Sonseca - Toledo

Mi tía Ernestina, soltera por vocación y por devoción, es poseedora de un excelente sentido maternal (yo creo que así es), y presume de que me conoce mejor que la madre que me parió. Dice que en esta etapa de mi vida me encuentra muy zumbón y me ha propuesto que nos equipemos para la ocasión y participemos en la sesión de zumba solidaria con el pueblo saharaui.

La verdad es que yo no estoy muy convencido de ello, pues me temo que mi body sonsecano no está preparado para soportar una actividad física de este nivel. Mi tía Ernestina, fijo que la aguanta.

De lo que sí estoy seguro es que mis oídos no asimilarán bien los zumbidos de las músicas que suelen utilizarse en las sesiones de este tipo.

Por ello, la he dicho que no cuente conmigo, que sí, que estoy muy zumbón, pero que prefiero colaborar haciendo mi aportación en las entradas de la llamada Fila 0. Y es que, como el personal es como es y, como todos sabemos "hay gente pa to" (que diría aquel), a mi carácter tímido de por si, le afecta mucho el que dirán y no quiero ser objeto de comentarios del tipo: ¡qué hacen aquí este par de "zumbaos"! Y por supuesto, no me gustaría tener que salir zumbando de la mencionada actividad.

Salud y libertad.

Estás empezando a preocuparme borrachín, la zumba es una actividad que no te conviene en absoluto a pesar de que inconscientemente te dediques a ella diariamente.

Según la RAE, en su acepción 5 Zumba es:
5. f. Bol. y El Salv. Borrachera continuada.

Con tanto zumba, zumbido, zumbones y zumbados vas a acabar como un zoombie.

Cuídate y cuida tu hígado.

Déjale a tu tía Ernestina que se dedique a la Zumba todo cuanto quiera.

Y si es en favor de los saharauis que se haga acompañar de algún antiguo enlace sindical, ahora reciclado en defensor de iniciativas pro niños del Sahara.

Pues nada, que todavía afectado por los vapores etílicos de las aguas con espíritu que estuve libando el saturday night, me dejé convencer por mi tía Ernestina y allá que nos presentamos los dos en la "zumba sesión" solidaria.

¡En qué hora bendita le hice caso! En los primeros movimientos comprobé que aquello no era lo mío. Estaba más fuera de sitio que "la princesa del pueblo" en la Biblioteca Nacional. Sin embargo, mi tía Ernestina que nos va a enterrar a todos, estaba en su salsa, movía y agitaba su fibroso cuerpo como una posesa, vamos que estaba más contenta que Paquirrín en un burguer. A duras penas intenté salir airoso del trance haciendo una especie de "paripé zumba", pero estoy pagando con creces mi osadía. ¡Tengo agujetas hasta en las pestañas!

En fin, que mi carácter zumbón me hizo zumbar con la dichosa zumba y tuve que contenerme para salir zumbando de allí, pues lo último que hubiera deseado es que el personal participante en el evento me tomara por un viejo zumbao.

Salud y libertad.