INTERES NATURAL Las Médulas Paraje de las Médulas Camino hacia Galicia se alcanza un paraje único, al que siglos atrás habían llegado ya los romanos en busca de oro. Y lo encontraron dejando tras de sí un paisaje de extraordinaria belleza: Las Médulas. Antes de adentrarse en ese mundo de singular belleza, se puede visitar el Castillo de Cornatel, encaramado en un impresionante peñasco. A continuación el viajero encontrará el Lago de Carucedo. Las Médulas, paraje increíble, obra gigantesca de la ingeniería romana, para extraer el preciado oro. Aquí los romanos removieron millones de toneladas de tierra mediante el procedimiento conocido como "ruina montium". Montañas enteras quedaron reducidas a barro y oro que fue a engrosar las arcas del Imperio, según cuenta Plinio el Viejo. Mirador de Orellán Asomados a un barranco de cien metros de altura, cuyo borde marca el límite hasta el que llegó el frente de avance de los trabajos, la visión de la mina se ofrece asombrosa y casi completa: en primer plano, el gran circo de Las Valiñas o cuenco del laboreo, salpicado con innumerables picachos rojizos y figuras caprichosas; detrás, el pueblo de Las Médulas y, al fondo, alargándose hasta casi tres kilómetros de distancia, los llanos que fueron asiento de la montaña desaparecida tras ser excavada y arrastrada por el agua. Se contempla, en resumen el aspecto de la última fase de una gigantesca explotación minera a cielo abierto en la que se ha calculado que pudieron vaciarse entre 100 y 230 millones de metros cúbicos de tierras aluviales, acercándose más a una u otra cifra según cuál sea el criterio de medición adoptado. Lago artificial en Carucedo Bellísimo lago Somido, posiblemente situado en la embocadura de una gran agoga o lavadero. Su extremo norte constituye un emplazamiento ideal para contemplar la extensa llanura del Chao de Maseiros, formada con los estériles que se depositaron en esta zona. Y es también un observatorio excepcional para comprender cómo estos mismos depósitos, cuyo espesor llega superar los treinta metros, obstruyeron el desagüe natural de la cuenca y dieron lugar al embalse que hoy es el lago de Carucedo. Mirador de Corullón A 1 kilómetro y medio del pueblo de Corullón, siguiendo la carretera que a él nos conduce, se halla un estratégico mirador desde el que alcanza toda la amplia belleza del Bierzo, en impresionantes panorámicas de insuperable riqueza paisajística. Castrelín de San Juan de Paluezas en Las Medulas Se halla al noroeste del pueblo de San Juan de Paluezas, y es accesible por un camino que, surgiendo de la carretera N-536, atraviesa el canal de Cornatel. El área excavada muestra las cimentaciones de varias viviendas, de plantas rectangulares, unas, y circulares, otras, que presentan la singularidad de estar integradas por varias construcciones independientes, aunque adyacentes entre sí. Parque Natural de los Ancares Se encuentra situado al noroeste de la provincia de León, en el límite con las comunidades de Galicia -por la zona de Lugo- y Asturias. Las cumbres escarpadas se mezclan con los valles encajados. Comprende 67.000 ha de territorio virgen. Toda la comarca está declarada Reserva Nacional de Caza. Abundan los bosques de robles centenarios, tejos de altura, madroños y fresnos. Vuelven a verse osos, desaparecidos durante décadas. A esto se le une una amplia fauna de corzos, lobos, jinetas, venados y zorros. En sus ríos todavía se pueden observar truchas salvajes y nutrias. Río Sil El río Sil nace en la Cueta a una altitud de 1.846 metros de la vertiente sur de la Cordillera Cantábrica, los afluentes del Sil dentro del municipio de Palacios del Sil son Río Fontaninas (Tejedo del Sil), Arroyo de Durría (Sierra del Coto), Río Palacios (La Regaliza), Arroyo de Pedroso (Tachetes), Río Vega de Campos (Nevadín Tambarón) y Río Zorondillo (puerto de Valdeprado). La acción geológica del río origina vales típicamente fluviales: muy estrechos, encajonados y de fuertes pendientes y grandes desniveles, portando gran cantidad de materia orgánica que deposita en las orillas de los cauces, lo que proporciona al suelo una riqueza tal que permite la existencia de cultivos variados y prados muy fértiles. |