DIVULGACION AGRARIA EL ENCINAR EN PELIGRO Como quiera que en nuestro término municipal hay más de 7.000 Hectáreas de monte de encinas, nos hacemos eco del riesgo que corre esta masa forestal, debido a una enfermedad que, desde hace al menos 20 años, se está propagando en España y que en el año 2008 afectaba ya a unas 246.000 Hectáreas de los 2.500.000 que integran nuestras dehesas arboladas. Se trata de “LA SECA”, enfermedad producida por el hongo denominado (pythophthora) procedente de Australia donde vive principalmente este árbol. Otros hongos y algunos insectos agravan los daños, actuando sobre las raíces, hasta cerrar el paso del agua y dificultar su absorción produciendo la muerte del árbol. En España existen ya, al menos, 500 focos de esta enfermedad, agravados por los fuertes calores y el descenso en las lluvias de los últimos años, así como por la falta de cuidados y el exceso de ganado existente en las dehesas que perjudica el crecimiento y desarrollo de los árboles jóvenes Gerardo Moreno, Doctor en Biología por la Universidad de Extremadura ha expresado los principales motivos que debilitan la encina: “El hecho de que hayamos compactado excesivamente los árboles, que los suelos hayan sido labrados, que las sequías sean cada vez más prolongadas y la contaminación del aire, contribuyen a la extensión de la enfermedad” El que suscribe estas líneas, viene observando que en ambas márgenes de la carretera que va de Conquista de la Sierra a Garciaz, sobre todo al comienzo de la misma, por la que transito con frecuencia, son numerosos los árboles secos (unos totalmente y otros ya muy afectados e irremisiblemente condenados a morir), cuyo número se viene incrementando de año en año, incluyendo asimismo ejemplares jóvenes o matorral. En otras rutas por diversas vías, también hemos podido comprobar numerosás enbcinas secas y, a veces, algunos rodales de pequeña extensión. La encima (Quercus rotundifolia) constituye la más extensa superficie forestal de nuestra zona y, además de la producción de leñas y combustibles vegetales, ha contribuido a hacer posible el desarrollo de la cabaña de porcino de la especie ibérica desde tiempos pretéritos; y fijando sus raíces sobre escasas tierras de empinadas laderas, contribuye a evitar la erosión del suelo, suministrando asimismo la fertilización orgánica de su hábitat, con la abundante hojarasca que se desprende anualmente de sus copas, lo que ha permitido que determinadas zonas extremeñas no sean ya semidesérticas e improductivas Las perspectivas de solución a corto plazo, sobre todo para los encinares viejos, no son nada halagüeñas, a pesar de los estudios llevados a cabo en las últimas décadas para combatir esta enfermedad o, al menos, atenuar sus daños. Podríamos decir aquello de “sabios doctores tiene la iglesia” de los cuales esperamos alguna solución para este problema que amenaza gravemente a los ancestrales encinares de nuestra Extremadura.- No se trata de sembrar alarma, pero el peligro es más serio de lo que parece. Saludos.
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