tal como Éramos (ii) Al caer la tarde,ya entre dos luces, la abuela Pascuala nos acercaba la cena a la huerta.Sopas de tomate que sabían a poco, luego se volvia a casa. Hacía de huevera,conocía ya a sus clientes de la capital,con sus tic y manías. Llevaba los gallos que habíamos criado en casa y nos veíamos obligados a vender. Los llevaba vivos atados por las patas. Con huevos, caza espárragos y quesos frescos. Éstas mujeres eran duras como el pedernal,iban y volvian en el mismo día con el burrillo y las aguaderas,con ollas que protegian la frágil carga. Cuando había espárragos,ya teníamos trabajo los críos. La escuela podía esperar. Un manojo de veinte unidades valía un real. Un pan 5 ptas, y pocas veces llegaba para comprarlo. Así que mi madre,visitaba a las gallinas mientras dormían para comprobar -de forma deshonesta- con cuantos huevos podía contar al día siguiente para comprar un cuartillo de aceite o un pan. Oír a los abuelos contar sus peripecias, en las noches de invierno al lado del fuego, viendo como ardían los leños,era la leche. Sus 4 hijos ya casados, trabajaban fuera y, de la casa nuestra a la suya solo había unos pasos. Oías cosas descacharrantes, en unas personas mayores,en unos tiempos de un atraso secular. "A tía Juana,le mandó el curandero (tenía cáncer)que le trajeran una culebra,y se la ponga en el pecho,haber si lo mata". Y recalcaba la abuela; "pues no; mató el cáncer a la culebra".Y yo que de lo único que puedo presumir es de cierta dosis de curiosidad, flipaba con estas historias. para mi amigo "manuel60" |