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El olvido de esas factorías que llamaban monasterios
Sandoval y Eslonza, dos ejemplos del largo camino entre la gloria y el olvido


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Vivieron tiempos mejores
Natalia Bodega Morán / León
Hubo un tiempo en que los monasterios fueron los dueños de gran parte de las tierras de la provincia. Gracias a las donaciones de los reyes y a lo que recibían en herencia de los fieles, acumularon enormes fincas. Comarcas como El Bierzo (con San Miguel de las Dueñas, Santa María de Carracedo, San Pedro de Montes), la ribera del Porma (con Santa María de Sandoval), Tierra de Campos (con San Benito de Sahagún y Santa María de Villamol) o la Maragatería (con el polémico Rabanal del Camino), conservan restos de lo que fueron mucho más que lugares de oración.
Y es que en los monasterios se recaudaban impuestos; se copiaban los escasos y valiosos libros; se curaba a peregrinos; se empleaban a cientos de campesinos y se vendían productos agrícolas. Henry Pirenne dijo que los monasterios medievales eran como las factorías actuales. Hoy valoramos su importancia artística, pero no debemos olvidar su papel en acontecimientos políticos y culturales impactantes. Por ejemplo: Sahagún y su monasterio hicieron la competencia a León cuando Alfonso VI decidió vivir allí. También Sahagún fue el centro de la primera rebelión de campesinos y artesanos de la Edad Media. En el año 1111, los habitantes de la villa terracampina se levantaron contra los monjes, anticipándose varios siglos a las revoluciones de la Edad Moderna.
Sandoval y Eslonza
De todos los monasterios leoneses quisiera llamar la atención sobre dos de ellos por su riqueza artística y su estado actual de abandono: Santa María de Sandoval y San Pedro de Eslonza. Santa María de Sandoval se encuentra en la población de Villaverde de Sandoval, a pocos kilómetros de Mansilla Mayor. Hasta el S. XIX poseía propiedades en la ribera del Porma. En la Desamortización de Mendizábal de 1.836 se subastaron sus tierras y el edificio. A partir de ese momento, el monasterio comienza a descuidarse y deteriorarse gravemente. Hoy en día, el edificio está parcialmente destruido, mientras que la iglesia aún resiste gracias a algunas restauraciones y ser la parroquia del pueblo..
Císter y ruinas
La iglesia de Sandoval es una excelente muestra del arte Cisterciense. En este arte-que se produce en la transición entre el Románico y el Gótico- predominan los muros sin decoración. Se intenta crear un ambiente de espiritualidad. Hay todavía arcos de medio punto, residuo del Románico, pero también aparecen los arcos apuntados góticos u ojivales. Es llamativa la entrada de los plebeyos. Es una portada adornada con hojas de berza y ‘reservada’ a las más pobres. Una prueba más de la injusta situación social de la Edad Media.
Del monasterio queda la estructura, pero su estado es gravísimo. En algunas dependencias se amontonan partes de retablos y tallas, sin ningún orden. Los burros -irónicamente también en peligro de extinción- pastan habitualmente en el claustro decrépito. Lo que hay, se conserva gracias al pueblo de Villaverde, a la señora Munda (antigua guía del monumento), a su hija Salud y a la leonesa Asociación de Amigos del Patrimonio Pro-Monumenta.
En cuanto a San Pedro de Eslonza, es un aviso de lo que puede pasar con una obra de arte si todos no nosinvolucramos en su protección. Las ruinas actuales nos dejan intuir las enormes proporciones del edificio. Lo peor de este caso es que hasta principios del S. XX, todavía se podían haber salvado restos importantes. Gómez Moreno, el padre de la Historia del Arte español, describía en los años 20 la cabecera de la iglesia en pie.
Una de las partes que sobrevivíeron es la famosa portada barroca de la actual iglesia de Renueva. Una portada mandada trasladar por el obispo de León, Luis Almarcha. La intención del obispo fue tratar de preservar parte del monasterio, pero es un síntoma de la depredación del edificio. Vendido por 40. 000 reales y desmontados pieza a pieza, sus restos están hoy diseminados por diversos lugares de la provincia.
Poder, injusticia, cultura
Los monasterios fueron a su vez centros de poder y centros de injusticia. Frente a ello, no podemos olvidar que también conservaron la cultura del pasado para poder legárnosla.
Bueno sería que supiéramos aprovechar el ejemplo que nos da esta historiapara dejar a los actuales habitantes de los pueblos una riqueza cultural y turística que les permita mejorar su futuro, ser una alternativa turística y cultural en lugares tan necesitados de ellas.
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