Valderas - Leon

La mañana que murió Franco había niebla en Valderas y los castillos no se veían desde albarite. Era una niebla espesa, sucia, ancestral. Al poco de entrar en la escuela, los chavales salieron corriendo, sorprendidos y alegres, ante unos días inesperados de vacaciones. Cuando Jesús llegó a casa vio la tele encendida, dejó la cartera y el abrigo y se sentó a verla con su abuelo.
- Abuelo, ¿pero Franco era bueno o era malo? - preguntó pasado un rato.
- ¡Chitón! -gritó la abuela viniendo desde la cocina- De esas cosas no se habla y no te se ocurra andar preguntando nada a nadie por ahí. ¿Me oyes? ¡Ojito con lo que dices! Ponte a hacer los deberes o marcha a jugar con los amigos- dijo enfadada-.
- Si, hijo, si -le dijo el abuelo mirándole con los ojos humedecidos- Tú vete a jugar y no preguntes.
Unos viejos paseaban por los soportales del paseo y cuchicheaban por lo bajo palabras que apenas eran audibles y quedaban escondidas
entre el vasto tejido del cuello de las pellizas. Un grupo de niños estaba sentado en las escaleras del cine sin saber muy bien como comportarse en aquella mañana fria y silenciosa. De vez en cuando se levantaban y jugaban a saltar la mula para espantar el frio. Después salian corriendo hasta la esquina de Foro o se sentaban de nuevo en frente de la casa de Ponchudo. Tenian miedo de preparar alboroto. Creían que Francisco podía aparecer, de un momento a otro, por la esquina del Maga para, con voces y amenazas, restaurar de nuevo el orden y el silencio propio de un sepelio. O quizás cogiese a alguno por el pescuezo para llevarle al cuartel y calentarle el culo con el cinto.
- He oido decir a esos viejos que va a haber una guerra -dijo un niño haciendo corro con los demás.
- ¿Una guerra...? ¿Y contra quién? - preguntó otro.
- No sé...contra los rusos... - respondió dudando.
- Pues si quieren guerra que vengan ellos. Yo a Rusia no voy que hace mucho frio.
- Dicen de alli meas y te salen cubitos por el pito.
¿ Y que nos han hecho los rusos si se puede saber?
- Pues que va a ser, tonto el culo, que son todos comunistas y masones.
- ¡Ah!

Muy logrado.Me ha recordado mucho los pensamientos propios de mi infancia, tenía 8 años cuando murió Franco,y lo que describes en tu artículo es muy parecido a lo que comentábamos entre nosotros aquellos días de incertidumbre,de miedo y también de ilusión.Un saludo.

Borrado por su Autor.

Si señoor historia pura y dura,solo pensarlo se te erizan los pelos ,como hemos cambiado.DIVIERTANSE¡¡¡

" El dia que te mueras no habrá cuatro personas en Valderas que te quieran llevar en la caja hasta el cementerio" - le había dicho una vez un alcalde al hombre que recibió a los chavales en el ayuntamiento.
A mediodia la niebla había ido desapareciendo poco a poco y el sol, tímido y renqueante al principio, había acabado reventando la mañana de luz. Animados por la visión del cielo azul y sin nubes, los crios habian decidido romper la cadencia tristona del dia y preparar un partido de fútbol por la tarde.
- Vale, llamad a todos los que veáis para que podamos hacer dos equipos y a las cuatro quedamos en las eras de los Manzanos- dijo Jesús.
- ¡Bah! Yo en las eras no juego- se quejó Esteban - Estoy harto de jugar sin porterias.
- Es verdad - concluyó Julián- sin postes nos pasamos más tiempo discutiendo que jugando.
- ¿Qué hacemos entonces? - preguntó Jose.
- Vamos al ayuntamiento a pedir las llaves del poli y jugamos como Dios manda- propuso Ignacio.
- Yo al ayuntamiento no voy... me da miedo entrar allí- confeso Jesús.
- A mi también -dijo Luis.
- Y a mí- apostilló José.
- Pues o vamos todos o nos quedamos sin partido- concluyó Ignacio

Subieron juntos por las escaleras casi cogidos de la mano y al entrar vieron a aquel hombre y se asustaron. Era como si acabase de sacar la cabeza de dentro de un enjambre de abejas.

Yo pregunto, ¿quiÉn era el hombre que os asustÓ?, no serÍa meredÍ. un saludo vecinos.