Expresiones propias III Expresiones propias III Queridos amigos: Releo estas expresiones que he llamado “propias” con el objeto de seguir ofreciéndolas en el Blog, y percibo que algunas están realmente anticuadas, tan anticuadas que mi primera reacción hacia ellas fue de rechazo. Luego pensé que ése pudiera ser precisamente su mejor valor, si no el único, ya que de algún modo admitirían la consideración de fotografías de su época. La impresión que se tiene al leerlas, desde luego, es que la sociedad ha evolucionado considerablemente. Téngase en cuenta que muchas rondan los treinta años de edad, habiendo incluso algunas que proceden de finales del régimen anterior, eso que Umbral ha llamado tardofranquismo. Ahora bien, a lo mejor este exordio es tan sólo una justificación para perdonarles la vida, que es un modo de perdonármela a mí. Pero, dado que yo soy parte, que sean otros los jueces. Lee aquí “Expresiones propias I y II”: https://aisajes.blogcindario.com/2007/02/00154-expresiones-propias-i.html https://aisajes.blogcindario.com/2007/03/00155-expresiones-propias-ii.html Y “Expresiones de la cultura popular I, II, III, IV, V, VI y VII”: https://www.foro-ciudad.com/zamora/muelas-de-los-caballeros/documentos.html Frase de libro: Tómame en tus manos y léeme. Yo sabré compensarte con el placer Expresiones propias III La noria La noria tiene una historia que es circular. Los hombres que se enamoran, primero imploran. después se van. Y ocurre como en la noria: se vuelven todos a enamorar, llenando sus cangilones con ilusiones de eternidad. Siempre es igual. La noria gira que gira y el hombre vuelta a girar. La meditación Medité en los prados mi destino incierto. Sometí mis piensos a meditación. ¿Y qué obtuve a cambio de tan noble esfuerzo? Sólo los rigores de una insolación. -¿Fue por el verano? -Fue por gilipó. El respeto Te miré a los ojos, te miré a la boca, te guardé el respeto, me llamaste idiota. Pero al día siguiente, sin decirte nada, te perdí el respeto, te llevé a la cama. Desde aquel momento tengo la manía de perder dos veces el respeto al día. En la Iglesia En la Iglesia, mocita, mientras rezabas, se perdieron mis ojos entre tus faldas. Pero tú los tenías en las del cura deshilando las sedas de la casulla. Le rogué al Dios del cielo con toda el alma, que si amabas al cura te excomulgara. Y después, en mis fueros, me prometía, que si el cura te amaba lo mataría. Decidí, sin embargo, que eras masoca, porque el cura que amabas te daba hostias. Acabada la misa salí corriendo, tropecé con tu padre, le dije suegro. Brindis Para uno, dos y tres, de cuatro o cinco que somos, necesitamos cien copas. Brindamos por A, B, C… y tomamos unas pocas. Hasta la S contamos y al llegar aquí ignoramos si son muchas o son pocas, si meamos o bebemos, si reímos o lloramos, De este modo no sabemos si de ABC que somos, dos o tres necesitamos. Si de la Z pasamos en las copas que bebemos y ni siquiera contamos. ¡Brindemos! ¡Bebamos! Cristo versus Arizona Leyendo un libro famoso me pasé la noche en vela. Ya es de día, estoy celoso, es decir, hasta los huevos de Cela. Ojos de mora Ola negra de mar, ojos de mora. Brisa agreste de sal arrolladora. Agriventura celeste del Este. Velo oriental que llora. Alternativa Si se seca la fuente donde bebemos ¿dónde bebemos? Donde seden las curdas, ni más ni menos. En la bota, la cuba o en el pellejo. Simplicidad ¡Qué bello el amor, que suave el aroma que tiene la flor! -¿Tú sabes de amor? -Conozco el amor. He visto a mi tía con otro señor El molino -No te acerques al molino donde muele el molinero, si no quieres llevar polvo de la harina entre tu pelo. -Si el molino del que me hablas es el amor, como creo, lo que se empolva de harina, es la pelusa, no el pelo. Fuego fatuo -Que no, mujer, que no es tuyo mi corazón esta tarde, hay otro cirio que quema hay otra cera que arde, hay otra brasa en mis ojos, hay otra hoguera en mi sangre. -Y hay otra luna bendita que ya es de cuarto menguante. ¿Adónde está la cerilla con la que quieres quemarte? Los calzoncillos de huelgan y no hay pasión que los calce. Las intenciones Dices que vienes a verme porque me amas, porque no puedes vivir sin mi persona. Pero me da en las narices que te ajustas a otra forma de pensar, muy española. Digo que quieres un puesto de trabajo. Y que me amas con un fin: el de señora. El lote y la dote No me importa tu dinero ni tu hacienda. Prontamente yo prefiero la jodienda. El metal es negocio accidental. Pero, ¡tira! Si se mira, no está mal. Yo no digo que me ofenda. Conclusión Mi corazón es alano, mi brazo va con el huno, me parto en dos y me sumo y siempre doy Atilano. Del desconsuelo al consuelo no va un pelo Bajaba a la Iglesia la viuda, gimiendo: -Campana, ¡qué lentos tus golpes despiden al muerto! ¡Qué tristes tus notas y amargos tus largos silencios. Sus ojos, ausentes, se alzaron al cielo. -Mas ¡cómo! ¿Quién dobla? Deprisa el cencerro, que quiero que acabe muy pronto el entierro. El cansancio y el sueño A tí llegué cansado, pero despierto. Y tú me diste algo que me dio sueño. Aquello era tan dulce, tan regalado, que ahora estoy dormido, y descansado. Que saquen moraleja de aquí, los tontos que viven en lo ajeno lo suyo propio. Al gallarín Al gallarín: si tú me das quinientas, yo te doy mil. Al ten con ten, ti yo te doy doscientas tú me das cien. Lo mismo es, lo cuentes de derechas o del revés. Al gallarín, al ten con ten… Las cuentas que tú haces tienen su aquel. Fin y principio Suenan las campanas de la Nochevieja. Se ha acabado el hilo, dadme otra madeja. Continuará… Mariano Estrada www.mestrada.net Paisajes Literarios Blog: https://aisajes.blogcindario.com
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