El Sahugo - Salamanca

Hemos hablado de muchos aspectos de la vida de Saúgo en la 2ª mitad del siglo pasado: educación, deportes, oficios, anécdotas, etc. Creo que no estaría mal que habláramos de las casas de nuestro pueblo explicando por qué tenían esa estructura tan peculiar muchas de ellas. El ganado era lo más importante y muchas de las casas tenían el corral delante de la vivienda y las ve. Si comenzamos por la Calle Larga, vemos que las de la parte izquierda entraban por el postigo las ventanas daban atrás, a la era; las de la derecha tenían el corral dando a la Gaea, aprovechando el desnivel y la posibilidad de otra entrada por la carretera. Esperemos que alguien describa su casa con lo que había dentro: pajar, cuadras, pocilga, pajera, sala, alcobas, sobrao, etc

Aunque se han reformado muchas casas y otras han ido cayéndose, se conservan todavía muchas que pueden ayudarnos a recordar la vida en un pueblo agrícola y ganadero. Las formas de vida determinan las características de la vivienda. El ganado podía estar en la dehesa o en los prados, pero pasaba las noches de invierno en casa lo mismo que las horas de calor en el verano. Por eso se necesitaba un corral amplio en el que cupiera la leñera (a veces estaba fuera de la casa), la tená, la cuadra para las vacas con un espacio para las pesobreras, otra cuadra para los burros, la pocilga para los marranos,la pila donde comían, otra donde bebían, la pajera, la conejera y, encima de todo ello, el pajar y el gallinero. Se necesitaba un espacio para el carro, para los útiles del trabajo (arados, rastras, trillos, albarda, aguaderas, serón, colleras etc). Lo más frecuente era el corral delante de la vivienda. A él se accedía desde la calle por un postigo suficientemente amplio como para que pudiera entrar el carro cargado de leña, hoja, holliza y, sobre todo, la paja en las redes y el heno. En algunos corrales había machones de piedra de cantería que en tiempos servirían para machar el lino.

El interior de la vivienda estaba formado por un portal al que se accedía directamente desde el corral y en el que se hacía parte de la vida cuando la temperatura lo permitía. La cocina era amplia; una parte estaba ocupada por la chimenea de campana en la que se curaba la chacina aprovechando el calor y el humo de la lumbre. Del palo que atravesaba la chimenea colgaban las llares con un gancho para el caldero del agua caliente o del berbajo para los marranos. A cada lado había un poyo o chupón, normalmente de piedra de cantería, adornado con azulejos de cerámica. En medio de ellos estaban el humero y una piedra de cantería. La lumbre se hacía sobre una muela (posteriormente sobre una chapa de hierro), sobre la que colocaban los pucheros o las "esparrillas". A uno de los lados de la chimenea había un espacio para la ceniza, que luego se utilizaría como abono. En todas las cocinas había un escaño, una mesa con cajón para el pan y los cubiertos, un vasar para platos y vasos, un fregadero y una tinaja para el agua con el jarrero de madera. Siempre se encontraba sitio para colocar la "herrá", que tenía tres compartimentos para la sal, el pimentón, el ajo y el laurel. La lumbrese aprovechaba para cocinar, calentarse, secar la ropa en el respaldo de las sillas, escuchar el "arradio" contar cuentos o, simplemente, conversar. Solían aprovecharse el pasillo o el portal para las cantarillas del agua y la barrila o el barril. Comunicándose con las cocina estaba la despensa, con la garrafa para el aceite, el arcón de madera donde se salaban los tocinos, la olla para el lomo en adobo y una tinaja para mantener los chorizos, además de los utensilios para cocinar (sartenes, cazuelas, ollas, peroles, etc.)
En el portal se mezclaban algunos muebles -mesa, sillas, banco, banquetas, aparador o alacena, perchero- con sacos de pienso para el ganado. En él se hacían algunos trabajos como pelar frejones y eschocharlos cuando estaban secos y echarle la piedralipe al trigo en la sementera para que no le entrara el "vejino".

Muy buena descripcion.
Al leerlo,parece que nos hemos trasladado a una cocina de aquellas de antaño y estamos viviendo en otra época.

La mayor parte de las casas de Saúgo eran de una sola planta, por lo que el dormitorio estaba, lógicamente, en la planta baja. La palabra sala se identifica hoy con el salón. En los tiempos a los que nos referimos la sala era el dormitorio familiar; constaba de una o dos alcobas. Si la familia era numerosa, se instalaban camas fuera de las alcobas. Había armarios de luna y baúles para guardar la ropa, aunque parte de ella se guardaba en los cajones de la cómoda. Los productos de la recolección, cereales sobre todo, se subían al desván, al que se accedía por una escalera debajo de la cual se aprovechaba el espacio llamado "cuartín" para guardar las herramientas (martillo, alicate, etc.) El desván o "sobrao" creo que no hace falta describirlo; todos sabemos que en él se guardaban los ratones y las ratas para que comieran los gatos. Se guardaban los trastos viejos y, a veces todo lo inútil. Si leemos Fantasmas de invierno de Luis Mateo Díez_ deliciosa_,veremos que en algunos pueblos guardaban también en el sobrado a los fantasmas que no se acostumbran a estar muertos. A veces, los cereales se guardaban en la panera o troje, que era un cuarto en el interior de la casa, si había espacio.Se podrían añadir más cosas, pero no sé si esto despierta mucho interés. Posteriormente, fueron extendiéndose las casas de dos plantas, algunas de ellas con balcones. La mejora del nivel de vida permitió disponer de "la otra casa" para el ganado y los útiles de trabajo, lo que permitía un mayor desahogo para la familia. Por último, no quiero aburrilvos más, quiero resaltar lo típico de algunas manzanas de casa, en el barrio del Corro y en el de la Barrera: como señalábamos antes, la importancia del ganado determinaba la estructura de la vivienda, pero también la de un conjunto de casas. Si nos fijamos bien, los corrales se extendían como un abanico abierto alrededor de los espacios destinados a las personas. Estos espacios estaban prácticamente apiñados, con las paredes o tabiques en contacto y ocupando entre todos poco territorio y disponiendo de poca ventilación. Un ejemplo lo tenemos en las viviendas de Bernardino Carballo, la casa donde vivía Emilio Ramajo, antes de irse a la plaza, las dos de tío Eluterio García (cada una de ellas con corralones dando a calles distintas).Otro ejemplo: la casa para las vacas de Jacinto Benito, junto a la de Eugenio Ramajo, la de tío Marcelino o la de tío Antonio Ligero. En Cantillana se daba algo parecido. Ahora las vacas y los gorrinos están más lejos. Y no digamos los burros, ¿Pánde habrán ío?