La Pingolla de FELIX BARROSO "GUINDOS Y GUINDAS" Este articulo de opinión de FELIX BARROSO GUTIERREZ,que en el día de hoy 15/6/2015,a salido publicado en EXTREMADURA PROGRESISTA o DIGITAL EXTREMADURA. El sábado, 13 de junio, celebraron por todo lo alto a San Antonio de Padua en la aldea jurdana de Aceitunilla, la que se resbala ladera abajo a la sombra del serrano pico del “Ehpinagatal”, dentro del concejo de Nuñomoral. Al caer el día, se oían los toques del tamborilero Óscar Duarte Canuto. Tañía la vieja copla de “El Sindo”. Luego, por la noche, yendo ya corridas las dos de la madrugada, se desató la lluvia con ganas y la gente escapó de la verbena, buscando donde guarecerse. Un paisano, entrado en muchos años, exclamó. “¡Agua, agua, San Antoniu,/el queridu de tía Sinda,/de maramonti el arroyu/y que se rajin lah guíndah!”. En otra ocasión, acercándose las fiestas de aquella otra alquería de El Mesegal, también en la tierra de Las Hurdes, en la primera quincena de junio, sentí otra curiosa cantinela: “La luna del Mesegal:/lah mózah ehpatarráh/y lah guindítah rajáh”. Mucho tiempo nos llevaría diseccionar estas retahílas, tan cargadas de antropológica sensualidad. Ya lo haremos cuando estemos de vagar. Mateo Díaz Osuna era un mozo solterón al que, en el lugar, le llamaban Mateo “Jaca”. Tuvo mala suerte y falleció antes de tiempo a consecuencia de un accidente en una fatídica curva en el paraje de “Membrillares”, en términos de Zarza de Granadilla. Alterné por tascas y tabernas más de una vez con él. En cierta ocasión, me contó que, yendo a comprar pan en la casa de Ti María “La Tahona”, llegó un vecino del territorio jurdano pregonando guindas. Las traía a lomos de un mulo. Salió a la puerta Modesto Esteban García, marido de Ti María y al que todo el mundo conocía por Ti Modesto “Mariquita”. Desconocemos las razones de tal apodo, pero todo apunta a que tenían que ver más con el insecto coleóptero de tal nombre y perteneciente a la superfamilia “Cucujoidea” que con una persona de rasgos afeminados. Parece ser que a Ti Modesto se le iban los ojos tras de las guindas. Entró en tratos con el jurdano: “-A mí me dicin Modehtu -refería el tahonero dirigiéndose al hombre del mulo-, peru cumu de modehtu no tengu ná, si a usté se le jadi bien le cambiu la carga de guíndah pol un sacu de pan, y no me dirá que no sali uhté ganando, que se lleva el mejol pan que hay pol tóh éhtuh puébluh”. Se liaron ambos con el trato y el jurdano se las amañó para que en vez de un saco de pan fueran dos. ¡Jala -exclamaba Ti Modesto-, bien ve usté que de modehtu ná de ná! De un golpi ha vendíu toa la carga de guíndah, sin tenel que andal voceandu pol el pueblu, ni sacandu la romana, ni embaílsi con ótrah endróminah. El tratu eh el tratu”. Y chocando ambos las manos, se fueron los dos a celebrar el alboroque en la taberna. No sabemos si el hijo de Ti Julián Esteban Esteban y de Ti Juana García Jiménez, que había nacido el mismo día del terrible terremoto de Meiji-Sanriku (isla japonesa e Honshu), siendo el 15 de junio de 1896, cogió algún empacho con tantas guindas. Pero a quien no parece que le han sentado bien ha sido al periodista económico Mariano Guindal, asesor de la neoliberal Fundación de Estudios de Economía Aplicada (FEDEA) y asiduo tertuliano del cutre y rancio programa de “El cascabel al gato”, que emite la no menos carcunda TV13, y de otras emisiones de tal guisa en Tele Madrid. Guindal se ha pegado tal hartazgo de guindas que las ha vomitado todas cuando se ha permitido fijar un plazo de seis meses para que los nuevos ayuntamientos y comunidades autónomas vertebrados por candidaturas ciudadanas emergentes y escoradas hacia la izquierda ejecuten políticas “favorables al pueblo”. No sabemos qué entenderá él por la palabra “pueblo”, pero nos lo podemos imaginar a tenor de la ideología que le bulle en su sesera. De no ser así –afirma-, “en las próximas generales habrá un vuelco electoral a favor de las opciones conservadoras (PP)”. Y el señor Guindal, con las zurrapas de las guindas a medio digerir pegadas a sus labios, eructa de manera maloliente al perorar sobre la alarma que ha causado en el mundo empresarial y en buena parte de la ciudadanía el triunfo de tales candidaturas, que han llegado a cuestionar grandes operaciones inmobiliarias en Madrid y otros importantes proyectos en Barcelona. Con gran dramatismo, atemoriza, además, a la gente, alertándolas del peligro que supone que se paralicen las reformas emprendidas por el PP. Si se produce tal paralización –comenta- será toda “una bomba de relojería”. De la misma tesitura es otro del gremio de las guindas: el ministro de Economía Luis de Guindos, el cual dice mostrarse muy preocupado, ya que las nuevas políticas pueden malograr el crecimiento del PIB y que las posibles auditorías en ayuntamientos y comunidades harán que suba la prima de riesgo. ¡Maldita casta! Se creen en posesión de la verdad absoluta. Ellos o el caos. Que nadie interrumpa su discurso único y que nadie hurgue entre sus corruptos papeles. Solo las políticas neoliberales y conservadoras que llevan al pueblo llano de calvario en calvario son las únicas posibles y las que conformarán esa España Una, Grande y Libre con la que sueñan y que a los demás nos quita el sueño. Ya solo les falta tocar a rebato las campanas y aventar a los cuatro vientos aquello de “¡Españoles, la patria está en peligro, acudid a salvarla!”. Bellacos y villanos, de mendaces, viles y despreciables palabras. Ti Modesto “Mariquita”, nieto paterno de Ti Saturnino Esteban Caletrío y de Ti Francisca Esteban Gutiérrez, seguro que no se empachó con las guindas, que él era muy quien para hacer una reposada digestión y sacarle su provecho a sus sales potásicas, sus polifenoles, sus taninos catéquicos y sus flavonoides. Son otros los que se han empachado con el atracón y no frenan la cagalera. Pertenecen a toda esa casta que no saben tomarse con humor y con amor la pitada a ese himno que no es otra cosa que una marcha militar prusiana, regalada por el rey Federico II “El Grande” al monarca español Carlos III. Así que de pedigrí hispano, nada de nada. Otras huestes de la misma calaña que los que llevan la banderita rojigualda en sus muñecas pitaron y silbaron a José Luis Rodríguez Zapatero cuando estaba con el ciudadano Juan Carlos Alfonso Víctor María de Borbón y Borbón-Dos Sicilias en el Desfile de las Fuerzas Armadas y no pasó nada. Tal vez haya que darle la razón al escritor inglés Samuel Johnson cuando afirma que “el patriotismo es el último refugio de los canallas”, al hablar del patriotismo interesado de los poderosos, que son los que nos guindan nuestras carteras y, si pudieran, nos guindarían hasta el alma. El nieto materno de Ti Vicente García Jiménez y de Ti Josefa Jiménez Montero conocía las cualidades diuréticas, astringentes y expectorantes de las guindas y por eso las apreciaba tanto. Más de una vez se cayó del guindo Ti Modesto al caer en la cuenta de ciertas verdades y descubrir las miserias de este valle que los que van en enjaezados corceles pretenden que siga siendo de lágrimas para los que vamos escoteros y en humildes jumentos. Pero no las tendrán todas consigo esos jinetes tan encorbatados de las derechas que hoy, a la defensiva y zurrándose las patas abajo por la indigestión de las guindas, criminalizan y despotrican a diestra y siniestra. Ti Modesto se cayó del guindo y no se volvió a levantar un día en el que el calendario señalaba la onomástica de San Tiranión y San Peleo, en un febrero en el que buscaba la sombra el perro, solo un rato, que no el día entero. Si él hubiera vivido en estas fechas y hubiera visto cómo comienzan a abrirse las ventanas de casas consistoriales y de parlamentos autonómicos, a fin de que salga el aire viciado y entre el aire fresco y saludable, seguro que, con asombro y admiración, habría exclamado. “¡Échale guindas al pavo!”. |