Santibáñez el Bajo - Caceres

Este nuevo articulo de FELIX BARROSO GUTIERREZ que en el día de hoy 16/8/2014,a salido publicado en el diario !!!!!" DIGITAL EXTREMADURA"!!!!!" y la podéis encontrar dentro de la sección "OPINION.

Me llamaban “Tinaju” polque, siendo un dagalillu, me guhtaba muchu arrimalmi a lah capéah que jadían en la plaza, y una vé una vaca mu pegosa salió trah mía y me tuvi que metel en la casa de Ti Rogeliu, y la vaca jerri que jerri y no me queó otru remediu que champalmi en una tinaja qu,ehtaba a médiah de vinu”. Así me lo contaba Felipe Osuna Barroso, que pasó a la historia local como Ti Gelipi “Tinaju”. Pero él era un tío echado para adelante, que no hubo vecino más bragado para sortear a las vacas y los novillos en las capeas, siempre corriendo de espaldas y dándole la cara a las reses.

Felipe, a quien las carnes no le pesaban, nació el mismo día que el astrónomo estadounidense J. Allen Hynek. Era hijo de Ti Lorenzo Osuna Corrales y de Ti Engracia Barroso Miguel. Como a la fuerza ahorcan, no le quedó otro remedio que agarrar el fusil e ir a pegar tiros contra los que defendían la legalidad constitucional. Siempre pisando la raya roja, que nunca conoció el peligro. Por ello, fue uno más de los llamados “quintos del coñac”, a quienes les calentaban las sangres con el alcohol, les entregaban un buen acopio de bombas de mano y los enviaban a pecho descubierto contra las trincheras republicanas. Si salían con vida, les otorgaban un mes de permiso. Varias veces quedó solo en su escuadra, pero ni una bala le rozó. Estuvo casi más tiempo en su casa que en el frente. Tenía varias medallas al valor individual y de otras clases.

En febrero de 1938, en la contraofensiva que los mal llamados “nacionales” lanzaron, en el frente de Extremadura, para recuperar el puerto de Argallán y Sierra Quemada, coparon a una compañía del batallón “Mickiewicz-Palafox” de la XIII Brigada Internacional “Dabromski”. Aquella compañía estaba integrada por anarquistas ucranianos y la mandaba el oficial Taras Shevchenko. Varios fueron hechos prisioneros. A Felipe Osuna, que ya era cabo, se le encomendó la custodia de un pelotón de cautivos, que fueron llevados a Don Benito. “Había unu, que lo llamaban Andrín o Mandril –me refería Felipe- que chapurreaba algu el ehpañol, que a loh ótruh no había dióh que loh entendiera, y con esi traté algu, anque siempre me dicía que le diera máh “panirovochi”, que asina llamaba al pan”. Ti Gelipi “Tinaju” tenía muy claro que aquellos anarquistas ucranianos eran muy orgullosos pero valientes y conscientes de luchar por una causa justa. “No eran cumu moh loh habían pintáu a nusótruh -me relataba-, que dihpué me di bien de cuenta que loh nuéhtruh, loh de arriba y múchuh de loh de abaju, eran cien mil vécih peórih, que armarun cada chahcarina y jidierun cada charracina que me s,empeluzcan loh péluh cá vé que lah cuentu”.

Ti Felipe, nieto materno de Ti Manuel Barroso y Ti Micaela Montero y al que le dieron tierra el día de Santa Donata de 1992, no sabe cómo está hoy Ucrania. Mejor que no lo sepa. La maldita geopolítica de la OTAN y de la UE, teniendo como mascarón de proa los intereses geoestratégicos de los EEUU de Norteamérica, sigue haciendo de las suyas en el llamado “granero de Europa”. Muchos dedos apuntan a que las revueltas de noviembre de 2013 en la plaza que dio en llamarse del “Euromaidán”, en Kiev, capital de Ucrania, fueron aupadas y financiadas por el Departamento de Estado norteamericano a través de la “Stratfor” (Strategis Forcastig Income), una empresa privada especializada en servicios de inteligencia y espionaje, que está siempre presente en las reuniones del Consejo de Seguridad Nacional del país del Tío Sam. Había que derrocar al presidente electo ucraniano Víktor Yanukóvich y no había que reparar en medios. Las visitas a Kiev del senador yanqui John McCain y de otros variopintos políticos estadounidenses, canadienses, alemanes, polacos, lituanos o georgianos, a fin de alentar a los golpistas, son bien significativas.

No hay que andar con escrúpulos en el tema de los derechos humanos a la hora de arrimar Ucrania a Occidente, tal y como afirmaba no hace mucho Herry Kissinger, vergonzoso y vergonzante Premio Nobel de la Paz en 1973. La geopolítica no debe reparar en temas ñoños y sensibleros. Por ello, nada de hacer ascos a las ayudas prestadas a los grupos nazis y fascistas y de extrema derecha ucranianos, como “Pravy Sektor” o “Svoboda”, con tal de que la OTAN pueda desplegar algún día misiles en los campos de Ucrania y que la UE (todo ello con la supervisión de los Estados Unidos de Norteamérica) tenga acceso al gas y al petróleo del Mar Negro y al potencial agrícola de la nación ucraniana, capaz de alimentar a Europa entera.

Las encuestas realizadas en 2013, decían claramente que un 38% de la población de Ucrania prefería una asociación con Rusia, frente al 37,8% que deseaban una unión con Europa. Reñidos porcentajes. Pero la OTAN, la UE y los EEUU, como patrón del barco, se han pasado por debajo de sus sobacos tales encuestas. Tenían ganas de buscarle las cosquillas al gran oso ruso, envidiosos de los grandes éxitos económicos del país de los zares y de que, en un futuro próximo, se pudiera aliar con China y dejar al mundo atlantista y capitalista a la altura del betún.

La geopolítica, metida hasta los tuétanos en la gran mayoría de los medios de comunicación, nos quiere dibujar, mediante los sectarios pinceles que manejan los políticos estadounidenses y sus lacayos europeos, un mundo en el que la Guerra Fría puede volver, y nunca segundas partes fueron buenas. Y vuelven a sacarnos el fantasma del comunismo y sus crímenes, como si el mundo occidental no hubiese llevado a cabo genocidios, ya fuere con los judíos (ahora éstos se han convertido en genocidas en Gaza), con los miles de masacrados por las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki o en nuestros días con el ametrallamiento de cientos de inocentes por sus infernales drones y a causa de las guerras y golpes de Estado que urden (¡ay de la CIA y otras diabólicas agencias de inteligencia!) en cualquier punto del Globo. No se hartaron de exterminar a tribus enteras de indios en el pasado y continúan con los revólveres al cinto, como inmisericordes pistoleros. Y para más inri, otorgan el Premio Nobel de la Paz a sus oscuros o blancos dirigentes.

Ahora, cuando Rusia, harta de que le estén pinchando a todas horas, ha decretado el veto a determinados alimentos europeos, ya se habla de los miles de millones que perderán, solamente en España, determinados sectores hortofrutícolas, donde también están en juego 500.000 puestos de trabajo. Hasta el Gobierno de Extremadura, por boca de Miguel Córdoba, responsable regional de Comercio, se ha llevado las manos a la cabeza al ver que el mentado sector hortofrutícola de la comunidad autónoma perderá más de 600.000 euros. ¡Pobre de los medianos y pequeños agricultores extremeños, pagando, como siempre, los enjuagues y componendas de la geopolítica!

Mil veces mejor que aquel ucraniano a quien Ti Felipe “Tinajo” llamaba “Andrín” o “Mandril” (posiblemente fuera Andriy, cuyo significado es el de “valiente”), así como el oficial Taras Shevchenko y todos los brigadistas a sus órdenes, ya hayan desaparecido del mapa. Todos ellos, como arrojados soldados anarquistas del nominado “Ejército Negro” del legendario Néstor Majnó, no habrían aguantado tanta humillación. No obstante, pueden descansar tranquilos en sus tumbas, que otros modernos brigadistas españoles, con la bandera republicana flameando al viento y con la consigna del “No Pasarán”, les han devuelto la visita y se acaban de unir a los milicianos prorrusos que no quieren que la nación ucraniana sea pisoteada por insignias con barras, estrellas o fondos azules que anteponen la hipocresía de la geopolítica a los derechos humanos y a los derechos de los pueblos a autogobernarse en libertad.

Nuestro paisano Felipe “Tinajo” ya no puede tomar partido, pero sí lo deberían tomar “hasta mancharse”, como diría el poeta Gabriel Celaya, esa izquierda internacionalista española, tanto la vieja como esa otra que acaba de surgir y que, con sus ramalazos asamblearios y libertarios, viene empujando y nos llena de entrañables y heroicos recuerdos. La derecha ya hace tiempo que tomó partido por los guapos de los westerns y por los que se miran, obsesivos, sus ombligos españolistas y patrioteros.

Buenas tardes.