Maranchón - Guadalajara

Los de Ciruelos siempre bromeábamos y nos decían, hijos , si vais a Maranchón mirad que contestáis. Porque os dirán , "¿habéis comido ?" Y si decís que no , os dirán : "Ya es hora" . Pero si decís que si, (que es lo mejor que podéis decir) os dirán que haber ido a su casa que os iban a invitar (pero no os lo creáis que solo lo dicen por cumplir). Y que risas con los maranchoneros.
Las de Ciruelos ( yo aunque era de Ablanque me consideraba de Ciruelos) éramos muy chulas porque nuestro pueblo lo era también. Nos tenían las calles asfaltadas y todo. Y nos íbamos andando de Ciruelos a Maranchón muchas veces. A mi, como a ellas nos gustaba de vez en cuando ir descalzas porque la brea nos olía muy bien y nos gustaba pisar las pompas que hacían cosquillas al caminar , aunque los pies se quedasen negros. Luego , antes de llegar a casa nos lavábamos los pies y como si no hubiésemos roto ninguna pompa por la carretera.
Y en Maranchón soñábamos con el año 2000 mientras hacíamos muchas predicciones . Yo voy a ser... Yo voy a vivir ... Todo lo que queríamos soñábamos. Y estamos en el 2011. Y parece que fue ayer.
Un saludo maranchoneros y maranchoneras. Que me tratásteis muy bien mientras estuve estudiando en vuestro colegio que siempre será el mío.
Carmen

Hola Carmen

En primer lugar quiero saludarte aunque sea de esta forma después de algunos años, y a través de estas nuevas tecnologías con las cuales no suelo comulgar, pero reconozco que a veces sirven como lo es en este caso para despertar gratos y entrañables recuerdos de un tiempo en el que el horizonte mas lejano, era salir de la escuela por la tarde para jugar con nuestros amigos-as.
Tus escritos me han trasladado a un catorce de septiembre en el que junto a mi familia,llego a tu pueblo para dejar la cesta de la comida en casa de la Juliana,para mas tarde comer junto a mis padres y con la gente de mi pueblo en la Dehesilla,luego visitar algún que otro huerto y cuanto mas arreglado mucho mejor,y comenzar un expolio de ciruelas y pepinos que nos resultaba complicado el guardar entre nuestros ropajes, y que cuando acudíamos a la plaza para intentar bailar con alguna chica,solíamos delatarnos con la pérdida de alguna parte de ese botín.
Siempre ha existido una gran amistad y buen rollo entre Maranchón y Ciruelos, y me consta que se sigue conservando aunque el tiempo y la distancia, se hayan encargado de obstruir de alguna forma esa fluidez que antaño existió y que puede comprenderse.
He leído tus poemas, y tengo que felicitarte por el esmerado trato, delicadeza y devoción que aplicas a todo lo relacionado con la naturaleza, me han gustado y te animo a que sigas escribiendo más, cosa que no dudo después de haber leído tus escritos, yo de vez en cuando suelo escribir alguno que otro, pero reconozco que no los trato como tú.
Ha sido un placer y a la vez una grata sorpresa, haber tenido noticias de alguien que siendo una niña, supo valorar y posteriormente guardar entre otras muchas cosas, la palabra "Amistad".

Gracias por contestar pero no se tu nombre y creo que ni siquiera te conoceré porque yo me fui de Ciruelos con once años y ya después no volví. Mi padre enfermó un año antes del cierre de los pinares y me dolió por no poder volver como solía.
Pero a los trece años me llevé a mi abuela a Ablanque, donde ella nació, y allí teníamos casa pero no agua. No me importó porque a pesar de ello disfruté aquel verano. Y después ya siempre fui a Ablanque en fines de semana y verano. Y en fiestas solíamos ir a todos los pueblos, incluído Ciruelos. Pero a pesar de mi corta estancia os pude conocer y fue una convivencia preciosa que nunca olvidaré.
Si he pasado por Maranchón y me dio mucha alegría reencontrarme con mi colegio. Todo parece más pequeño que el recuerdo que tenemos del pasado y cuesta un poco adaptarse a la realidad. Pero esos columpìos donde jugábamos y nos columpiábamos en la Alameda son imborrables. Ahora hay otros y el parque es el mismo. ¡Qué pequeño todo con lo grande que era entonces!
Un saludo
Carmen

Leyendo tus mensajes me parece volver al ayer, a esos años que poco tienen que ver con lo que ahora viven los niños, no digo ni mejor ni peor pero si muy distinto. Muy bonito. GRACIAS

¡Ay las ciruelas! Nos encantaban desde que empezaban a cuajar en los árboles. Nos las comíamos en leche, cuando todavía no tenían pepitas bien formadas y cuando estaban ácidas , también. Hasta las curábamos en sal . Y como había tantas nadie nos decía nada.
Pero , claro, algunas veces te metías en los huertos y te pillaban.
Me acuerdo una vez. Yo siempre llevaba a mi hermano pequeño y tenía que estar pendiente de él , de las ciruelas y del dueño del huerto que se podía presentar en cualquier momento .
Total que un día le vi llegar , les avisé a las compañeras pero puse los pies en polvorosa y las dejé allí y qué bronca recibí y me llamaron durante días traidora. Pero yo tenía más cuidado porque tenía mas responsabilidades. Si le pasaba algo a mi hermano, entonces qué.
Pero eso te enseña a ser leal. Están tus razones y las de los demás.
Otras veces comíamos ciruelas a ver si al día siguiente no podíamos ir al colegio.Pero nunca me puse enferma por comer ciruelas y luego agua.
Y hasta nos comíamos los tallos de los rosales silvestres, pelándolos.
Y todavía lo hago. Hoy he comido ciruelas sin pepita todavía y todavía me gustan así.
También cuando están dulces me gustan y hago mermeladas porque ahora los árboles son míos. Los vigilo y los controlo a ver como van creciendo y tenemos una especial comunicación mis árboles y yo. Les hago fotos y les escribo poemas. Soy una ciruela muy rara. Y soy como ellas , dulce, pero con un hueso muy duro si me intentan fastidiar o tomarme el pelo. Entonces si que me conocen lo que puedo llegar a ser.
Carmen