Villanueva del Rey - Cordoba

El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña en un auto dictado recientemente, obliga a la Generalitat de Cataluña, a cumplir la sentencia dictada por el Tribunal Supremo en el plazo de dos meses, la cual se establece que el castellano también será lengua vehicular en la enseñanza en Cataluña. Es decir, que aquellos padres que quieran optar por la enseñanza en castellano a sus hijos, también tendrán derecho a ello y, por consiguiente el Gobierno de Cataluña está obligado a dotar de medios suficientes a los centros escolares para que este derecho se pueda ejercer libremente.

La reciente sentencia del TC que resolvía el recurso contra el Estatuto de Cataluña, establecía que el castellano también es lengua vehicular en la enseñanza catalana. Parece lógico que, siendo cooficiales, el castellano y el catalán en esta CC.AA., como así lo establece el art. 3.2 de la CE, aquellos que lo deseen puedan ejercer libremente el derecho a escoger cualquiera de las dos lenguas para la enseñanza de sus hijos.

La noticia no obstante, ha caído como una bomba en los medios nacionalistas, aunque también han levantado la voz, la Ministra Carme Chacón y hasta el candidato, Rubalcaba, interpretando tendenciosamente la resolución del TSJC, tildándola de agresión al sistema lingüístico de Cataluña, en la praxis, la inmersión. Llamando a la ciudadanía a la desobediencia a la autoridad judicial (lo que puede ser constitutivo de delito), y que no tiene parangón en ningún “estado de derecho”, el cual ya debilitado de por sí, estos quieren “hacer volar por los aires”.

Sin embargo, las resoluciones del TC, el TS y el TSJC no van en contra de la inmersión lingüística, sino a favor del derecho de aquellos padres a elegir libremente, amparados por el marco jurídico constitucional del derecho español, en paralelo al sistema de inmersión que rige en la actualidad.

Ya me he manifestado en este mismo foro en contra de la inmersión lingüística catalana, palabro ya de por sí, peiorativo en su mejor acepción y, por ello no voy a insistir demasiado, pero si conviene recordar que en este sentido, la UNESCO se ha pronunciado en innumerables ocasiones a favor de la enseñanza en la lengua materna, como un derecho de los padres y un deber para los gobiernos.

Pero la inmersión, panacea lingüística para el mantenimiento de la inventada diferenciación catalana por el nacionalismo y sus seguidores, no sólo es perjudicial para los niños en edad escolar, como así apunta la UNESCO, sino que también lo es para la economía de Cataluña, porque con esta medida se está dificultando y/o impidiendo el traslado “temporal”, por motivos laborales, educativos, científicos, etc., de aquellas familias no catalanas que, por motivos ajenos a su voluntad y/o voluntariamente se ven obligados a residir temporalmente en Cataluña y, por añadidura a escolarizar a su hijos/as en esta tierra. Al obligarlos a hacerlo únicamente en catalán, muchos se ven obligados a renunciar y, consecuentemente Cataluña se ve perjudicada por la pérdida de talentos, inversores y otros.

En este sentido, establece el art. 118 de la CE: “Es obligado cumplir las sentencias y demás resoluciones firmes de los Jueces y Tribunales, así como prestar la colaboración requerida por éstos en el curso del proceso y en la ejecución de lo resuelto”. Asimismo, dice el art. 117.3 que: “ la potestad jurisdiccional en todo tipo de procesos, juzgando y haciendo ejecutar lo juzgado, corresponde exclusivamente a los Juzgados y Tribunales determinados por las leyes…”

Así pues, sorprende que sean precisamente aquéllos que elaboran y aprueban las leyes (los supuestos padres de la Patria), los que se muestren en contra del acatamiento y/o cumplimiento de aquellas leyes que ellos mismos aprobaron. Se me antoja bochornoso tener que recordarles a Sus Señorías, que la Ley está por encima de todo y de todos/as. Que aunque a veces nos perjudique, peor nos iría si no existiera, y que pese a todo, debe gobernar el imperio de la ley. Porque con anterioridad a este “deficitario estado de derecho” y al sistema político-social basado en la Ley que nos ampara, sólo ha existido la esclavitud, el feudalismo, el caciquismo y la dictadura. Sistemas de gobierno anteriores al actual, que aunque es manifiestamente mejorable, es el menos malo de todos los conocidos y, entre este y los anteriores, sin duda alguna, en el único que tienen cabida estos representantes de la soberanía nacional, es en este.

Por tanto, consciente de la importancia y el reconocimiento que merece el respeto y el cumplimiento de la ley, por mala que esta sea, me viene a la memoria la honrosa actitud mantenida por el filósofo griego, Sócrates que, acusado por aquellos juristas de reconocida (in) competencia”, de quebrantar las leyes y pervertir a los jóvenes y, siendo condenado a la pena de muerte, sus amigos trazaron un plan de fuga, pero el buen o de Sócrates prefirió acatar la Ley y murió por ello.

¡Qué hermosa lección!



Utopia.2
BCN