Otro poema más Poema escrito en el año 1957, y parte del cual es el Epitafio que aparece en su tumba. Dice así: Creo que soy el único guardián y mis canes interiores se lanzan a morder el abanico ardiente del ocaso. Al final, mi anarquía gigante, la de mis libres amapolas, se muere hacia la noche Me siento estar disuelto ser polen indefenso en el aire estelar, o gota de perfumes lanzada a esos espacios que lo disuelven todo en el silencio. Luego, esas ruinas del Convento conquistan mi oro antiguo en la batalla de tristezas, y depositan algo de campana sagrada por el latido de mi corazón. El río rojo saca de sus nieblas la oración acuosa, viejas llamas azotan los paisajes de donde fui expulsado. Y de mi soledad límite levanta su vuelo rumoroso la canción más antigua de mi madre.
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