Arenas de San Pedro - Avila

Aparece por estos territorios un nuevo florero: Evaristo. Y comienza su andadura escribiendo: "Como demócrata, como republicano sólo me cabe pensar que los intereses particulares se han de subordinar al interés general, y aún más creo que en una democracia los intereses particulares coinciden con el interés general, porque de no ser así, los intereses particulares son privilegios y en una Democracia, en una República sólo cabe la igualdad, el mérito y la capacidad". Vamos, que el ciudadano Evaristo se ha estrenado con toda una filosofía de la vida que si el mismísimo Evaristo Ventosa lo hubiera dicho en su época nadie se hubiera asombrado que hubiera acabado en un manicomio. No me sorprendería que a partir de ahora, tras la filosofía pregonada por Evaristo, se hubieran puesto a echar humo todas las imprentas de todas las editoriales de libros de texto para introducir en los mismos tan profundos pensamientos. La Filosofía, la Sociología y hasta las Ciencias Políticas ya no van a ser lo mismo a partir de que el gran estudioso Evaristo ha pronunciado su gran tesis doctoral.

Estoy seguro que Evaristo ha mamado en las fuentes del incorruptible Robespierre, que sostenía hasta que fue guillotinado que "es preciso un gobierno republicano, esto es, democrático: estas dos palabras son sinónimas".

En fin, tras el alucinamiento al que nos ha sometido Evaristo, me quedo con lo que decía otro filósofo: "Lo que más confusión provoca en el espíritu es el uso que se hace de estas palabras: democracia, instituciones democráticas, gobierno democrático. Mientras no se las defina claramente y no se llegue a un entendimiento sobre su definición, se vivirá en una confusión de ideas, con gran ventaja para los demagogos y los déspotas".

Por mis partes, me permito dar la Bienvenida al ¿nuevo?