un pasado remoto. TIEMPOS PRETÉRITOS El maestro; don Emiliano. Mi maestro del pueblo. Un señor ya con 50, años con un poco de tripa, nos atendió ese día. Mi madre fue escueta “le traigo a mi hijo, que ha cumplido los 6 años el pasado mes.” -Muy bien, ¿traes una cartilla? No, “pues mañana la compras y a leer.” Y me quede. Eramos solo varones. Allí estaban ya un conjunto de críos de entre 6 y 14 años. Nos conocíamos todos. Conocías a sus familia, la importancia del status familiar, también a la hora de recibir algún castigo. El maestro tenía su método para hacerse respetar. Cogerte un pellizco en el brazo y retorcerlo a modo de tuerca. De eso se libraban algunos si el padre tenia un bar donde este acudía a tomarse un café. Esto sucedía en 1942. La hambruna se había instalado ya un año antes. Por esas fechas salían hacia Alemania los voluntarios de La División Azul. Uno de ellos era un hijastro suyo. José, hijo de su mujer. Que no volvería más. Hacia un año que había muerto mi padre. Y me estaba dando cuenta de la que se me venía encima. Más crudo de lo que nunca podía sospechar. Si, el pueblo eran labradores y ganaderos, esto ya era decir que compartíamos el espacio con los animales. Que había que cuidar alimentar guardar. Por lo mismo ya los críos teníamos faena a partir de los 7 años. Si una familia no tenia un burro, un cerdo, una docena de gallinas y un gato. Eras un indigentes por herencia. No eran nada divertidos esos inviernos con escasa vestimenta, sin la capacidad de aportar leña a casa. Un hecho de cierta crudeza. 'El frío tras la poca ropa' se decía, descalzos íbamos, para entrar en calor recurríamos echar una carrera, en eso consistían los juegos. La escuela pronto quedaría al margen. Las 4 reglas que era a lo que se aspiraba. No llegué a´aprenderla. Sería después en el campo y, previa copia, cuando aprendí que dos y dos no siempre son 4. Me cuesta comprender como pudimos superan tanto atraso y deficiencias sanitarias y de todo tipo. y sobre todo si te necesitaban para guardar animales recoger aceitunas espantar los pájaros del sembrado o cavar garbanzos. Debías de agradecerlo. Te estaban haciendo un favor, y tu sin enterarte. Hasta el año 53. de la égida del Caudillo. El pan tan 'básico' era un bien no al alcance de todos. Eso si es “un manual de resistencia” no de lo que presumen algunos. Llegaron con todo hecho. Un colegio líder del Opus, y a creerte en el Olimpo de los Dioses. Lo pasado difícilmente vuelve, es pasado. Los que venimos de una época lejana nos queda la experiencia. Y no hay nada inmutable. Ahora los tiempos mutan con mayor velocidad, lo estamos viendo, solo hay que ser un poco curioso. Lo que hoy esta vigente mañana es pura obsolescencia. En un plano general. Todo es presumiblemente volátil. No es lo mismo salir de un pasado atrasado y opaco, que asomarte a un amenazante porvenir de pandemias y guerras. Bueno, lo dejo, puedo haberme pasado algún pueblo. Emilio Rey. |