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Villaescusa de Haro - Cuenca

Poblacion:
España > Cuenca > Villaescusa de Haro
16-06-08 21:36 #953331
Por:Ancarfama

Historia: "Cuando se para el reloj"
CUANDO SE PARA EL RELOJ.

La observa atentamente desde la ventana de la habitación.
Está sentada en la acera pero no para. Ahora tiene las piernas cruzadas la una sobre la otra. Ahora coloca sus piernas paralelas y se coge con ambas manos sus zapatos negros de charol. Saca la lengua. Balbucea. A veces habla sola. Ahora está ladeada, tanto, que pierde el equilibrio y se cae, sentándose de nuevo con agilidad... parece de goma ... Cualquier fotógrafo podría saciar se sed de belleza permanente, haciéndole mil fotografías, en las que no habría ni una sola con la misma postura.
¿Qué hace allí sola? ¿A quién espera?
Es muy pequeña. Su tez es muy blanca, su pelo es rubio, lo lleva mal recogido en una graciosa coleta; sus ojos claros, ofrecen un aspecto delicado y frágil.
¿Qué hace allí sola? ¿A quién espera?
Lleva puesto un vestidito de tejido ligero y vaporoso, que ella mueve sin rubor...
¿Qué hace allí sola? ¿A quién espera?
Tiene la tentación de avisar para que llamen a la policía. No puede ser que una niña tan pequeña esté sola en la calle tanto rato con lo que se oye en la televisión... pero su estampa, en medio de aquel paisaje monótono, tan infinitamente observada día a día desde su ventana, en la que cualquier descascarillado nuevo no le pasaba desapercibido, la retienen para poder seguir gozando de su visión.
La niña le provoca una ternura que hacía mucho tiempo no sentía. Esa imagen infantil e inocente le hace pensar en su nieta. -¡ Qué poco la he gozado!- piensa para sí. Está en Alemania, y ya es toda una mujer. Ha estudiado en buenos colegios, y ha sido siempre una buena estudiante. Se licenció en derecho y ahora tiene un buen trabajo en un bufete alemán...-¡Y a mí, apenas me conoce!-...Madre mía, tanto tesón en educar bien a los hijos y lo que logramos es alejarlos de nosotros creyendo que es lo mejor para ellos...Si volviera a nacer, ¡cambiaría tantas cosas!- piensa nostálgica exhalando un suspiro.
La niña se sigue moviendo sin parar. Parece que está cantando y se mueve al compás de su canción.
Sigue sumida en sus pensamientos, sin dejar de observar desde su ventana a la calle.
- “No es porque yo lo diga, pero mi Jose era un buen chico. Tímido, calladito y obediente. Yo siempre lo llevaba aseado y limpio. Él, no se ensuciaba ni para jugar. Decía la maestra que eso no era bueno. Que los niños tienen que correr y rebozarse en la tierra para descargar su energía. Que el niño que vuelve a casa sucio, es que ha disfrutado jugando...Pues mi Jose no. No se manchaba siquiera y yo creo que disfrutaba como el que más, pero era muy relimpio y cuidadoso...La raya de su pelo no se movía ni con el aire. Nunca tuvo muchos amigos...Conmigo y con su padre estaba tan a gusto... ¡Ay, Dios mío, qué rápido pasa el tiempo! Parece que fue ayer cuando me casé y me vine a Sabadell, yo, que no había salido en la vida de mi pueblo”...
Susana sigue sumida en sus recuerdos retrospectivos en el tiempo, sin dejar de observar esa niña pequeña de la calle que no para de moverse. Una sonrisa tímida se asoma en sus labios.
- “Yo era tremenda, mis padres no podían conmigo. En el pueblo salíamos y entrábamos como nos daba la gana y no pasaba nada. ¡Qué diferencia con los tiempos de ahora! Yo era una chica corriente. Mi pelo era castaño, como el de la mayoría de la población. Ni alta ni baja, ni fea ni guapa, ni lista ni tonta...No tenía ninguna gracia especial. Disfrutaba de mis juegos en la calle de mi pueblo con los chicos y las chicas de allí...¡Qué poco necesitábamos para pasarlo bien!...¡Y mira que eran malos tiempos!...Muchas veces soñaba cosas imposibles e inconfesables...¡A quién se le iba a ocurrir que vendría un guapo mozo de muy lejos y se enamoraría de mí, y me llevaría muy, muy lejos de allí, donde todo sería confort y bienestar, con grandes tiendas, y muchos escaparates donde comprar todo lo que se me antojara sólo con pedirlo?... No se lo podía contar a nadie porque se reirían de mí...Pero me gustaba pensarlo aunque supiese que sólo era sueño... nunca había salido , ni saldría del pueblo. Allí aprendía a coser, a cocinar, a hacer recados... sería lo que tenía que ser, una buena ama de casa, buena madre y mujer de mi casa...¡Ay!”...
La niña sigue en la calle sola; de vez en cuando pasa alguna persona que le dice algo. Susana está a punto de tocar el botón , pero se da cuenta de que sólo se dirigen a ella para decirle algo sin maldad, y que siguen su camino...¿Cómo serán sus padres capaces de dejarla allí expuesta a que le pase cualquier cosa no buena? ¡Si pudiera bajaría a la calle y hablaría con ella! Le compraría alguna golosina, la cogería de su pequeña mano y la acompañaría a su casa. Se despediría de ella con un abrazo y le pediría que la viniese a visitar alguna vez...sólo alguna vez... Imaginándose la situación , su mente vuelve a recordar...
- “Y mira tú por donde, pensando que me quedaba para vestir santos, porque ningún mozo del pueblo se echaba para adelante, ni ninguno me quitaba el sueño, vino un grupo de hombres de fuera a arreglar la carretera del pueblo. Se hospedaban en la posada. Fueron la novedad. ¡Y allí estaba el capítulo del libro de mi vida, en el que se encontraba mi tan esperada y deseada vivencia del amor...Él tenía 28 años, ni alto ni bajo, ni guapo ni feo, sin ninguna gracia especial...para los demás! Lo vi subir calle arriba, delante del grupo de hombres venidos de fuera, hablando con el alcalde. Yo bajaba a la tienda. Caminaba deprisa, pegada a la pared, llevándome la cal en el abrigo. Hacía como que no miraba , pero lo vi, ¡vaya si lo vi!, ¡y él a mí también!... Algo le preguntó al alcalde, porque cuando ya había pasado, se giró para mirarme...Nunca me quiso contar lo que hablaron”.
- “Todo sucedió con rapidez. Las obras se acababan y ellos se iban. Vinieron sus padres a pedir mi mano. Mis padres sentían que me tuviera que ir del pueblo, pero se resignaban pensando que era un buen hombre(y un buen partido), y que eso era mejor que quedarme para rezar el rosario... aunque mira que con tantos hombres como hay en España, tener que casarme con uno que le decía a sus padres “adeu” cuando se iba, y que hablaba con ellos de una manera que parecía que no quería que nos enteráramos de lo que decían..., yo le justificaba diciéndole que ellos hablaban así en su tierra, y que como estaban acostumbrados, pues hablaban así, que no lo hacían con mala intención. Fui muy feliz con mi marido. Era muy bueno. Cometimos un error: no tener nada más que un hijo. Le dimos todo lo que fuimos capaces de dar a un hijo único y sin apuros: los mejores colegios, la mayor dedicación, noches sin dormir si tenía fiebre..., y ¡claro, como los idiomas son tan importantes hoy día, pues, al extranjero a estudiar!...Tanto viajar, tanto, tanto...hasta que se enamoró en Alemania , y allí se quedó... -No te preocupes- me decía- el papa se jubilará pronto, y tendréis tiempo para venir a vernos y pasar temporadas con nosotros-Sí , hijo, sí, el papa se jubiló tan pronto, que se jubiló hasta de vivir”...
Susana inclina la cabeza. Mira de nuevo a la calle. Una pareja joven, con un carrito de bebé, y un niño pequeño de la mano se acercan a la niña, que se incorpora, contenta, dirigiéndose a ellos. El hombre le da un golpe en la cara con la mano y le grita. Susana no le oye, pero por los gestos se da cuenta de que le está riñendo. La niña llora y quiere abrazar a la mujer que, impasible, sigue cogiendo con ambas manos el carrito del bebé. Tienen pinta de extranjeros. No son de aquí. Está segura. ¡Vaya responsabilidad, dejan a la niña sola tanto tiempo, y encima le riñen y le pegan!...
- Ven conmigo, mi niña, que yo te cuido...- al intentar moverse, Susana aprieta sin querer el botón de su silla...
- ¿Qué te ocurre, Susana, tienes ya ganas de bajar al comedor?
La cuidadora levanta el seguro que frena su silla, y la gira en dirección a la puerta. Al iniciar el giro, Susana le pide que se pare un momento: Ve cómo se aleja la familia entera con la niña detrás... ella levanta su mano haciendo un movimiento horizontal acompasado hacia la derecha y hacia la izquierda...
- Adiós, mi niña, cuídate, no te alejes ...
- ¡Ay , Susana, cómo te gusta hablar sola!- exclama la cuidadora dirigiéndose al comedor empujando la silla.


Puntos:
17-06-08 21:40 #956306 -> 953331
Por:Thomas

RE: Historia:
Ya te echaba de menos, me gusta mucho todo lo que nos cuentas, y esta vez no iba a ser menos, un poco triste. Ultimamente oimos muchos relatos parecidos, y lo peor de todo es que son reales.Un saludeter y no tardes tanto en escribir.
Puntos:

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