Sotiel Coronada - Huelva

¿No digo yo que estoy desmemoriado? Pues sí, que es cierto. Buscando un escrito, recordé que hace más o menos un año, hice algo in Memoriam a un amigo fallecido.
Pues bien, lo busque y lo encontré, aquí lo tengo, y se lo pondré en el foro como reconocimiento de mi amistad hacia él.


---unsotieleño---

Esto lo escribí el sábado día 22 de septiembre, del año 2012, el cual pertenece a la semana 38 del año, la luna era visible desde el medio día y su fase era cuarto creciente.
Y lo hice en memoria de un buen amigo, que falleció el día dos de agosto del 2012, lo conocí cuando el aun jugaba a "los bolinches", "al aro" y correteaba solitario por los barrios de Sotiel, ¡DESCANSE EN PAZ!


---unsotieleño---

Salgo de casa pensando en dar un paseo antes de que comience apretar el calor. Aunque voy sin una dirección determinada, sin saber hacia dónde me dirijo, la verdad es que camino sin más. Voy oyendo las noticias de la mañana, para informarme de lo que ha ocurrido y de las efemérides de días tal como el hoy. Son las 11:00 p.m. (escucho en el transistor), un día tal como el de hoy 22 de septiembre, (sigo escuchando) el bacteriológico escocés Alexander Fleming, descubre la penicilina, sigue las noticias y me informo que hoy, es el inicio astronómico del otoño, es decir, que entramos en el “equinoccio de otoño” y con ello la duración del día y de la noche prácticamente coincide. Ya han pasado265 días y quedan 100 días para finalizar el año, sigo escuchando.
Y además de ir oyendo el transistor, voy pensando al mismo tiempo, que lo mejor, es acercarme a descansar al parque, y ver en qué estado se encuentra, ya que llevo una larga ausencia alejado de él, y se me apetece. Quiero recordar y si mi mente no me traiciona, que no lo visito desde el otoño pasado.
Cerca de la casa de Urbano, me cruzo con un empleado de la limpieza de este lugar, él me mira y me adelanto a saludarle dándole los buenos días, el me contesta casi al unísono, como si fuese un eco de mis palabras. No pongo reparo en examinarlo, el operario, camina llevando entre sus manos una carretilla colmada de hojarascas, lleva cara de cansado, sus ropas están húmedas y por su cara corre verdaderos chorros de sudor.


---unsotieleño---

Quedo un poco extrañado, ya que una vez que ha pasado este, pienso que su cara me es tremendamente familiar, pero no recuerdo de qué. Pasado unos instantes, caigo en la cuenta, y recuerdo el porqué me es conocido. Recuerdo que hace poco tiempo atrás y a pocos metros de este lugar en el que me encuentro ahora, me cruce con este mismo señor, bien recuerdo, que era casi pasada una de las templadas mañana de primavera, me dirigía yo, hacia estrecho caminillo de cipreses de una de las entradas a este parque. Aquella vez no respondió a mi saludo, quizás no me oyera por ir más preocupado por dominar al animal que conducía.
Este señor al que hago mención, aquel día no le reconocí por más vueltas que le di a mi cabeza, pero el caso es que aun sigo sin saber quién es, ni se su nombre. Este señor, el cual usa gafas, de pelo canoso y bien rasurado, recuerdo bien que aquel día, con una de sus mano sujetaba una correa de la que lleva atado un enorme perro y en la otra, portaba un libro, en esos momentos, me congratulé y al mismo tiempo me dije, parece ser que en este espacio donde se respira paz, hace despertar también el placer de la lectura, percibiendo en aquellos momentos, que han comenzado a visitarlo personas que como yo, quizás encuentren aquí un lugar idóneo para pasar unos momentos deleitable a los placeres de la lectura, afición a la soy dado.
Entre pensamientos, dudas y aclaraciones, por fin he llegado a este oasis, buscando un “roal” de sombra y de paso, tener un encuentro con la paz. Aquí, entre esta arboleda, donde la espesura del follaje a duras penas permite filtrar algunos débiles rayos de Sol, es donde en verano vengo a refrescarme, a recordar y a dormitar, en los días de bochorno del casi insoportable calor de Sotiel.
Como digo, es aquí desde donde vengo desde hace mucho tiempo atrás, a descansar y a tener mis citas con el pasado, evitando así el calor y la monotonía del diario en mi casa, porque es aquí también, donde los sonidos parecen estar borrados, donde se reavivan mis recuerdos, donde arden mis sentimientos, donde me queman las pasiones del pasado, donde entran las dudas de lo que podía haber sido y no lo fue, donde regresan los deseos de volver a tiempo pasado y es también aquí, donde hasta los recuerdos parecen pasar sin prisas, caminando, pausados, lentos y pacientes.
Cuando...


---unsotieleño---

…me coloco mis gafillas y tomo entre mis dedos rugosos mi lápiz hexagonal, de aristas redondeadas, es entonces, cuando parece que ante mí se abre una ventana que da vista al pasado. Y es todo tan real, tan hermoso y atrayente, que hace que mi corazón se estremezca.
Ya dentro del parque y después de unos minutos de echar una ojeada y observar detenidamente, cada rincón de este vergel, decido sentarme y descansar, giro en torno a mí buscando un asiento, porque pretendo que éste se encuentre en una zona donde el sol ralentice su llegada y le tarde en llegar. Ha sido rápido, no he dudado un instante en elegir la zona y el banco que creo idóneo, he elegido el lugar donde algún tiempo atrás fue sin duda alguna, un lugar sorprendentemente de encuentros fastuosos.
Tengo muchos, escritos recuerdos, en mis libretillas, que fueron escritos aquí, y los tengo todos muy bien guardados, ya que para mí son como un tesoro de palabras, entre la cárcel de sus hojas y las rejas de sus renglones, donde los plasmé durante mucho tiempo sentado en estos bancos y bajo esta arboledas, durante muchas tardes de recuerdos, de delirios y emociones profundas, donde a veces estuve casi rozado la locura.
Porque es aquí, donde tengo mis reencuentros con el recuerdo, con mis sentimientos y mis emociones, donde me vienen tristeza y nostalgias de algo tan lejano como aquellas primeras cartas de amor que escribí cuando niño, unas llegaron a su destino, algunas que otras se quedaron en el cajón de mi mesilla, que después más tarde mi madre o yo tiramos al olvido y otras, se quedaron solapadas entre las hojas de algún libro de poemas.
Cada día que visito este lugar pienso y creo que mi mente o este parque o quizás los dos, son un poco extraños, y lo pienso porque lo que me hace sentir este lugar de Sotiel es tan sorprendentemente milagroso, que no lo puedo explicar, ya que solo lo siento en mi corazón, porque es aquí, donde mis sueños se hacen eternos, donde mis temores y mis dudas me hacen presagiar que serán perpetuos, aquí, donde mis decepciones hacen sentirme triste, pero donde otras veces, mis alegrías me vuelven inmensamente feliz.
No sé, si este es mi sitio, no sé, si este es el lugar donde debería de estar, pero lo que sí sé, es que es aquí, donde me sobrevuelan los recuerdos más queridos, tiernos y susceptibles que siempre llevaré en mi mente y en mi corazón hasta el día en que me valla. Porque a mi edad el soñar con el amor y con los sentimientos aun es posible, por eso vengo aquí, donde los recuerdo del pasado, me hacen suspirar al recordar aquellas que fueron mis primera quimeras, señal inequívoca que aun se mantiene latente.
Es…


---unsotieleño---

...posible que nunca sabré cuando me llegó este sentimiento de vacío y de soledad, que me hace volver a cada momento a visitar este lugar, a hablarle o a reprocharle en silencio a mi primer amor por su abandono o a recordar a algunos de aquellos viejos amigos que se marcharon y que no pude despedirme de ellos y ni tan siquiera haberle podido decir un simple adiós, un simple adiós, que para mi hubiese sido como un eterno abrazo y que aun hoy me resigno a aceptar que ya no estén a nuestro lado.

En estos momentos, durante estas meditaciones, pasan junto a mí una pare jita de jóvenes que cruzan el parque y entran en una casa que no se bien si es la de “La Manolilla la de Curro” o la de su hijo “Currito”, lo que me hace pensar, o bien paso el día ha escondida o quizás aquí me vuelvo invisible, puesto que todos pasan junto a mí, indiferente, si decirme hola o adiós.


---unsotieleño---

En estos momentos quisiera decirte algunas palabras para despedirme de ti y decirte lo que siento por tu persona, porque durante todo este tiempo que ha pasado desde tu marcha, estoy buscando una ocasión y la mejor manera de decirte adiós y decirte además, que cuando pasen los años recuerdes que en Sotiel, hay alguien que aun piensa en ti.
De joven fuiste como aquella flor que es hermosa y después pierde todo su esplendor y su encanto y se vuelve triste, mustia y más tarde aunque precoz envejece y se marchita, así fuiste tú, amigo mío, flor olvidada.



---unsotieleño---

Miro hacia el cielo buscando un atisbo de luz, el aire hace mover las ramas, caen hojas que ruedan presurosas hacia donde los cipreses hacen guardia y los ladrillos dormitan haciendo guaridas, y es allí donde acaban girando alocadas en forma de remolino.
Van llegando pajarillos para pasar la noche que se refugian entre las ramas de las palmeras ahuecando sus plumas.
De pronto, las farolillas comienzan a parpadear, lo que quiere decir que rápidamente aparecerán como luciérnagas esparcidas por el parque bajo el abrigo de la noche.
Es en estos momentos cuando el día apunta a desaparecer y la luz parece desvanecerse por segundos, es entonces cuando la anochecida cae lenta, pausada como un suave tul que parece envolverlo todo, y es entonces cuando parece tener sentido mi existencia, entrando en un estado de madurez porque es cuando vuelve la razón a mi alma, a la sustancia más esencial de mi vida, es en estos momentos cuando parece que me catapulto sin esfuerzo a la quinta dimensión.
Es en este lugar, donde se une y conjuga el espíritu con la esencia del ser y es en estos momentos cuando todo se vuelve sentimientos, por eso es aquí donde me retiro para romper con el mundo urbano, para rodearme de mis más preciados recuerdos de mis amigos que se mantienen allá en el fondo en un rincón de mi memoria.
Por eso cada vez que necesito meditar o recordar, vuelvo a este tranquilo y relajante espacio de Sotiel, al parque de La Garrucha. No sé que tendrá esta zona de Sotiel que para mí se me antoja un lugar placentero, de meditación y de recogimiento, lugar donde parece detenerse el tiempo y con ello me bajan recuerdos que me transportan al pasado.
Todo comienza cuando camino por el pasillo entre los cipreses, es entonces cuando parece emerger una isla de soledad que me transporta a la melancolía, melancolía que para mí solo es una tristeza sin sufrimiento.


---unsotieleño---

Quizás todos estos placeres vengan dados porque desde siempre me gustó la vida anacorética, el alejamiento, la soledad, el silencio expresivo, distintivo y explícito del mutismo.
Por eso cada vez que puedo, que son muchas, utilizo el aislamiento emocional para llenar el vacío de aquello o de aquellos que me faltan o echo de menos. En Sotiel lo suelo hacer en tres espacios que para mí, son tres verdaderos eremitorios, tres lugares deleitosos, que son emblemáticos, representativos y alegóricos para mí, lugares henchidos y rebosantes de paz, sosiego y llenos de quietud, donde el equilibrio y la placidez hace que tenga mis encuentros, mis verdaderos encuentros con mí otro yo.
Quizás, lo que hoy me haya hecho retirarme a este lugar haya sido el desánimo en que vivo desde la triste noticia con la que me desperté hace algunos días y hace que la tribulación desde entonces camina, vive y duerme conmigo.
Estoy triste, muy triste, hoy he vuelto aquí al parque con un pesar, con angustia, con desasosiego y con mucho desconsuelo, con tristeza y desanimo.
En estos últimos días me he sentido triste, muy triste, desde que me llego esta noticia, una mala noticia, y a partir de que me hiciera conocedor de ella he comenzado a sentirme dolido, roto y decepcionado, y he comenzado a sentirme quizás un poco deprimido. Y desde entonces, desde lo más hondo de mi, parece emanar unos sentimientos de culpabilidad, pero además de estos sentimientos, parezco sentirme cobarde y maldigo una y mil veces a esta maldita y ensombrecida sociedad.
Pero si hoy me siento triste y cobarde, no es por lo que ha ocurrido, porque quizás en el fondo de mi piense que era lo que se podía esperar, era lo más natural, sino por lo que podía haber hecho por él, quizás por eso hoy este triste y desde mis húmedos ojos corren lagrimas hacia mis mejillas a presenciar el paisaje triste y apenado de mi arrugado semblante.
Por unos minutos pienso, cuantas malas noticias como esta me quedaran por conocer en este pequeño puñado de años que quizás me queden por vivir aquí en Sotiel. Pero para todos nosotros mañana volverá a amanecer y comenzara un nuevo día, y se irán los recuerdos como se van las mariposas, batiendo sus alas, lentas y con revoloteo erráticos.
Quizás para ti fuese tan solo una vida anclada en el presente, aunque en el subconsciente la haya hecho desabrigada y fría. Pero ahora, amigo mío, en tu silencio eterno, te he vuelto a recordar, y he pensado que desde hoy ya no te veré mas pasar frente a la casa de Urbano, ni detenido sobre el puentecillo del Olivar, reflexivo, quizás resolviendo el enigma de cómo se te presentara el día o de donde arañar unos céntimos, ni tampoco te veré apoyado sobre los quitamiedos observando abstraído cómo pasa lastimosa el agua del regajo como pasa tu vida misma, ni tampoco por aquel otro puente, el de la Garrucha, caminando lentamente hacia la Solana, ni te acercaras a mí y junto a estas ya adolescentes palmeras sin antes detenerte para pedirme un cigarrillo.
Tú, aquel...


---unsotieleño---

...personaje endeble, siempre tocado con gorrilla de militar a veces con impermeables verde u otras veces amarillo, de piel curtida y rugosa, de barba luenga y descuidada, ya solo estarás entre nosotros como recuerdo, pero desde que te fuiste en ocasiones me ha parecido verte caminar convertido en sombra o quizás en hojas como estas que ahora se pasean junto a mí, arrastrada por el aire con sonidos gemebundos y llenos de tristeza,
Pero tú seguirás caminando por mucho tiempo en mis recuerdos, aunque sea convertido en sombra y te veré por las calles de Sotiel con tu mano diestra asiendo por detrás de tus espaldas a tu otro brazo, deteniéndote, mirando a tu alrededor pero me quedaré sin saber que maquinan tus pensamientos y sobre todo, veré tu cara de piel surcada, hendida y lastimera.
Cuantos les echaremos de menos, cuantas anécdotas narraremos de él a partir de ahora, pero que pocos oraremos para pedir por él.
Cuantas veces vendrá a mí, a mi memoria, cuando se me acercaba a pedirme un cigarrillo o unos céntimos, a veces sin palabras, con cara triste, gestos lentos y vacilantes, y mis respuestas eran siempre las mismas, “piloto, piloto”, pero siempre acababa dejándome arrastrar y cediendo a sus demandas por su cara apenada.
Amigo, nadie tendrá quejas de ti porque fuiste una buena persona y esto creo que nadie lo podrá poner en tela de juicio.
Él, en su madurez era una persona muy callada, tímida, reservada e insegura, quizás estaba lleno de complejos, pero no siempre fue así, el fue una persona fascinante, amable, trabajadora y humana y como tal, tenía sus defectos y sus debilidades y estas últimas le llevó a donde se encuentra ahora.
En este ahora solitario parque, entre estas jóvenes moreras, palmeras y madroñera y tal como va pasando los minutos más me acercan mis recuerdos a él, mi tristeza y mi pena van en aumento, mientras que mi alma se va anegando en un mar de culpabilidad que ahora parece pesarme más. La verdad es que no sé qué hacer ni que pensar, pero lo que si se, es que deseo vehemente dejar este lugar…me llegan tanta evocación, melancolía y tanta rabia, que desde hacía mucho tiempo no me sentía tan mal como me siento en estos momentos. Quizás todo ello se deba a que yo también me siento culpable de su soledad y de su vida errante.


---unsotieleño---

Se nos ha ido, aquel que en su día fuese el embajador de la amistad y la cordialidad, aquel que siempre nos buscaba para darnos su amable sonrisa, aquel que siempre se prestaba para ayudar y se le atendía porque siempre estaba dispuesto para echarnos una mano cuando lo necesitábamos y listo para enseñarnos su sabiduría de campo y cacerías, pero que poco pedias a cambio, amistad amigo, solo amistad amigo.
Posiblemente fuese el aburrimiento, la falta de ocupaciones, la carencia de relaciones, amén de una timidez mayúscula y la ausencia de autoestima y de ocio, los riesgos que te llevaron a esta vida. Nosotros la sociedad, no debemos de olvidar que quizás fuimos los mayores culpables con la privación de cariño y de amistad, los que te impedimos satisfacer la necesidad de tus ardorosos deseos de poder sacar de tus entrañas la frustración y el enojo que te llevo a aquella situación.
Siempre caminaba triste, siempre solitario, deambulando de aquí para allá, lo mismo se le podía ver en “Las Posá”, como en “La Coroná” tanto en días de estío, como en días de lluvia, pero en su cara siempre llevaba dibujada la tristeza, aunque él intentara enmascararla con una sonrisa, pero siempre era una sonrisa triste, porque de tanto sufrir, su tristeza se le marco en el rostro.
Ahora mismo...


---unsotieleño---

… y en estos instantes y recordando su cara, me viene a la memoria unos cuadros que hace bastante tiempo vi, eran escenas infantiles de niños de familias pobres y humildes, donde se reflejan caras sobrecogedoras de niños que viven en la calle y luchan por sobrevivir. Desde que los vi por vez primera y siempre por su realismo vivo, me hicieron y aun cuando por algunas circunstancias los vuelvo a ver, me hacen recordar tantas caritas lastimeras que vi durante mi niñez, porque es tal la concordancia y la perfecta analogía y el realismo vivo con las caritas de los chiquillos de Sotiel en aquellos años de necesidades.
Amigo mío, lentos eran tus pasos, como la desnudez de tus amigos, tus domingos eran vacíos de diversión, pero olías a ládano por tus cacerías en los campos de Sotiel y otras a peces de agua dulce, pero últimamente solo olías a vino y a humo de cigarrillos. Mal camino cogiste amigo, o quizás no te dejamos elegir otro.
Sé que te acostumbraste a vivir solo, con tus penas a cuestas o en hileras, como mas dolieran, penas y latidos de corazón, que solo eran para ti, porque tú las guardabas exclusivamente solo para ti y caminabas solitario por los caminos y montes de Sotiel, donde tan solo te embriagabas de luz y de silencio, porque te sentías traicionado por todos nosotros, amigo, y aunque tú no me percibas , yo te veré por esos montes de sombras que gritan, equidad y entereza y volveré a ver tu sonrisa, aquella que te robamos en tu juventud.
Su cara…


---unsotieleño---

Hola Unsotieleño,esa persona era de la familia FONFUÑOS, no gracias.
Un saludo.
Diego.

Si, se llamaba Cristobal.


---unsotieleño---

Gracias Unsotieleño, cuando estuve en Sotiel me dijeron que esta mal, que solía pasar las tarde haciéndole compañía a Amparo, yo estuve tomando café con Loli y Juanito en el bar que llevaba o lleva su hermano, cuando eramos jóvenes hemos jugado en muchas ocasiones, pero la vida es así.
Un saludo Diego.

…transmitía, la soledad, la compasión, la clemencia, pero también, mucha humanidad y sobre todo una sonrisa triste, quien sabe si fue la vida o nosotros sus amigos quien se la dibujó, pero el caso que siempre la llevaba como presentación.
Amigo, nunca me imaginé que terminaras de esta manera, aunque la vida tiene momentos difíciles y otros alegres y sabemos que también tiene un final, pero nunca me imaginé que terminaras de esta manera, quizás fuese el aburrimiento, la falta de ocupaciones y la carencia de relaciones, amén de una timidez mayúscula y la ausencia de autoestima la que te llevaron a esta vida nómada.
Creo que la sociedad fue la culpable con su carencia de afecto emocional la que le impidiese satisfacer la necesidad de estimulación y sobre todo la interacción social con la falta de influencia y la búsqueda de intereses particulares la que le llevo a este estado de casi exclusión social.
Tú nunca tuviste una vida como la que cualquiera suele tener, una vida larga de felicidad y de alegría, para ti, todo era una vida del día a día, del hoy al mañana, nunca mirabas al futuro, nunca más allá del hoy, la vida para ti solo era una quimera y nada más.
Amigo, tú no eras el problema, sino el disfraz con que nosotros la sociedad nos ponemos, cuanta hipocresía amigo, que ingratitud. Por eso pienso que no fuiste tú el que se equivocó de camino, dejando a un lado el de la prosperidad y el de la placidez, fuimos nosotros los que con el disfraz del engaño, con la picardía y con el egoísmo, te hicimos caer en el abandono, en la vida errante de soledad y quimera.
Amigo, mira que tenías ganas de vivir y de dar amistad, de querer agraciar a los demás para tener el afecto de nosotros, la sociedad, pero que difícil te lo pusimos amigo, tan difícil te lo pusimos, que te hicimos caminar descalzo sobre fuego y tu seguías luchando contra las ascuas y contra el mundo, una y otra vez, cuantas heridas te hicimos y cuantas te dejaste en el camino y cuantas se te quedaron sin cicatrizar y fuiste tú, que antes de aprender a no caer, aprendiste a levantarte.


---unsotieleño---

La verdad amigo es que vida es una inmundicia, un paso de miedos, de lamentos y de injusticias y como te decía antes amigo mío, tú te dejaste muchas heridas en el camino, pero te hicimos creer que eras tú solo el que te caías y no era así, nosotros éramos los que te empujábamos.


---unsotieleño---

¡Dios mío! Cuanto olvido hay en este mundo.


---unsotieleño---

Y es precisamente en estos días cuando reviso y rememoro tu andar por esta vida y considero que fuiste un espartano, efectivamente, para mí eso es lo que fuiste un espartano, pero no un simple espartano, quizás un Plistoanacte su rey o quizás Lisandro, aquel hijo de Aristocleito, si amigo, aquel general que comando la flota espartana contra Alcibíades.
Pero tú no luchabas contra los Helenos ni contra Atenas, sino que luchabas contra una fuerza mucho más potente, mucho más poderosa y más fuerte, luchabas contra nosotros la sociedad, con esta sociedad corrompida por los intereses que solo busca su beneficio a costa de los demás y sin importarles lo más mínimo a quien se los arrebate.


---unsotieleño---

Pero como dicen que hay otra vida, quiero que estés seguro que cuando yo también me valla te buscaré, buscaré a ese hombre bueno que fuiste, pero si no te encuentro búscame tú, que yo siempre te tendré presente y con mis brazos abiertos. Y con el tiempo, cuando pasen muchos, muchos años, solo nos quedara tu recuerdo, recuerdos muy lejanos porque también los recuerdos como tú se nos irán perdiendo amigo, pero estoy seguro que a partir de ahora habrá una estrella más que brille en el firmamento y que te hará recordar aquí en la tierra.


---unsotieleño---

Pasó el tiempo y con ella la vida y el declive de tu vida en estos últimos espacio de tiempo nadie te tendía la mano, nadie te prestaba atención y cuando pedías algo, aunque solo fuese un simple cigarrillo, todos hacían caso omiso a tus peticiones, te ignoraban y nadie te prestaba atención cuando hablabas porque con el declive de tu juventud cuando te acercabas a alguien más bien servías de bromas. Que distinto de aquellos años tiempo atrás, cuando todos te requerían para darte su amistad, su simpatía, una simpatía fingida amigo, enmascarada con la caratula de la falsedad.
Por aquellos entonces eras un empedernido trabajador y todo lo que hacías era a cambio de algunas pesetillas o alguna que otra copa de aguardiente, todos te disputaban porque tu solo necesitabas eso, unas pesetas o unas copas de aguardiente para tirar el día, hiciese lo que hiciese y que gran amigo fuiste mientras eras valido para hacer trabajos, que iluso fuiste amigo.


---unsotieleño--

Pero en estos últimos días, tu vida se deslizó y pasó expedita y con ella tú juventud cuando te llamó otras dependencias de depravaciones, te dejaron solo, ya no te llamaban esos que decían ser tus amigos, ya tú eras otro y ya no les servías, ya no le eras de utilidad, porque ahora ya no eras el mismo, aquella pujanza y deseo de agradar se desvanecieron y tan solo necesitabas de unos céntimos que los obtenías a cambio de unas ciruelas o unos higos para la compra de unos cigarrillos o de un brik de vino, maldita y perra vida amigo.
Que desgracia, solo tener recuerdos, vivir en recuerdo, estar siempre en recuerdos, no sé si yo soy un empedernido coleccionista de recuerdos o solo soy un sentimental porque solo quiero recordar a aquellos a los que los demás desatienden, pero lo que sí sé, es que soy de corazón blando.
Cuando te veía pasear, parecías masticar las estrellas para digerir el abandono, la soledad y al silencio y sobre todo a los que sometían tus palabras mudas.
Cuantas veces amigo, nos encontramos por esos caminos de Sotiel porque los dos éramos personas solitarias, nómadas y ricos de soledad, cada uno por un motivo, pero al fin solitarios los dos.
Cuantas veces me parabas o me llamabas la atención en mis paseos, cuando yo iba distraído en mi mundo de recuerdos para pedirme un cigarrillo, al principio solo te daba uno, porque sabía que poco más tarde me buscarías para pedirme más, y yo los tenía guardado para ti, porque siempre en la noche anterior era precavido y guardaba algunos más de los que yo podía consumir y así al día siguiente poder contar con algunos reservados para ti.
Eras el nómada, el vagabundo errático de la amistad, más bien parecías querer seguir jugando a un juego que desde tu nacimiento tenías pronosticado y que siempre terminaba en tablas, para seguir jugando al día siguiente, pero fue un día de Agosto donde la vida te dio jaque y mate.



---unsotieleño---

Sotiel, donde se pasean mis sentimientos, donde vivir a su lado siempre fue un sueño como una pompa de jabón, un doblé de hilvane con hilo pasado.
Y es aquí precisamente en Sotiel y en este parque, donde a veces pienso que sigo siendo un cobarde, porque no me levanto ante las injusticias de la sociedad, que callo, que soy otro más sometido. Por eso hoy vuelvo a estar triste, muy triste, vuelven los horrores de los recuerdos, a las palabras, a las imágenes tristes y a las figuras del pasado de Sotiel.
Y vuelvo a ver y a sentir aquellas caras de los “galopines” aquellos de los cuadros de Murillo, y vuelve a mis memorias aquel carismático e imborrable solitario personaje, porque al girar mi mirada a cualquier lugar de Sotiel aparece su imagen endeble, con caminar ralentizado y su débil, quebrada y apenada voz, como hojas secas al ser pisadas y es entonces cuando oigo unos gritos de culpabilidad que me enajenan y enajenarían hasta a las personas más cuerda.
Y esta sensación de vacío, por la falta de aquella frágil figura que en su cara se reflejaba las penalidades, las desdichas, los reveses de la vida y el suplicio más silencioso, pero no por ello menos cruel e inhumanos.


---unsotieleño---

Sotiel, donde se pasean mis sentimientos, donde vivir a su lado siempre fue un sueño como una pompa de jabón, un doblé de hilvane con hilo pasado.
Y es aquí precisamente en Sotiel y en este parque, donde a veces pienso que sigo siendo un cobarde, porque no me levanto ante las injusticias de la sociedad, que callo, que soy otro más sometido. Por eso hoy vuelvo a estar triste, muy triste, vuelven los horrores de los recuerdos, a las palabras, a las imágenes tristes y a las figuras del pasado de Sotiel.
Y vuelvo a ver y a sentir aquellas caras de los “galopines” aquellos de los cuadros de Murillo, y vuelve a mis memorias aquel carismático e imborrable solitario personaje, porque al girar mi mirada a cualquier lugar de Sotiel aparece su imagen endeble, con caminar ralentizado y su débil, quebrada y apenada voz, como hojas secas al ser pisadas y es entonces cuando oigo unos gritos de culpabilidad que me enajenan y enajenarían hasta a las personas más cuerda.
Y esta sensación de vacío, por la falta de aquella frágil figura que en su cara se reflejaba las penalidades, las desdichas, los reveses de la vida y el suplicio más silencioso, pero no por ello menos cruel e inhumanos.


---unsotieleño---

Sentado en este frío banco, repaso y medito, llegando a la conclusión que hoy hace falta la amistad, la unidad, la fidelidad, la unión revestida de lo más esencial y expresiva para vivir en sociedad y la positividad de los sentimientos de liberar la felicidad, porque vivimos en la mediocridad, en las medias tintas y en la falsedad, y vamos cavando un lecho donde dejamos y nos dejamos morir.


---unsotieleño---

Cuanto sufriste esperando, cuanta sol quemó tu piel, cuanto te costó levantarte por las mañanas para buscar ese poco de cariño que tanto deseabas que te dieran, pero nunca te llegó, pero ya se te acabaron las noches sin dormir, los días de triturar tus pensamientos y las mañanas de deambulaciones y paseos, los días de idas y venidas, los de deliberar en lo que pudiste hacer, las esperas que tanto te acabaron doliéndote, los ruegos, los diálogos interiores que te hacían creer que algún día terminarías con la soledad y te llegaría las oportunidades y todo aquello que siempre tanto habías deseado, pero todo fue un sueño, una ilusión porque todas ellas se quedaron en eso, en quimeras.
Amigo cuantas lagrimas lloradas hacia dentro te tragaste, pero ahora en este tú silencio eterno por fin encontraste el cariño y la felicidad que tanto ambicionabas y con tanto tesón buscabas, y ahora te será eterna por siempre, te lo mereces amigo mío, porque tú acabas de irte a ese lugar mágico donde pocos pueden acceder y disfrutar de sus delicias, solo las persona buenas y repletas de bondad como tú solo pueden hacerlo.

Cuando re...


---unsotieleño---

De todo lo que recuerdo, que es bastante, lo digo por mi edad no por mi memoria, nunca jamás había sentido algo parecido a lo que sentí en ese instante cuando conocí su marcha. Tal como recibí la noticia, sentí como algo azotó fuertemente mi cuerpo, fue un golpe seco y contundente, mi cuerpo se agitó y en ese preciso momento quedo inmóvil, algo impedía que pudiera mover un musculo tan siquiera, además parecía que todo se desvanecía ante mí, y una sensación de vértigo hacía qué me desequilibrara, fue entonces cuando mi cuerpo comenzó a palpitar y comencé a sentí como se elevaba en el aire, parecía vencer la fuerza de la gravedad y comenzaba a levitar.
Fueron unos instantes de un dolor inmenso, intenso y profundo y con ello tremendamente doloroso, pero no era un dolor físico sino un dolor afectivo, emocional. Lentamente mi cuerpo comenzó a reponerse y a sentir sensaciones de nuevo y mi pecho parecía abrirse y liberar de su encierro a mi pobre y ya anciano corazón, al que durante algunos instantes había tenido oprimido. ¡Qué mala suerte!, pensé que alguien me tenía echado una maldición, otro amigo acababa de irse lejos, allá junto a las estrellas.


---unsotieleño---

Menos mal que todo aconteció en un soplo de tiempo y rápidamente todo volvió a la normalidad.
Pero fue entonces cuando él regreso avivadamente y sentí como entro en mí espiritualmente, vino en un momento irresistiblemente sensitivo cuando mi sangre parecía hervir quemándome el corazón y comencé a recordarlo detenidamente, y por mi mente pasaron fotogramas tras fotogramas de su imagen triste y solitaria por Sotiel.
Lo vi oteando, parado en medio de un camino sin saber a dónde dirigirse, perdido entre tanta podredumbres e hipócritas de esta que dice llamarse sociedad. También lo vi caminando continuamente e incansable por los caminos y veredas de Sotiel haciéndolos interminables, y lo más doloroso fue cuando lo vi extendiendo sus brazos con sus manos abiertas pidiendo humanidad, amistad y cariño, pero nadie se las tomaba y él se desvanecía en la inmensidad de esta mísera y falsa que somos la sociedad.
Y aunque...


---unsotieleño---

... pase el tiempo y ya tu no estés, yo siempre te recordaré en tu errancia eterna, en la lontananza del tiempo y a cualquier hora del día, y te veré caminando por las veredas de Sotiel y observaré tu figura a lo lejos, inmóvil y en silencio durante largo rato o caminando por el atajo del regajo hacia aquel camino de "La Bombilla" camino de otros tiempos ahora ya perdido y olvidado por todos, pero recordado por ti he inmortalizado en tu memoria. Cuantas huellas marcaste, pero quizás algún día esas huellas se borren pero no por otras pisadas, sino acariciadas por el viento por tanto usarlas en nuestros recuerdos, por eso tu siempre vivirás en cada uno de los que tuvimos la suerte de conocerte y de los que reconocemos tu complacencia de las buenas personas, porque tú en este mundo nunca le has hecho mal a nadie, por eso te doy las gracias, por tu aguante, resistencia y paciencia, y perdónanos los sufrimientos y desconsuelos que te hicimos pasar. "Gracias amigo Cristóbal.” no por lo que hiciste, sino por lo que eras.

¡GRACIAS CRISTOBAL!, ¡GRACIAS PILOTO!


De pronto un perro indolente que no se cómo ha llegado hasta mí, comienza hacerme arrumaco frotándose perezosamente sobre mis piernas una y otra vez, lo que me hace salir de mi ensimismamiento. Estoy desconcertado, miro la hora en mi reloj de bolsillo y es entonces cuando vuelvo a la realidad y me doy cuenta de que he perdido la noción del tiempo, rápido ha sido para mí el pasar del tiempo en este Olimpo de Ensueño.
Hecho una ojeada en todas direcciones y es entonces cuando se me antoja ver entre el ramaje del nogal, una luminiscencia sobre el cabecillo del matadero el cual parece ataviarse con una diadema que por momentos va perfilando su silueta hasta que se hacen ver los primeros rayos de sol e irradiando todo de luz y color. Ha comenzado a levantarse el día, mientras se aparta la noche de los sueños dejando paso al escenario de la realidad.
Recojo mis pertenencias y es entonces cuando me marcho melancólico y entristecido camino de mi casa, con la cabeza gacha, cargado de recuerdos revoloteando sobre mí porque hoy y en estos momentos en mi mente tiran más los sueños que la realidad, y aunque hoy me encuentre cansado, vacío, dolido, decepcionado, triste, y no sé cuantas cosas mas pero a pesar de todo ello, pronto volverá a amanecer y espero que a lo largo de la mañana otra vez mi sonrisa aparezca en mi semblante.


---unsotieleño---