarito, los comunistas teneis la culpa. Si no fuera porque todo el mundo piensa que, si la Republica vuelve, el Gobierno seria para vosotros, nadie temeria un satelite de la Union Sovietica en el sur de Europa.
¿Y quien es todo el mundo, si se puede saber?.
No te pongas chulo, que el compañero tiene razon, sois vosotros los que la habeis j.dido con tanto marxismo-leninismo.
A ti te parto yo la boca.
Atrevete.
Discusiones a las que se sumarian otros presos. Los que englosan a diario las listas de la poblacion reclusa. El ultimo camarada que llego ha traido malas noticias:
Lo del Valle de Aran ha sido un desastre, un descalabro.
Jaime le ayudo a arrancar la ultima contraventana de madera, y colocaron encima su colchoneta para aislarla del frio y la humadad del sualo.
Hay que convocar una reunion urgente.
Convocaron asamblea general. Y el recien llegado dio a conocer el fracaso de la Operacion Reconquista de España y propuso como tema de discusion la responsabilidad de Santiago Carrillo en la retirada del Valle de Aran, el protagonismo excesivo de Jesus Monzon, su imprudencia, y el optimismo desmesurado y la ausencia de estrategia de la UNE para una invasion que contaba con un efectivo de siete mil guerrilleros españoles preparados para la ofensiva desde Francia, pero que no tuvo en cuenta la falta de apoyo desde el interior.
Confiaban demasiado en la insurreccion del pueblo, y el pueblo esta hasta los c.jones.
Diez dias ha durado la aventura, se acabo.
Desde la Prision Central de Burgos, desde lejos, siempre desde lejos, Jaime asistio con sus camaradas al intento fallido de penetracion por los Pirineos. Y a traves de la prensa guerrillera que introduce un funcionario en la prision, previo pago mensual de ciento cincuenta pesetas, se pondra al corriente de que las Agrupaciones Guerrilleras continuan en la lucha armada a pesar del fracaso.
Las discusiones politicas les ayudaran a sentir que forman parte de la resistencia activa. Escribiran manifiestos y propaganda que distribuiran entre los presos y sacaran al exterior demostrando asi que la lucha continua en las carceles. Jaime participara en el comite de agitacion y propaganda y dara instrucciones a sus compañeros del taller de ebanisteria para que oculten en las cajas compartimentos laterales, donde sacaran las octavillas que sus mujeres repartiran en autobuses y trenes. Y el tiempo pasara tambien en esas cajas. Porque el tiempo no se detendra en Burgos, aunque Jaime sienta a mrnudo que lo esta viendo transcurrir desde lejos. El tiempo y la pasion de Jaime lograran engañar a los muros de la prision, cuando Pepita abra esos pequeños compartimentos laterales en la pension de Atocha.
Jaime.
Dime, Gerardo.
Jaime tiene una carta de su abuelo en la mano. Don Gerardo tiene otra. Han estado esperando los dos toda la tarde, pero el funcionario que reparte la correspondencia estaba hoy perezoso y retraso mas de dos horas la entrega.
¿Echamos la ultima cuando acabemos de leer?
Bien.
La carta de don Javier es mas corta que de costumbre. La letra mas deformada. Mas temblorosa la mano que la escribio. En apenas unas lineas, le cuenta a su nieto que. Querido nieto, que Elvirita fue a despedirse de el antes de marcharse de España y le dijo que ahora se llamaba Celia, como la abuela. Añade que el se encuentra bien, a pesar de la neumonia. Es leve, le escribe, es leve, tu no te inquietes. Pero Jaime no puede dejar de inquietarse. Las palabras de su abuelo le llenan de congoja. Su abuelo esta enfermo. Y Celia esta en Praga.
Acabara de leer la carta y, en el preciso instante de acabar de leerla, comenzara a esperar otra.
Cuando quieras, echamos la ultima.
La ultima, si. Su compañero ya no esperara con el, jugando al ajedrez, el momento de recibir una carta a la semana. No esperara con el el dia de visita para bajar al locutorio una vez al año, ni regresara despues con el a la brigada, para volver a esperar a que pase otro año. Porque su compañero obtendra la libertad en el transcurso de la tarde. Un funcionario pronunciara su nombre y añadira en voz alta:
¡Que salga con todo!
Saldra con todas sus pertenencias y una caja que le lleva a Pepita de parte de Jaime. Sus compañeros de brigada aplaudiran, y acompañaran con vitores su partida. Una fila de abrazos. Un llanto vivo. El se cargara el macuto al hombro, y le entregara a Jaime el ajedrez:
La proxima la echamos fuera.
Y en la puerta de la prision, doña Celia le estara esperando.
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24-01-12 18:08 #9504248 -> 9481598
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Cosas dormidas....5º
Para celebrar el regreso de su marido, doña Celia ha invitado a Pepita y a Tensi a merendar en San Gines. Chocolate con churros.
¿Puedo comer todos los churros que quiera?
Todos los que quieras.
La niña se muerde el labio inferior y alza los ojos calculando los churros que sera capaz de comer. Doña Celia se aferra al brazo de don Gerardo con fuerza. El le aprieta la mano. Ambos intentan ocultar su emocion ante Pepita, para que ella no sienta la ausencia de Jaime a traves de la presencia de don Gerardo. Pero la siente, como un golpe, aunque tambien disimula su emocion y sonrie mirando a Tensi.
Menudo atracon te vas a dar, chiquilla. Ya te estoy viendo comer con los ojos, y te estoy viendo esta noche con un colico de muy señor mio.
Si, Tensi despertara a Pepita de madrugada al darse la vuelta en la cama una y otra vez.
¿Te quieres estar quita y dejar de darme patadas, que pareces un rabo de lagartija?
Es que me duele la barriga.
Ya lo sabia yo, que no se puede ser tan ansia viva.
Despues de vomitar la indigestion de los churros y el chocolate, Tensi busca el mimo de los convalecientes en brazos de Pepita.
¿El señor Gerardo es mi abuelo?
Si.
Pero si tu no eres mi madre y el no es tu padre, no puede ser mi abuelo.
Yo soy tu madre de mentirijilla.
¿Y el señor Gerardo es mi abuelo de verdad, o de mentirijilla como tu?.
De mentirijilla, pero hay mentirijillas que son una verdad mas honda que las propias verdades.
Los niños de la escuela tienen madre de verdad. Yo quiero tener una madre de verdad.
Tu tienes una madre de verdad que esta en el cielo y otra de mentirijilla, tu tienes mas madres que los demas niños, anda duermete que es muy tarde.
Pero ¿que les digo a los niños que digan que es mentira que tengo un abuelo?
Diles que hay mentiras que son verdades.
¿Y a las monjitas tambien?
Tambien. Duermete.
Por la mañana, cuando Pepita esta peinando a Tensi, la niña mirara el reflejo de ambas a traves del espejo. Y por la tarde, cuando se dirijan a la Casa de Campo a reunirse con Reme, Tensi tirara de la mano de Pepita para que su tia la mire.
¿A que me parezco a ti?
Si.
¿A que me parezco como si fueras mi madre de verdad?
Es domingo y a pesar del frio, la Casa de Campo esta mas concurrida que de costumbre. Al llegar a Puerta Chiquita, el grupo de mujeres que simula haberse reunido para merendar rodea a Reme.
Pobrecito.
Te acompaño en el sentimiento.
Es un consuelo que no ha sufrido.
¿Que ha pasado?
El chico de Reme, que se le ha ido de repente.
Pepita se abre paso hacia Reme mientras las mujeres que van quedando a su espalda se lamentan:
Ya se sabe que a esos angelitos no les dura mucho el corazon.
Pero una nunca esta preparada.
Y menos ella, que llora los años que estuvo en la carcel. Dice que los perdio de cuidar a su niño y que ha sido una mala madre.
Mala madre no ha sido.
Reme abraza a Pepita.
Mi niño.
Ahora esta en el cielo. Es un angelito del cielo y esta mucho mejor que aqui. Mucho mejor que todos nosotros, Reme.
Despues de intentar consolar a la madre que ha perdido a su hijo, las mujeres abren sus cestas. Sacan la comida que han podido reunir y Reme la distribuye en paquetes que haran llegar a los presos que no tienen familia.
No es mucho.
No es mucho, no.
¿Alguna traeis dinero?
Pepita lleva dinero. Y lleva tambien un manifiesto en la caja que Jaime le envio con don Gerardo.
Hay que mandar esto al extranjero, para que lo publiquen los periodicos.
Antes de que acabe el año, el manifiesto sera publicado. Las cajas de ebanisteria cumpliran su funcion de palomas mensajeras y Pepita, sin pretenderlo, se convertira en un miembro mas del Partido Comunista en la clandestinidad, aunque jamas se afiliara.
Yo lo hago por Jaime, ¿sabe usred? Yo no le debo nada a los suyos, señora Reme. De buena gana los mandaba a todos a tomar vientos.
Lo hace por Jaime. Lleva a la Casa de Campo los mensajes que el envia,rifa en el Rastro las cajas, o visita en nombre del Socorro Rojo las tiendas de comestibles que Reme le indica para llenar su cesta, por Jaime. Y reserva parte de lo que gana cosiendo para entregarselo a Reme porque sabe que ella distribuye entre los presos el dinero que recauda. Y Jaime esta preso. Y siempre se niega a coger el dinero que Pepita le lleva una vez al año. Se reune con Reme en Puerta Chiquita por Jaime. Pero todos los meses acude a la cita renegando del Partido.
Los suyos a mi no me han traido nada mas que disgustos, señora Reme.
Mujer, ya sera para menos.
Disgustos, se lo digo yo, y a ustedes no les arriendo ninguna ganancia con tanta politica cuando pase lo que quiera que pase, que pasara.
Lo que quiera que pase sera la libertad.
Y los disgustos. Si no, al tiempo.
Disgustos.
El ultimo disgusto de Pepita se lo dio el arzobispado, hace un mes, cuando le nego el sacramento del matrimonio porque su novio era comunista. Jaime ya habia firmado el poder donde designaba a don Gerardo para que, en su nombre y en representacion suya, contrajera matrimonio por poderes con Pepita. Pero el capellan de la Prision Central de Burgos le dijo que tenia que abjurar de su ideas politicas antes de casarse. Jaime se nego. El arzobispo dice que la culpa esta en ti, añadio el capellan. Por mi no me preocupa, pero a mi novia le van a dar un disgusto, le contesto Jaime, y despues le pregunto si el se quitaria la sotana por alguna razon, Cuando el cura respondio que por ninguna, el le pidio que entendiera que un comunista tampco abandona por ninguna razon su ideoliogia.
Asi que ya lo ve, señora Reme. De aqui para adelante estoy expuesta a ir a Burgos y que no me dejen entrar, como me paso el año pasado, que me dijeron que yo no era familiar y me tuve que volver sin verle. Menudo disgusto pase yo, que para mi se me queda, que eso no lo puede saber nadie. Y el disgusto que pasaria el yo no me lo quiero ni figurar. Un año entero, que se dice pronto, esperando, ahorrando para el viaje, y venirme sin verle un momento siquiera, despues de gastarme los dineros, que el poquito que hay lo podia haber echado yo en otra cosa. Y ahora resulta que despues de los años me vienen diciendo que no soy familiar, y que el arzobispo no consiente que lo sea porque mi novio es politico. De modo y manera que no me venga usted diciendo que la politica se hace para la libertad, porque lo que es libertad, yo solo lo he visto en los chiquillos cuando meten los pies en los charcos y chapotean hasdta que les da la gana.
A ella no le gusta la politica. A ella le gustaria vivir en paz. Y estar en Cordoba. Y que Jaime no estuviera preso. A Pepita no le gustan las cosas que no entiende, y asiste a las reuniones mensuales, año tras año, aportando lo que puede aportar, pero no habla de politica. Habla con sus compañeras de la muerte del hijo de Reme, de la boda de las tres hijas que le quedan solteras, o de lo mayor que se esta haciendo Tensi. A ella no le gusta hablar de politica. Intervendra en las conversaciones cuando las mujeres hablen de cosas que ella entiende, o cuando Reme llegue diciendo que por fin a podido devolverle su maleta a Elvira, la chiquilla pelirroja que siguio en la guerrilla, luchando con las armas en la mano, mas valiente que nunca, hasta que la mandaron a Checoslovaquia. Y cuando cuente que Sole, la comadrona de Peñaranda de Bracamonte, y su hija, que se la dejaron tuerta, se han exiliado en Mejico y colaboran activamente con el Gobierno republicano, o cuando anuncie que Antoñita Colome, la cantante que ayudo a la fuga de Sole y de Elvira, ha tenido que uir a Francia porque le dijo a un falangista que toda su sangre era roja.
Pero cuando las mujeres hablen de que los aliados han ganado su guerra y ya tienen bastante con eso, indignadas al saber que no intervendran en territorio español, y comenten que han creado la Organizacion de Naciones Unidas excluyendo a España, Pepita guardara silencio. Y cuando llegue la noticia de que Argentina, Portugal, la Republica Dominicana y la Santa Sede son los unicos paises que mantienes sus embajadas en España, a pesar de que la ONU ha propuesto como medida sancionadora la ruptura de relaciones diplomaticas, Pepita seguira guardando silencio. Mirara a su alrededor, asistira en silencio a los comentarios de sus compañeras sobre el aislamiento al que las potencias democraticas han sometido a España, sobre la crisis economica, el apoyo argentino, la visita de Eva Duarte, o las lentejas de Peron.
Pepita asistira en silencio a las meriendas de la Casa de Campo, año tras año, de la mano de Tensi, que crecera entendiendo las palabras que Pepita no quiere entender. Pepita se dara cuenta de que la niña mantiene los ojos muy abiertos y despues de las reuniones busca a Reme para que le hable de su madre.
Era valiente, muy valiente.
Pepita advertira que Tensi mira a Reme con admiracion.
Y que comienza a hacer preguntas que no le convienen:
¿Que es una cedula, Reme?
Y dejara de llevarla a las reuniones.
¿Por que ya no traes a la niña?
Le preguntaran.
Y ella dira que la niña se aburre, para no decir que es muy chica para que le pique la politica. Y que ella no va a consentir que le pique.
Y continuara escuchando a sus compañeras en silencio, sintiendo que una araña negra y peluda teje sobre ella su tela pegajosa, y temiendo que su sobrina este en casa rascandose una mordedura.
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25-01-12 16:41 #9509218 -> 9481598
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Cosas dormidas....5º
Pepita.
¿Que?
Estas en babia.
Me habia distraido.
La reunion en Puerta Chiquita acaba de terminar. Pepita ha escuchado con alegria que Tomasa ya tiene una cama. La prision de Ventas se ha descongestionado y cada presa tiene su espacio y su cama. Tomasa le ha escrito a Reme, y Reme ha leido su carta. Pepita ha escuchado las palabras de la compañera que llama hermana a Reme. Y ha escuchado despues que las ultimas Agrupaciones Guerrilleras van a ser disueltas, tras la desaparicion paulatina de sus divisiones.
Estan cada vez mas acosadas por los tercios moviles de la Guardia Civil.
Y cada vez menos apoyadas por sus enlaces de El Llano.
La lucha armada ya no tiene sentido.
La lucha armada ya no tiene sentido. Y Pepita piensa en Hortensia, que murio por luchar con las armas en la mano, mas valiente que nunca. Y piensa en los que murieron en el Cerro, en la sangre que piso en la estacion el dia que conocio a El Chaqueta Negra, y en la fotografia de los que tenian los ojos cerrados y la boca abierta.
¿Pero te has enterado de algo?
¿De que? ¿De que se ha acabado la guerrilla porque ya no tiene sentido?
Te has enterado de la mitad. Anda, vente conmigo al metro que de camino te explico lo que falta.
Si, se ha enterado de la mitad. Pepita comenzo a pensar en los muertos cuando las mujeres anunciaban que el proximo año sera Jacobeo. Penso en los muertos. Y penso en el dichoso Partido, que habia mantenido la guerrilla inutilmente, durante años, para demostrar su fuerza, para hacerse notar, para que muchos de ellos murieran mas valientes que nunca, sin sentido.
Y de camino al metro, Reme le explica que los hombres y mujeres que quedaban en el monte eran muy pocos.
Ya han sufrido bastante, ahora tienen que irse. Nuestra lucha es politica, y ya solo puede ser politica.
La lucha es politica, y los que han luchado con las armas estan muertos, en la carcel o en peligro.
El año que viene es Jacobeo.
¿Y que pasa con eso?
Que tienes que escrbir una carta.
Tiene que escribir una carta, porque el proximo año es Jacobeo, y todos los familiares de los presos van a enviar un escrito al cardenal arzobispo de Santiago de Compostela solicitando que pida al gobierno un indulto.
Pepita ha de pedir el indulto de Jaime.
Reme lo pedira para Tomasa, su hermana, la extremeña de piel cetrina que ya tiene una cama.
Escribira Pepita la carta. Y el dia siete de enero de mil novecientos cincuenta y cuatro, recibira un acuse de recibo donde el cardenal Quiroga Palacios Saluda y Bendice a Josefa Rodriguez Garcia y le comunica que ha pedido con el mas vivo interes el indulto a que hace referencia en su carta, habiendo recibido la contestacion de que el Gobierno estudia con cariño esta peticion, y le encomienda al Altisimo este asunto. El nos ayudara, escribe a modo de despedida.
El nos ayudara. El Altisimo. Pepita se repite a si misma la frase, y acude esa misma tarde a la iglesia de San Judas Tadeo con un billete de una peseta para su cepillo. El nos ayudara. Es martes, y la cola en la iglesia supera la plaza de Santa Cruz. El nos ayudara. El Altisimo. Pepita esperara con paciencia repitiendo su deseo. El nos ayudara. Entrara a la iglesia cuando le toque el turno. Prendera una vela. El nos ayudara. Y echara en el cepillo el billete de una peseta mientras dirige su mirada al santo.
Echale tu una mano, San Tadeito.
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