Cambrils - Tarragona

¡Joooooder Tamboriler! ¡Vaya chollo!

Una defensa compuesta por hermanitas de la caridad hubiera puesto más dedicación y empeño en haceros el partido más complicado. Los cinco primeros goles los hubiera evitado un equipo de infantiles. Como siempre, los colchoneros echan las campanas al vuelo las primeras jornadas y luego llega Paco con la rebaja. En cuanto les toca un rival complicado tiran la toalla. La semana pasada fue el Sevilla quien les sobó el morro y hoy nos deleitan con esta charlotada. Ahora pretenderan que paguemos nostros los platos rotos la próxima semana, pero lo mismo les ocurre lo que al Sporting, que después de estos seis se llevan siete. Es lo que se merecen, por panolis, vaya mierda de partido, uno se prepara un cubata y se sienta dispuesto a ver un buen espectáculo y a los ocho minutos justos ya se ha acabado. Lo dicho, una mierda.

Bnb.

Suelen decir algunos periodistas deportivos que al final de una liga se suelen compensar los errores arbitrales a favor o en contra de un equipo, quedando de esa manera cada uno dónde se merece. Es una opinión.

Estas dos últimas jornadas hay un caso que demuestra esa teoría, el del Espanyol. El sábado pasado le birlaron un punto en el último segundo en su partido contra el Barça por medio de un penalti inexistente. Y este sábado el arbitro se comió dos penaltis es su contra, de manera que el punto que le robaron la jornada anterior se lo devolvieron esta. Y digo dos penaltis en su contra, porque si bien hubo uno a su favor no pitado, ese fue en la jugada inmediata a que le hicieran un penalti a De la Red que si hubiera sido pitado no hubiera dado lugar al contraataque posterior. El segundo es una mano clara de un defensor de la barrera, que tiene el brazo completamente estirado y evita que el balón siga su trayectoria que se adivinaba hacia la escuadra. Todo el mundo lo vio menos el arbitro.

Entonces la teoría se cumple con el Espanyol, pero hay otro equipo con el que no se cumple, ya que sale las dos veces beneficiado. El sábado pasado se llevó dos puntos de más por la cara, y esta semana ve como a su máximo rival le quitan dos también por la cara. Resumen, que dos que me dan más dos que quitan al otro son cuatro, y aunque tenía que estar a cuatro de distancia en la tabla, está empatado con su rival a puntos. Y es que Villar debe su presidencia al club beneficiado por esos cuatro puntos, y todo en la vida tiene un precio a pagar, ¿O no, Tamboriler?.

Bnb