Expresiones propias VI Queridos amigos: Vamos por la sexta, que no es un canal de televisión, sino una nueva tanda de “Expresiones propias” ¿Demasiadas para el ojo sensible y selectivo del consumidor? No sé, tal vez la acumulación resulte algo cansina, pero más cansino es el porno y ahí está, dale que tale, elevado a la enésima obsesión, multiplicado hasta la sociedad y repetido como un vinilo rayado. Con más visitas en un solo día que todas las páginas literarias en el conjunto de los tiempos pasados, presentes y venideros. El arma cargada de futuro no era precisamente la poesía, sino el porno. Es obvio que Celaya no ha resultado un buen profeta. En todo caso, lo que ofrecemos aquí tiene poco que ver con la poesía, de manera que este exordio sobraba. Pero ya que está, lo dejo. No creo que al porno le quite demasiados espectadores… Un abrazo Expresiones propias VI Cómputo En el libro de las penas y alegrías tú computa las tuyas, yo las mías. Confesión -La ventisca, si bajara, me daría por la cara. Y si subo por el culo. Considero, señor cura, que es difícil la andadura. -¡Oh, locura! no se juzguen la ventisca o el sendero ignorando la montura, compañero. La cuentas claras En las escuelas de Guadalhorce, siete y seis suman trece, y una catorce. ¡Auxilio! ¡Socorro! Detrás de una verja del patio. donde hay una fuente con chorro, gritaba una voz tempranilla: ¡Socorro! ¡Socorro! Los pasos culpables que huían, dejaron el caño silente, seguro el pecado. ¡Ya corro! ¡Ya corro! Corrí el empedrado. miré tras la verja de hierro forjado, donde hay una fuente con chorro. Allí no vi nada. el caño inocente sonaba. Las niñas jugaban al corro. Un deseo En el desván de tu casa tienen refugio los trastos. Hay unas cuantas gateras ¡quién fuera gato! Sequía. Qué poco cielo me toca de tu boca, teniendo tu boca tanto. Si lloro, como si canto, conmigo te haces la loca. Tan sólo a veces me besas con intenciones aviesas. Y el encanto, según a ti te convenga, se viene y va de tu lengua. Qué poco cielo me toca, que poco cielo de cuánto. Frutales Tu razno tiene pamías, Mi locotón, aceituyas. Fray buesa verdes doncellas Albar y coque, aleluyas. Mis nanas. Mis pobres nanas, mis ilusiones, por largos días se fueron lejos. En horas vanas de correrías por las naciones mendigas fueron. Regresarían. Y regresaron, figura humana, sin pantalones. En avalancha de malvenida, los hombres salen de las tabernas. Los perros ladran, los niños ríen, los viejos miran y se desvelan. Y las mujeres, a pronta puerta, requepintadas repalotean: Mirad qué modo para un poeta: va en calzoncillos y con chaqueta. Destino En un zarzal dos palomas alegremente zurean, no saben que les apuntan los caños de una escopeta. La escalera Los días son los peldaños de una escalera mortal ¿Qué nos espera al final? La muerte. Por otro lado, no es necesario subir para morir. Contravenir lo mandado -por voluntad o accidente-, es un hecho anticipado de la misma suerte. Lo uno por lo otro Estoy en paz, he perdido la honra, he ganado un rapaz. Mentira. Si miras adelante ves mentira, si miras hacia atrás, mentira y vuelta. Mentira por abajo y por arriba, mentira a la derecha y a la izquierda. Parece, sin embargo, que el que observa y dice que no es cierto lo que mira, ignora que es mirado con reserva por otros que le tienen por mentira. Apuesta diferente es la que tira por linde salomónica la lira y canta en su verdad lo que concuerda. Pero hay una visión introspectiva que intuye en lo de fuera la mentira y da de la verdad razón interna. Vientos del sur A una mujer de Atapuerca que tengo yo en el recuerdo, en las pendientes muy pinas se le escapaban los vientos. ¿Qué voy a hacer –les decía a los vecinos riendo-, si se me salen del alma, si se me van sin queriendo? Mis haberes Mis haberes son rocas por la mañana. Grandes y duras. Van haciéndose a golpes piedras pesadas hacia la una. Por la tarde son gravas innumerables, como aceitunas. Por la noche gravillas que pierden peso bajo la luna. A las diez son arena, polvo a las once, polvo y espuma. Y después ya es un éter, suave y ligero, lo que me ocupa. En el éter me duermo, con sueño dulce de miel y azúcar. Pero luego las rocas de la alborada ceji-me-juntan. La novia Tengo una novia que dice cuando se mira que está muy gorda. Y no es verdura, el suyo sólo es un caso de envergadura. Caballero Soy caballero, refinado en modales de los más bellos. Y en corazones, soy el más entendido que haya existido. Cultivo sueños… Si la plata o el oro son el rasero, tengo a montones, soy tesorero. Con dieciocho quilates en el granero. Campo de gules, tonos azules… soy caballero Bien lo veis en el ala de mi sombrero. Sorpresa Quien mira tanto a la calle, puede que vea a su amado, pero cogido a otro talle. El verso El verso sale de las entrañas por las rendijas del corazón Y va a los nidos de las arañas que son las telas de la razón. El verso vuela por las montañas, por los abismos de la ilusión. Y va a las hojas y va a las ramas y va a los troncos y va a la flor. El verso bebe de las fontanas, de los torrentes de la pasión. Y va a los cuerpos y va a las almas y va a los besos y va al amor. El verso empieza, el verso acaba, del verso vengo, al verso voy. Anticipo de las próximas Expresiones Transfiguración Caído de una lluvia artificiosa, Irrumpo en el amor, junto a la rosa. Y en esta luz plagada de colores, me siento natural, como las flores. Así, transfigurado, mis anhelos están con las alondras, en los cielos. Continuará… Mariano Estrada www.mestrada.net Paisajes Literarios Blog: https://aisajes.blogcindario.com
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