" Coses míes" "SE PUEDE SER HIPERSENSIBLE Y CHIQUITO" De la Calzada, se entiende. Y seguro que sí. A las personas, de entrada, hay que creérselas. Esto lo decía mucho mi abuela. Una, que tuve. Decía: a las personas hay que creérselas o volverse corriendo para la cama. Para mi abuela volverse para la cama era rendirse. Peor. Nunca la vi en la cama. Bueno, una vez. El día que se murió. Pero tenía una pierna fuera, como esperando a que nos descuidásemos. No nos descuidamos, se cansó de esperar y se murió, pero ella a las personas se las creía. De entrada. Se puede ser hipersensible y ser Chiquito de la Calzada, según, que va por ratos, y se lo cree seguro. Se lo cree a pies juntillas. ¿Qué rayos querrá decir a pies juntillas? Bueno, sé lo que quiere decir. Con los ojos cerrados. ¿Pero qué rayos querrá decir con los ojos cerrados. Yo no, por lo mismo: ni siquiera es muy correcto decir a pies juntillas. Es a pie juntillas, mejor, aunque no concuerde. Como a ojos vistas, que concuerda en número, pero no en género, y por eso no es a ojos vistos, pero tampoco a ojos vista, que es como lo hubiese dicho yo, sinceramente, si no acabase de mirarlo en el María Moliner. Por ejemplo en la frase: me estoy dispersando a ojos vistas. Si uno consultase más a menudo el María Moliner escribiría mejor, aunque le doliese más la espalda. Hasta que venga a salvarnos el e-book. Pues no lo sé. En el momento en que no pese sus dos kilos por tomo, el María Moliner perderá autoridad. Como cuando don Eleodoro, que daba dibujo técnico, adelgazó treinta kilos y aquella clase se le desmadró, dicho sea mutatis mutandis, puestos a usar expresiones que no entendemos, y me refiero ahora, naturalmente, a mí. "En el mundo hay un 50 por ciento de mujeres", esto no habrá quien lo discuta, espero, y que "las mujeres pueden ser tan malas, ignorantes, sexys, cabronas o listísimas como los hombres. “Pueden ser una persona hipersensible y ser Chiquito de la Calzada. No tienen término medio". Y uno está por creérlo, ya digo, porque a las personas, de entrada, hay que tal, pero no sé. Pablo Neruda podía escribir los versos más tristes aquella noche (escribir, por ejemplo, el cielo está estrellado) y nadie lo dudaba, pero porque eran tristes, los versos, ya desde el anuncio (y titilaban, azules, los astros a lo lejos, para más inri). ¿Alguien ha visto, en cambio, a Chiquito en las mujeres ? ¿Dónde? Quiero decir que hay un Chiquito en casi todas partes, pero en la mujer... Uf. |