Lo de Blessa, bien ¿ Y los demás qué? En una entrevista a Irene Lozano (diputada de UPYD) en los desayunos de la “Una” ante una insinuación de la periodista en el sentido de que UPYD se había adelantado al PSOE en presentar las querella contra los directivos de Bankia. Clara y tajante la respondió diciendo que el PSOE ni el PP hubieran presentado nunca la querella, porque ellos eran también parte del “Sistema” PP y PSOE dejan sus huellas en la estafa de las preferentes ( Boletín de UPYD) 12 de abril de 2013 Antes de que el sistema financiero español tuviera que ser rescatado con más de 40.000 millones de euros procedentes de Europa (ya que España no tenía ese dinero), ya se habían practicado otras fórmulas para salir del apuro. Cientos de miles de ciudadanos (la inmensa mayoría, pensionistas) compraron participaciones preferentes por un valor de 30.000 millones. Casi todos lo hicieron engañados, creyendo que eran otra cosa. Fue una estafa perpetrada en las entidades bancarias que contó con la colaboración del gobierno socialista (bajo su mandato comenzó), del Banco de España (que animó a la comercialización), de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (que debía vigilar y prefirió guardar los informes en un cajón) y del gobierno del PP (que no ha instado a la fiscalía a investigar y que pretende dar carpetazo al asunto con un Real Decreto). Sobrevolando todo el entramado se encuentran las dos columnas del bipartidismo español. PSOE y PP controlaban las cajas de ahorros (las que más preferentes vendieron), formaron los sucesivos gobiernos colaboracionistas o encubridores y tenían colonizados los organismos supervisores que miraron para otra parte. La diputada de Unión Progreso y Democracia Irene Lozano anunció ayer en el Congreso de los Diputados que su partido presentará una querella criminal por la estafa de las preferentes. Rosa Díez, portavoz del partido, confirmó por la tarde que se presentaría el lunes 15 de abril. Aunque el engaño es conocido desde hace tiempo, hay un elemento nuevo que resulta especialmente escandaloso: un informe de la CNMV en el que se describen las artimañas de Caja Madrid y Bancaja para mantener el precio de las preferentes artificialmente alto. Resumidamente, la treta consistía en utilizar para la compraventa de las participaciones unos procedimientos (un mercado) que no estaba pensado para ellas. Con un retraso injustificable, la CNMV impulsó la creación de un mercado transparente, similar al de la Bolsa. Aún así, Bankia siguió manipulando los precios en su propio mercado. Tres años después, todavía no se han resuelto los expedientes. Consta, además, que otras entidades también tienen investigaciones abiertas, aunque no se sabe (de momento) cuáles son. El asunto de las preferentes es una pieza más de un monumental entramado que se ha venido abajo con la crisis. En este entramado podemos encontrar a cada paso las huellas rojiazules del bipartidismo español. Casi todas los bancos se vieron afectados por la crisis tras la borrachera inmobiliaria de la burbuja, pero las cajas de ahorros, controladas sobre todo por PP y PSOE (sin olvidar la connivencia de IU, nacionalistas de variado pelaje, sindicatos y patronales) habían incurrido en riesgos mucho mayores. El motivo es la falta de profesionalización de sus órganos de gobierno y las interferencias políticas. Aunque los inspectores del Banco de España hicieron su trabajo y alertaron sobre el deterioro que reflejaban los balances de las cajas (hay documentos negativos sobre Caja Madrid de 2006, siendo gobernador Jaime Caruana), el regulador bancario no tomó ninguna decisión temprana. Y cuando lo hizo fue peor, promoviendo fusiones catastróficas. El Banco de España ha dilapidado todo su prestigio por plegarse a intereses políticos. Es al comienzo de la crisis cuando se perpetra la estafa, perfectamente organizada, de las preferentes, que sólo en España se han vendido a particulares. Las cajas se encontraron con enormes agujeros, y diseñaron un sistema para engañar a sus clientes de más confianza. La CNMV, como hemos explicado, miró para otro lado. Hoy, preside el organismo una exdiputada y exministra del PP: Elvira Rodríguez. Otro órgano colonizado por los partidos. Aunque ahora sus cargos ensayen poses crispadas por una fingida indignación, el PSOE era el partido que gobernaba España cuando todo esto ocurrió. Y ellos habían elegido al gobernador del Banco de España (M.A. Fernández Ordóñez, uno de los protagonistas más penosos de la trama) que animaba a la comercialización del artefacto financiero. A Bankia ni siquiera le bastó con lo captado mediante preferentes. Salió a bolsa y volvió a captar ahorro privado. Ese ahorro, el de los que compraron acciones de la entidad, también se ha evaporado. Este suceso está siendo investigado judicialmente gracias a la querella que presentó UPyD, y ha servido para sacar a la luz la nefasta politización de la entidad y de los supervisores. De nuevo, el Banco de España y la CNMV miraron para otro lado. Que era lo que interesaba a PP, PSOE y satélites. En el verano de 2012, la Unión Europea rescata al sistema bancario español con un crédito de dinero público que los españoles devolveremos con nuestros impuestos. Como condiciones por el rescate, se imponen pérdidas a los accionistas y a los poseedores de preferentes. El Gobierno no entiende que haya lugar a responsabilidades de los administradores ( en realidad comisarios políticos) de las entidades. En marzo de 2013, el Gobierno promulga un Real Decreto que se vende como una solución aunque aplica grandes pérdidas a los poseedores de preferentes, tal como explicó el diputado de UPyD Álvaro Anchuelo. La norma no establece ningún tipo de responsabilidad. Es, como la definió Irene Lozano con justa indignación, "el decreto del encubrimiento, del enterramiento de las responsabilidades y de la complicidad". La responsabilidad del bipartidismo en el desastre financiero y en los engaños con que trató de taparse es clamorosa. Aquellos ciudadanos que todavía sienten apego hacia las fuerzas políticas a las que siempre han votado, deben reflexionar. Si no confían en este relato de los hechos, que investiguen por su cuenta. Mientras tanto, UPyD entiende que hay responsabilidades penales por depurar. Y, como ha escrito Rosa Díez, las obligaciones de los partidos no se limitan al ámbito parlamentario, sino que deben llegar hasta el final de los asuntos que, como éste, afectan gravemente a los derechos de los ciudadano Extracto de la denuncia de UPUD ante la Fiscalía anticorrupción Primero.- Sobre CAJA MADRID y su aportación al Grupo BFA-Bankia de unos hipotéticos activos por valor de 152.230 millones de euros Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Madrid fue fundada en el año 1702. Desde entonces y hasta su integración en el SIP de BFA/Bankia que luego comentaremos, la misma ha estado regida por distintos Estatutos, dictados al amparo de las sucesivas disposiciones legales que han marcado la evolución normativa de las Cajas de Ahorros. La Entidad ha estado sujeta a supervisión del Banco de España, en cuyo registro de Cajas de Ahorro ha estado inscrita con el número 99 y con código de Banco de España 2038. Con fecha 30 de julio de 2010, Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Madrid (hasta ese momento, accionista último mayoritario de Altae Banco, S.A.), Caja de Ahorros de Valencia, Castellón y Alicante (Bancaja), Caja Insular de Ahorros de Canarias, Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Ávila, Caixa d’Estalvis Laietana, Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Segovia y Caja de Ahorros de La Rioja suscribieron un Contrato de Integración para la constitución de un grupo consolidable de entidades de crédito de base contractual. El Contrato de Integración establecía la constitución de un grupo en el que se integran las Cajas y que se articulaba en torno a la figura de un Sistema Institucional de Protección (“SIP”), constituyéndose de esta manera (supuestamente) la primera entidad financiera en activos totales de España, con unos activos totales consolidados pro forma a 31 de diciembre de 2010 de 292.188 millones de euros (Fuente: el posterior Folleto de salida a bolsa). El 3 de diciembre de 2010 se constituyó la Sociedad Central del SIP bajo el nombre de Banco Financiero y de Ahorros, S.A. (“BFA”), en la que CAJA MADRID contaba con un 52,06 % del capital social, Bancaja con un 37,7 %, Caja Insular de Canarias con un 2,5 %, Caja de Ávila con un 2,3 %, Caixa Laietana con un 2,1 %, Caja Segovia con un 2,0 % y Caja Rioja con un 1,3 %. -4- Mediante una simple operación aritmética podemos calcular que los activos totales hipotéticamente aportados por CAJA MADRID ascendieron a 152.113 millones de euros, a cambio de lo cual recibió un 52,06 % del capital social de la nueva entidad creada. Si atendemos al patrimonio neto aportado por Caja Madrid al nuevo grupo creado, el mismo ascendió a la nada despreciable cifra de 5.151 millones de euros, según refiere el propio Banco de España en sus informes de supervisión (pág. 8 del informe del BdE a la Comisión Ejecutiva de 9 de mayo de 2011, sobre “la aprobación de los proyectos de segregación”). Ese mismo día 3 de diciembre de 2010, el Consejo de Administración de BFA aprobó su adhesión al Contrato de Integración, como sociedad matriz del grupo nacido en virtud del Contrato de Integración y las Cajas aportaron a BFA el derecho a recibir el 100% de los resultados de todos los negocios desarrollados por ellas en todos los territorios a partir del 1 de enero de 2011 (el “Derecho de Mutualización”). Asimismo, la Junta General de Accionistas de BFA celebrada el 3 de diciembre de 2010 aprobó la emisión de participaciones preferentes convertibles (PPC), por un importe de 4.465 millones de euros, que fueron suscritas y desembolsadas íntegramente por el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB). Como posteriormente veremos, la posterior decisión (tomada con el voto favorable de los consejeros dominicales de Caja Madrid) de pedir la conversión de las PPC en acciones provocó que aflorara la verdadera situación patrimonial de BFA y que Caja Madrid perdiera el 100 % de su participación en el grupo BFA-BANKIA. Volviendo nuevamente al relato de hechos cronológico que venimos realizando, tras la constitución de BFA se produjeron sendas adendas al Contrato de Integración entre el 14 y el 17 de febrero de 2011 y los consejos de administración de las Cajas y de BFA aprobaron los proyectos de segregación de los activos y pasivos bancarios y parabancarios de las Cajas para su integración en BFA, que establecían que la aportación de los activos y pasivos segregados de las Cajas a BFA se realizaría compensando tal cesión con el “Derecho de Mutualización” mencionado anteriormente. Como balances de segregación, se consideraron los balances de las Cajas al 31 de diciembre de 2010 con las excepciones contempladas en los referidos Proyectos de Segregación, siendo la fecha de los efectos contables de dicha segregación el 1 de enero de 2011. -5- Finalmente, en esa misma fecha de 17 de febrero se firmó la Tercera Adenda al Contrato de Integración, en virtud de la cual se autorizó a BFA a fin de que pudiera excluir del perímetro de la sociedad que finalmente saliera a bolsa (a la postre Bankia), determinados activos que pudieran penalizar su atractivo. Para mayor claridad de esa Fiscalía, aportamos como Documento núm. 2 un cuadro con la estructura del grupo financiero BFA-BANKIA, realizada por los propios servicios de inspección del Banco de España, de la que resulta un supuesto balance total de 274.831 millones de euros. Segundo.- Las múltiples irregularidades detectadas por el Banco de España, sistemáticamente ignoradas por CAJA MADRID, que seguía presentando al mercado una imagen solvente y saneada. Como hemos visto el Grupo BFA-Bankia se constituyó sobre la base de unos balances de segregación de las Cajas al 31 de diciembre de 2010 (inclusive el correspondiente a Caja Madrid), siendo la fecha de los efectos contables de dicha segregación el 1 de enero de 2011. En virtud de tales balances Caja Madrid aportó unos activos de 152.113 millones de euros y un patrimonio neto de más de 5.100 millones de euros. Pues bien, como veremos a continuación, tal supuesta aportación fue absolutamente irreal, pues se realizó ocultando la verdadera situación de la Entidad, puesta de manifestó por el Banco de España en sus informes de inspección. En efecto, en prueba de lo anterior, aportamos como Documentos núm. 3 la carta de 14 de diciembre de 2010 remitida por D. Jerónimo Martínez Tello, Director General de Supervisión del Banco de España al entonces Presidente de Caja Madrid, D. Rodrigo de Rato Figaredo. Como Documentos núm. 4 y 5, acompañamos el Informe de la visita de inspección de CAJA MADRID del Banco de España de 3 de diciembre de 2010 y sus Anexos, que incluyen a su vez, entre otros documentos, el Informe de la visita de inspección sobre cartera hipotecaria minorista de 20 de julio de 2009 (Anexo 2). Y como Documento núm. 6 aportamos el Informe a la Comisión Ejecutiva de 9 de diciembre de 2010, sobre la visita de inspección de CAJA MADRID referida a 31 de marzo de 2009, actualizada a 30 de septiembre de 2010. Como veremos a continuación, el panorama presentado por el Banco de España a la -6- entidad era ciertamente preocupante: aumento de la morosidad, rentabilidad decreciente, solvencia ajustada, deterioro de la cartera crediticia, falta de profesionalidad, múltiples irregularidades en la cartera hipotecaria…etc. Tal situación real de la Entidad contrasta abiertamente con la información que CAJAMADRID seguía ofreciendo a los inversores. Como prueba de ella, aportamos, como Documento núm. 7, el avance de resultados del ejercicio 2011, que la propia entidad remitía como Hecho Relevante a la Comisión Nacional de Mercado de Valores el día 31 de enero de 2011 (pocos días después de recibida la carta del Banco de España antes mencionada). Como puede comprobarse, lo resultados anunciaban unos beneficios del ejercicio de 256 millones de euros (a pesar de haber realizado dotaciones por 1.300 millones), haciendo gala de una excelente salud financiera, como podemos observar en los siguientes datos publicitados en el informe: • Una hipotética reducción de la evolución de los saldos dudosos de 496 millones (arrojando un resultado positivo para la entidad de -6,4 %). • Una supuesta evolución interanual de los saldos de créditos dudosos de + 2%, en comparación con la supuesta evolución del sector bancario del +30 %. • Se anuncia un empeoramiento mínimo de la morosidad, que según se indica ha pasado del 5,43 al 5,44 (situación que nada tiene que ver con la realidad, como veremos). No contentos con ellos, se asegura que el denominado “sector cajas” cuenta con una evolución interanual cinco veces mejor que el “sector bancos”. • Se publicita una mejoría de los ratos de solvencia, que pasan del 10,10 % en 2008, al 10,60 % en 2009 y que continúan supuestamente mejorando en el 2010, alcanzando un 11,03 %. • Las conclusiones difundidas van en consonancia con los resultados publicados, y así, entre otras cuestiones se indica lo siguiente: “Grupo Caja Madrid cierra 2010 con unos resultados similares a los obtenidos en 2009, en un entorno económico complicado con numerosos focos de inestabilidad y en el que la recuperación económica está siendo muy compleja”. Control, gestión y reducción del saldo de la morosidad y de los activos adjudicados y adquiridos. Refuerzo significativo de los niveles de solvencia: Core Capital hasta el 7,10% y ratio total hasta el 11,03%. -7- Pues bien, a continuación veremos la situación real de la entidad, puesta de manifiesto pocos días antes por el Banco de España: 1. La verdadera situación de la entidad: solvencia ajustada, rentabilidad decreciente, morosidad elevada y falta de profesionalidad A diferencia de los triunfalistas resultados difundidos por la entidad una vez finalizado el ejercicio 2010, la verdadera situación de CAJA MADRID a esa fecha distaba mucho de ser buena o de haber mejorado, como se publicitaba. Así, en la carta de 14 de diciembre de 2010 (Doc. núm. 3) remitida por el Banco de España a CAJA MADRID se indicaba la delicada situación de la Entidad, que requería de importantes ajustes y reclasificaciones. Transcribimos a continuación dos de los párrafos más ilustrativos: “El desencadenamiento de la crisis financiera en el verano de 2007 ha ido trasladando sus efectos a la economía nacional, y de forma especialmente intensa al sector inmobiliario. Los primeros síntomas de deterioro de la evolución de Caja Madrid aparecen materializados en el crecimiento de la morosidad de las carteras hipotecarias, en la reducción del valor de los activos inmobiliarios y en la evolución de los márgenes por la caída de volumen de negocio y de tipo de interés a mínimos históricos”. […] “Como resultado de dichas actuaciones, se pusieron de manifiesto reclasificaciones de riesgos a activos dudosos por 1.297 M€ y a la categoría de subestándar por 1.425 M€, que suponen necesidades de saneamientos adicionales para la cobertura de dichos riesgos por 577 M€. El ratio de mora del sector promotor se incrementó del 11,6% al 20,8 %, tras dichas reclasificaciones, mientras que el ratio de mora toral se mantenía en el entorno del 5,4 %, debido principalmente al efecto positivo de las salidas de dudosos por la refinanciación de hipotecas minoristas morosas |