El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz Interior envió a Nueva York al jefe interino de la UDEF para traer un testimonio contra Podemos Bueno, ¿Qué hacer con un personaje tan siniestro como éste? ¿Qué país democrático toleraría la implicación de un ministro en tramas de tal irregularidad, en el exterior, utilizando las fuerzas de seguridad del Estado, sin conocimiento y orden judicial de por medio, y actuando como si de un agente de inteligencia se tratase; y todo para atacar a un partido legal, más democrático que el del Sr. Ministro, para beneficiar a su partido, el PP?. ¿De qué hablan estos fascistas de complicidades con Venezuela de Podemos, cuando el Estado a través del ministro y las fuerzas de seguridad del Estado se implican con un exilado venezolano para implementar unas pruebas falsas contra un partido con el que compite en unas elecciones? ¿De qué hablan cuando delegaciones de la oposición venezolana son recibidos en España por parte de Presidente de Gobierno, representantes cualificados del PP y PSOE, con rango de visita oficial para injerirse en los asuntos internos de otro país? ¿Repetir el apoyo oficial de España a otro golpe de Estado como el que hizo Aznar con Chaves?. Yo animaría a Podemos a que fuesen ellos mismos los que presentasen una petición a la Justicia, si es que ello es posible, prestándose a que fuesen objeto de una investigación por la Fiscalía a fin de determinar si tienen alguna responsabilidad en cuestión de financiación irregular del partido, para, en caso contrario, proceder legalmente contra el Ministerio de Interior. Sin mandamiento judicial, por intereses partidistas, el mandar a EEUU al jefe interino de la UDEF es cometer un delito de malversación de caudales públicos. Por otra parte la maniobra, que puede ser calificada de mafiosa, y que ha sido precedida de diversos intentos falsarios de achacar a Podemos una financiación irregular, tiene un saborcillo de operación Anacleto. El ir a interrogar a un ex funcionario de Chávez -huido o llevado fuera de Venezuela- que además parece ser confidente voluntario o forzado de la CIA, huele fatal. Apesta a chanchullo aunque sea un tanto ridículo por infantil. Si la idea viene del Ángel de la Guardia de Fernández Díaz, ese angelito debe proceder del Limbo. |