Cómo se preparó la defensa (4º y última parte) Así concluyen aquellas órdenes dedicadas a defender los pueblos contra los franceses: 31.- Se tapiarán las puertas de menos uso, ó menos bien dispuestas para la defensa, dexando únicamente abiertas las más defendibles ó más proporcionadas para la comunicación. 32.- Se pondrán estacadas y se abrirán fosos, delante de las puertas ó portillos por donde pueda introducirse el enemigo. 33.- Se proporcionará la obra al número y clase de gentes que se han de emplear en su defensa. 34.- No se fortificarán líneas de grande extensión; ni puestos que puedan ser tomados fácilmente por la espalda rodeándolos: y se tendrá por objeto principal la defensa de las entradas y de las calles, que deberán prepararse para el efecto. 35.- Se tendrán señalados los puestos que deberán ocupar las gentes destinadas á la defensa; y se ensayará cada uno en el uso del arma que ha de manejar, en términos que á la señal convenida cada cual ocupe su lugar, y se halle en estado de servicio con utilidad. 36.- Se tendrá todo dispuesto para talar los árboles, demoler o volar los edificios, ú otros objetos en que pueda abrigarse el enemigo, debiendo estar nombrados los que han de executar estas operaciones á su tiempo, para evitar daños y perjuicios sin necesidad. 37.- Se tendrán repuestos de pólvora y municiones, en los parages más resguardados y seguros. 38.- También, se tendrán en los parages más seguros repuestos de comestibles, suficientemente surtidos para que entre los depositados en ellos y los que tiene el vecindario, se pueda subsistir un par de meses quando menos. 39.- Se destinarán para hospitales uno ó más edificios colocados convenientemente, provistos de todo lo necesario para la curación de los heridos, sin omitir un número proporcionado de parigüelas para su conducción. 40.- Los individuos del Clero Secular y Regular, se ocuparán con preferencia en asistir á la curación de los heridos, custodiar los almacenes y repuestos, y patrullar para mantener el buen orden. Los más caracterizados y populares, emplearán su autoridad é influxo en exaltar ó moderar el entusiasmo, según convenga, con subordinación á los Xefes Civiles y Militares; y ninguno se eximirá de tomar las armas, y de trabajar materialmente en las obras, siempre que se juzgue conveniente para dar exemplo. 41.- Para facilitar la execución de lo indicado en los artículos 3 y 10 y sobre os medios de defensa, se tendrán presente las advertencias siguientes. 42.- Siempre que tenga alguna pendiente hacia los enemigos el camino ó paso que han de atravesar, se pueden formar en él uno ó más escalones transversales, de un par de pies de ancho, de una ó dos varas de alto, y de una longitud igual á toda la anchura del camino. 43.- Se tendrán prevenidos unos caxones largos ó barriles pequeños llenos de pólvora, que comuniquen entre sí, y de ellos saldrán varias madejas de estopines encerrados en mangueras ó canutos, de materia propia para que no penetre la humedad. 44.- Colocados los caxones sobre el escalón, se cubrirán con piedras y dándoles fuego oportunamente desde lejos por medio de los estopines, se volará esta especie de mina, con gran daño del enemigo, y sin riesgo de los que emplean dicho artificio para su defensa. 45.- Para aumentar y asegurar el estrago, convendrá que el piso del escalón tenga alguna inclinación hacia adelante, en términos que su plano prolongado pase por los pies delos enemigos, á quienes se intenta ofender: y el emplear varias madejas de estopines, no tiene más objeto que el asegurar el éxito en el caso que cualquier accidente impidiese la comunicación de alguna de ellas con la pólvora de los caxones ó barriles. 46.- Para evitar que la pólvora se averíe con la humedad, y dificultar al enemigo el conocimiento de los sitios minados, se tendrá todo prevenido con anticipación; y no se procederá a la colocación de los caxones hasta que se vea inmediata la ocasión se que se forzado el paso que se trata de defender. 47.- También se pueden disponer hornillos para darle fuego á su tiempo, por el mismo estilo que se executa con los barrenos; procurando colocar la mineta, espoleta, ú otro artificio semejante, de que se hace uso para dicho objeto, en términos que quando el enemigo llegue á descubrir el fuego ó el humo, sea ya inevitable el daño. 48.- Para arrojar por las ventanas son muy propios los frascos de fuego, ó granadas de vidrio: y mejor unas ollas ó botes de boca ancha, bien tapados, armados del mismo modo que los frascos con lanzas, fuegos ó coetes en su parte exterior en vez de mechas. Dichas vasijas estarán llenas de pólvora y de granadas de mano, en cuyas espoletas se introducirán dos ó más estopines largos en vez de mixto, para asegurar más su repentina inflamación: y deberán arrojarse con violencia, para que no dexen de verificarse su rotura y el esparcimiento de la pólvora. 49.- Para la construcción y uso de estos artificios, y de otros semejantes, pueden emplearse los polvoristas, en defecto de sugetos de los Cuerpos de Ingenieros, ó de Artillería del Exército ó Marina, inteligentes en la Pirotécnia.
|