. La soberbia,la avaricia No es extraño que unos tipos acostumbrados a confesar a todo quisque se rebelen cuando ellos son los que deben confesar cómo reparten nuestra pasta. La soberbia, ligada aquí a la avaricia, no son los menores de de los pecados capitales eternos de esta gensanta. Y de la lujuria no toca hablar hoy. La prolongación del Concordato es otro lastre con el que por cierto transigió nuestra sagrada e inmutable Transición, tutelada por el palio franquista, cómo no. ¿Qué pinta el Estado pagando profes de clases particulares de religión en colegios públicos o concertados? Sí, porque la fe es un asunto muy particular. ¿O depende de la cuenta de resultados? Por otra parte, la X del IRPF es algo más que una propina a la Iglesia, porque no es un donativo libre, además de lo abonado al Estado: quien pone la cruz está detrayendo de la hucha común lo que apoquinó al cepillo. Si tanto amas a tu secta de mitrados, primero ajusta cuentas con el césar, y luego ya si eso puedes regalar a tu Iglesia tu hucha en peso. Esto último te sería recompensado con creces por Dios; lo otro, poner una cruz "libremente", a costa de los demás, no tiene mérito. Un argumento socorrido para justificar la X es su obra social, por ejemplo Cáritas, cuyos ingresos por cierto vienen mayormente de fuera.Cuélgame esa cruz con tornillos roscachapa. También hablan de hospitales y comedores sociales, etc. Bien, como toda esta labor generosa será limpia, si yo fuera jefazo episcopal no es que me negara a confesar las cuentas, es que las publicaría hasta en La Sexta Noche, con perdón de Dios, con un "¡Aquí están nuestras cuentas y nuestra obra!".Pero no, ellos prefieren el ¡Aquí están mis poderes!, en modo cardenal Cisneros.En todo caso, el problema de estos fariseos mitrados es que sólo mostrarían la parte sensible/vendible de su actividad, pero ocultando por supuesto lo que gastan por vicio, o en vicios. Claro que vivir una eternidad requiere de unos ahorros interminables. |