Arenas de San Pedro - Avila

Dedicado al meapilas de Evaristo, para que se vaya las patas abajo. Decía en un discurso que pasó a la historia el entonces Cardenal Primado de España, el día 30 de junio de 1958:

No fue el Alzamiento Nacional un mero pronunciamiento militar; si hubiese sido esto simplemente, habría fracasado al no triunfar en los primeros momentos en Madrid, Barcelona y Valencia. Fue el sano pueblo español el que se incorporó al ejército, dándole el carácter de Cruzada al luchar por Dios y por España. La Iglesia no hubiera bendecido un mero pronunciamiento militar ni a un bando de una guerra civil. Bendijo, sí, una Cruzada. Pío XI, por encima e independientemente de toda consideración política, bendijo a los que emprendieron la difícil empresa de defender los derechos de Dios y de la religión en España. La Iglesia enseña a dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. Cuando el poder se convierte en tiranía, entonces la sociedad tiene el derecho de restaurar el orden y una verdadera autoridad. Esta es la doctrina de los grandes doctores de la Iglesia, y a la cabeza de ellos Santo Tomás de Aquino, quien contesta que en este caso no hay subversión del orden, sino restablecimiento del mismo. Esta misma doctrina, durante nuestra misma Cruzada, la enseñó ya claramente Pío XI. ¿Quién puede dudar que en 1936 se había llegado en España a este estado de subversión y de anarquía, cuando se habían cometido desmanes, incendiado iglesias y cuando los mismos agentes armados del Gobierno habían allanadio moradas para cometer asesinatos? A esto se había llegado antes del 18 de julio. Más después de esta fecha, en vez de contener los crímenes y desmanes, dejaron que se multiplicasen. Funcionaron las checas, sin proceso alguno fueron millares las víctimas, la Iglesia Católica tuvo doce obispos mártires y más de siete mil sacerdotes y religiosos. Esto es lo que algunos olvidan y otros quieren tergiversar.

Que se conozca, a día de hoy la Iglesia no ha desmentido lo dicho en su discurso por el entonces Cardenal Primado de España. El algodón no engaña, señor meapilas barbudo. Anda, ve a confesar tus pecados al curato porque te vas a condenar, por pecador de la pradera y por "tontoelpueblo".

No señor del Bigotes no << Fue el sano pueblo español el que se incorporó al ejercito...>> sino los moros (de los que tan grato y trasero recuerdo aún tiene usted ), lo peor de Italia y algunos alemanes fanatizados. Con estos aportes se prolongó la Guerra.

Eso dígaselo a la Iglesia y hasta al obispo de Roma si fuera preciso. Lo que he escrito, lo dijo quien lo dijo y escrito quedó para la historia y para "eltontoelpueblo". Menos mal que, por lo que ha comentado mientras se ponía hasta el culo en la guindilla el de las barbas y el del pelo de la dehesa, el meapilas de ventosidades ya ha pasado por la piedra del confesionario y, por ser tan pecador de la pradera, el curato le ha puesto de penitencia el rezo de 200 Avemarías y 700 Padrenuestros, amén de dos años de abstinencia sin acudir a la guindilla. Ajo y agüa...

¡¡ Como está este buen hombre!!

¡Ventosidades....! Vete pa la guindilla a cantar el prietas las filas. Arriba España y abajo los colgajos.