El Alcalde que quería ser mujer y con talento (Antonio Yuste) El Alcalde que quería ser mujer y con talento Por Antonio Yuste Súum cuique (a cada uno lo suyo) y Humildad Rodríguez, Teniente de Alcalde y segunda en la lista del PSOE por el Ayuntamiento de León, le correspondía lo que su Alcalde, sistemáticamente, le negaba, un mejor entendimiento de los asuntos de su competencia, los medioambientales. Administrar una ciudad con criterios del siglo XIX es cosa penosa y enervante para personas que se sienten habitantes del siglo XXI con su corpus de expectativas y obligaciones. Preparar la ciudad para las nuevas demandas y expectativas de los ciudadanos de este siglo, estaba chocando, día sí, día también, con un equipo de gobierno, liderado por Francisco Fernández, uncido a los negocios de las concesiones improvisadas, las recalificaciones libidinosas, las licencias de obra perjuras, las privatizaciones oscuras y los compañeretes de contubernio y mordida. Una forma de hacer y proceder en perpetuo divorcio con lo que un ciudadano advertido espera y puede consentir. La privatización del agua, por sorpresa y misteriosa, con la única excusa de obtener ingresos suplementarios para el Ayuntamiento, cuando el suministro del agua tiene superavit y es una de las competencias nucleares de cualquier ayuntamiento, ha sido la gota que colmó la paciencia de Humildad Rodríguez. Se va. No ha sido sustituída, se va. «Si haces eso, me voy, no lo puedo consentir». Y no lo ha consentido. Advirtió hace mucho tiempo Humildad a Francisco Fernández. «Con el agua no se juega y las infraestructuras del agua necesitan inversiones estratégicas para restaurar su canalización con gravísimas deficiencias. Entre mejorar las conducciones, muy necesitadas de inversiones, mejorar las técnicas de saneamiento, reutilización, potabilización y enriquecimiento del agua y privatizar para que el concesionario se beneficie de que están todos los costes transferidos al ciudadano, hay una gran diferencia». Humildad se ha ido. El agua es un servicio estratégico, digo yo, indelegable. Los servicios estratégicos de un Ayuntamiento, por orden de importancia, son el suministro de aguas, energético, telecomunicaciones (entrada y salida de señal en todos los hogares) y recogida de basuras y desperdicios. No es así. Los Ayuntamientos de hoy en día están al negocio del ladrillo y a las concesiones y privatizaciones orientadas a las mordidas. Lo ya sabido, el Alcalde no es tonto, es Sumo, su perro, que es quien manda. Es la historia de un Alcalde que tenía celos de sus teniente de Alcalde, Humildad Rodríguez. Es el relato de un regidor que quería ser mujer y con talento y no obteniendo respuesta del espejo, lo hizo añicos. Sin espejo, ay, ya nadie le devuelve la mirada, tampoco Sumo.
|