La Rambla - Cordoba

Ante el drama del paro y llegar a fin de mes con un puñado de euros, la tristeza de Cristiano Ronaldo ¡Una pamplina!
«La princesa está triste… ¿Qué tendrá la princesa? / Los suspiros se escapan de su boca de fresa, / que ha perdido la risa, que ha perdido el color…» Estos son los primeros versos de una «Sonatina» del poeta nicaragüense Rubén Darío, incluida en sus «Prosas Profanas», poeta a quien consagraron como escritor reconocido internacionalmente dos cartas, publicadas en «El Imparcial», del egabrense, don Juan Valera.
La tristeza de Cristiano Ronaldo me ha recordado a la de la princesa de Rubén Darío. ¿Qué le pasa a Ronaldo? ¿Cuál es la causa de su tristeza? ¿Por qué no celebra los goles que marca? El mundo se ha conmocionado ante su tristeza. Es algo de gravedad tan extrema que en el planeta se contiene la respiración y se hace toda clase de cábalas para conocer su causa que, al parecer, es conocida en los ámbitos de su club. Las preguntas acerca de tan grave crisis -algunos anuncian el apocalipsis- se acumulan. ¿Es porque está mal pagado? ¿Quiere ganar más? Hay diferentes opiniones al respecto porque, según la revista Forbes, Cristiano Ronaldo se encuentra entre los diez deportistas mejor pagados del mundo. El año pasado, sin ir más lejos, ingresó 33Ž4 millones de euros, lo que equivale a poco menos de 100.000 euros diarios. Si esa es la causa de su tristeza, quienes, en este mundo dominado por lo material, sostienen que el dinero no da la felicidad, están de enhorabuena. Otros opinan que su tristeza está relacionada con no haber sido elegido mejor jugador de Europa durante la pasada temporada, galardón que ha ido a parar a manos de Iniesta. Otros más, sostienen que la tristeza que le impide celebrar los goles que marca, se encuentra en problemas de relación con otros compañeros de vestuario.
Sea cual fuere la causa de dicha tristeza, todo lo demás ha pasado a un segundo plano. La prima de riesgo, la decisión que Draghi vaya a tomar en los próximos días sobre la compra de deuda soberana, la subida del IVA, que a Cristiano Ronaldo le trae al pairo, que hace que nos volvamos a tentar, una vez más, los bolsillos. Todo es una cuestión menor, ante la tristeza del divo.
¡Menuda pamplina!
No he podido evitar acudir a la comparación de la tristeza de su rostro -no tengo datos, pero si el convencimiento de que tiene mucho de impostada- con los semblantes de los atletas paralímpicos que estos días celebran sus olimpiadas en Londres. Frente a la tristeza de Cristiano Ronaldo la felicidad expresada en los rostros de unos hombres y unas mujeres capaces de hacer frente a las limitaciones de sus minusvalías y de afrontar la vida con un espíritu de sacrificio y lucha que dista mucho de la actitud que mantiene el futbolista por causa de esa tristeza que, más allá de responder a alguna razón, tiene mucho de mediática. Tampoco he podido evitar acudir a la comparación con tantos y tantos padres de familia que se enfrentan al drama del paro o que afrontan lo mejor que pueden el llegar a fin de mes con un puñado de euros. Lo dicho… la tristeza de Cristiano Ronaldo ¡Una pamplina!