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Villanueva de la Sierra - Caceres

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España > Caceres > Villanueva de la Sierra
21-11-08 20:21 #1439382
Por:izquierdo

Las Brujas del Posito

En las inmediaciones de la calleja del Castillo, cerca de la humilde y encalada casa, se va arremolinando un numeroso y bullicioso gentío; unos por amistad a la familia y otras por mera curiosidad para ver lo que sucede.

Martín, es un niño pequeño de poco más de seis años, piel morena aceitunada, pelo negro ensortijado y en su andar un poco zambo.

Tiene una hermana que, cosas del azar, nació el mismo día y mes que él, pero se llevan dos años justos.

Es el primogénito de la familia, aunque no debiera ser así, pues en realidad es el segundo hijo del joven matrimonio.

El otro hermano, falleció con sólo dieciochos meses, cuando apenas comenzaba su vida, según el señor médico, de unas fiebres tifoideas que se juntaron con una bronquitis mal curada.

Sin embargo, su afligida madre siempre pensó y tuvo la certeza de que la causa real de la muerte de su hijito, no fue ésta, sino los hechizos, encantamiento y mal de ojos que le echó, la vieja Aldara, a la que todos, tienen en el pueblo por una maléfica y malvada bruja.

Es esta oscura y negra época de posguerra, llena de escasez y miserias, la mayor parte de la gente cree en todo tipo de supersticiones por falta de cultura y de letras.

¡ Qué le vamos a hacer, si las cosas eran así!

Cuando acaece una de estas desgracias, los ritos, leyendas y creencias ancestrales vuelven a revivir con renacida fuerza en la gente más humilde.

Las madres y abuelas amenazan y asustan a sus hijos y nietos pequeños, contándoles relatos aterradores, y tétricas y terroríficas historias de muertos, fantasmas, brujería, hombre del sebo…, que sólo consiguen asustar y amedrentar más aún, a los acongojados muchachos.




¡Si veis a la bruja por la calle, si os dá un caramelo, correr y no la miréis nunca a la cara ni a los ojos, pues os hechizará para siempre!

Estos requilorios y avatares corren por el pueblo de voz en voz y son motivo de charla en tertulias y seranos; las mujeres cuchichean cuando van al pilar, al comercio o cuando cosen sentadas a la puerta de la casa; los mozos y hombres en la taberna, el café o en cualquier esquina
.
Hay quién afirma y jura “hasta por Dios”, que es amiga del demonio y que tiene un pacto firmado con él: “ entregará su alma al mismísimo infierno con tal de conservar en vida los poderes y magia que posee.”

Otros dicen, que en las noches de luna llena, después de las doce y cuando todo el pueblo duerme, la han visto, salir por la puerta del corral de su casa, y llegar hasta las eras, envuelta en negras vestimentas hasta la cabeza y con la cara tapada, dejando ver sólo el maléfico y endemoniado brillo de sus ojos.

Allí, la han visto bailar alrededor de la hoguera, en medio y acompañada de seres extraños, de piel roja, pezuñas de macho cabrío y cuernos retorcidos, afilados y largos, enfrascarse en una frenética danza macabra, entonando cánticos obscenos y recitando oráculos en lenguajes ininteligibles hasta el agotamiento, caer al suelo, y desmayarse hasta perder el sentido.

Un día, con escasos tres años, Martín empezó a palidecer, perder la alegría y la sonrisa desaparecer de su pequeña y morena carita.

Desde que nació, había sido un niño sano y fuerte, que se criaba, hasta entonces con normalidad como los otros niños de su edad.

El experimentado y desconcertado galeno, no lograba dar un diagnóstico atinado, ni con la maldita enfermedad, ni al recetar, aunque fuera al azar, con el remedio adecuado; los siempre socorridos y eficaces baños de agua fría y friegas de alcohol de romero, no habían logrado nada.

Como médico se sentía frustrado con una gran preocupación, desaliento e impotencia; como persona, una profunda aflicción y desazón, pues sería el segundo hijo, que de no mediar un milagro, perdería la joven y trabajadora pareja.

Cada día que pasaba, al zagal se le veía más triste, engajerao, débil y pálido.

¡ Se está quedando más delgado que un “pelisco”, decía la gente.

La vida se le escapaba en silencio de su cuerpo, como un hilito de agua, que sale por el poro de la tinaja rota, sin que nadie se de cuenta, porque no llega a manchar el suelo, hasta que cuando más la necesitas y metes el puchero hasta el fondo, te percatas de que está seca y vacía.

La atribulada madre, mujer austera y religiosa a su manera, sometió al hijo a todo tipo de ritos y supercherías prohibidas por la iglesia y la religión aún a riesgo de perder su alma.

Con el niño sentado en su regazo, y a la tenue luz y reflejo del candil, añadía agua en un plato de porcelana y recitaba de carrerilla una retahíla de oraciones y jaculatorias; al final sumergía el dedo índice en la tibia aceite y dejaba caer en el agua del plato, la aceitosa gota que se había adherido a su dedo.

Al caer y chocar contra la lisa superficie, la gota se rompía, y diluía en el minúsculo y atrapado mar formando una imperceptible cortina de pequeñas olas.

¡ Vuelta a empezar de nuevo!

Así, una y otra vez, sin tregua hasta el agotamiento.

Al final, después de no sé cuantas veces, una dorada gota de aceite al caer se zambullía en el agua y permanecía entera e intacta sin fragmentarse, reflejando una irisada luz mientras flota, al ser traspasada por la cercana llama y luz del candil; si se repetía esto más de tres veces seguidas, el ritual y el conjuro se daba por terminado.

¡ Ni hechizos, ni sortilegios, ni conjuros! ¡ Nada sirvió !

Todo iba de mal en peor.

Esa noche ya tarde, sentados cerca de la lumbre, la desesperada familia, toma una última decisión, como quién se agarra a un clavo ardiendo, para intentar salvar al pobrecito Martín.

Es un hombre enjuto y delgado, fibroso, de piel morena curtida por las muchas horas de sol que ha padecido. Es puro nervio, inquieto y pendenciero, mala leche y peor beber, pero a la vez es desinteresado, noble, familiar y amigo de sus amigos.

Cuando la maza del reloj dá la última campanadas de las doce, un hombre joven atraviesa con paso rápido y decidido la solitaria plaza del pueblo.


Una brillante y oronda luna llena, colgada en lo más alto de la bóveda celeste le acompaña e ilumina con su luz y resplandor las blanqueadas paredes de las casas, reflejando sobre el pardusco suelo la alargada silueta de la torre del reloj del Ayuntamiento.

Andando a través de trochas, veredas y caminos, pocas horas le bastaron para recorrer más de dos leguas y llegarse hasta la solitaria choza donde vive, “el curandero”, al que acude en busca del remedio sanador.

De su ajada y sobada bandola, sacó un planchado e inmaculado pañuelo moquero de algodón, donde guarda envueltos unos mechones del rizado y negro pelo del muchacho.

En la penumbra del amanecer, cuando las luces van comiéndose a las sombras, un sudoroso hombre sube extenuado y jadeante la empinada cuesta, tan cansado que al llegar a la puerta de la tía Lucia, sostriba su ancha espalda contra la pared y deja caer el peso de su dolorido cuerpo sobre el poyo, tomando aliento y resuello antes de seguir y llegar hasta la casa de Martín, en la entrada de la calleja del Posito que va para el “Castillo”.

Eso fue hace dos días.

Hoy antes del amanecer, las miles de estrellas que brillan en la noche se han ido apagando con pereza y ahora cuando empieza a racear y despuntar el sol, en lo más alto del inconmensurable e imponente firmamento azul, un único, intermitente y pertinaz,” lucero del alba” sigue en su tozudez de no querer irse a dormir.

Desde la alcoba de la casa, a través de las rendijas de la ventana, llegan al exterior, el acallado llanto de unos padres y las alegres y sonoras risitas de un niño.
Puntos:
22-11-08 23:37 #1442506 -> 1439382
Por:Moragalla

RE: Las Brujas del Posito
Muy bonito Izquierdo. Una vez más tus relatos plantean reflexiones sobre momentos muy difíciles que afortunadamente ya son pasado. Estoy seguro que la historia que cuentas se repitió multitud de ocasiones... y que modificada o no es perfectamente real.

Por cierto ¿el nombre de curandero era un tal tio Tirana...?

Oí muchas veces a mi abuela contar casos de personas curadas por este curandero.

Saludos.

Moragalla.
Puntos:
23-11-08 09:29 #1442896 -> 1442506
Por:No Registrado
RE: Las Brujas del Posito
Me ha encantado, además conozco una historia que como minimo empieza igual, así que hasta les he puesto cara a los personajes.
De verdad, impresionante tu narrativa. Sigue así
Puntos:
24-11-08 18:37 #1447663 -> 1442506
Por:No Registrado
RE: Las Brujas del Posito
No recuerdo el nombre de ninguno de los "curanderos" de la zona.

Lo cierto es que en esos años, mucha gente acudía a ellos en busca de remedio.

Yo sólo conocí de niño al de Torrecilla, en una ocasión que me llevó mi madre; me mandó una botella llena de un líquido turbio y de no muy buen sabor y no recuerdo que es lo que me pasaba.

También los había en Cadalso, en Casar de Palomero y otro que venía todas las semanas al pueblo, y que recibía a la gente en alguna viña del camino de Hernán Pérez, quizás por miedo a la guardia civil o por denuncia del médico.

La verdad es que cobraban la voluntad y que había gente(quizás sujestión), que encontraban remedios a sus enfermeades y sus males.

Hoy en día hay pacientes hipocondriacos, que con simples placebos, dicen sentirse mejor.

Nunca he sido seguidor de este tipo de medicina, pero sí respeto a la gente que cree y confia en ella.

Un saludo.
Puntos:
24-11-08 19:41 #1447979 -> 1447663
Por:No Registrado
RE: Las Brujas del Posito
Tío Tirana, fue el curandero de Casar de Palomero, yo recuerdo a la gente que iba a visitarlo a su pueblo.
Una vez que yo tenía tosferina me quisieron llevar a el, pero el coche donde iba la gente, "La Rubia" de Tío Florencio Charranguina, iba llena y no pude ir, no obstante me trajeron una botella de agua, que no se si hizo algo.
A mi padre le oí contar el caso que le ocurrió a el: Padecía de fuertes dolores de muelas y fue a ver al Tío Tirana, naturalmente en una caballería, y el Sr. le dijo "Cuando salgas del pueblo para ir a Villanueva te encontraras una fuente, bebe un trago de agua y olvidate de las muelas" y eso fue lo que ocurrió, nunca mas volvió a tener dolor de muelas.
También cuenta que cuando se murió el curandero sacaron de su casa el dinero a sacos y lo cargaron en un camión, entonces los camiones no eran muy grandes.Lo sacó algún organismo oficial que hoy se correspondería con La Agencia Tributaria o algo parecido.
El curandero contaban que tenía aspecto de vivir en la mas absoluta miseria.
Un saludo.
Coral.
Puntos:
24-11-08 20:45 #1448433 -> 1447979
Por:No Registrado
RE: Las Brujas del Posito

Cuando yo era pequeño, fui a ver al tio Tirana. Tendría yo 8 años y mi madre me envió para no se qué con unas cuantas mujeres en la camioneta rubia que por aquél entonces tenía tio Florencio Charranguina.
Se que era un día de verano y al llegar al Casar de Palomero, paramos en una plaza donde había un pilar del cual se llenaban las botellas.
A continuación nos acercamos a la casa del curandero que estaba a muy pocos metros. Uno a uno nos acercábamos nos hechaba una mirada se daba media vuelta y sin hacer ninguna pregunta sacaba un pequeño recipiente y echaba en la botella un chorrito de aquél liquido, nos daba las botellas y así hasta terminar con todos. No se que clase de líquido milagroso era pero a todos nos daba del mismo y volvíamos a Villanueva tan contentos porque nos íbamos a curar de todos nuestros males.
No cobraba por la consulta si se podía llamar así, pero todos le daban una peseta como mínimo.
Saludos

Umionmendia.

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