La Rambla - Cordoba

¿Qué le parece el esfuerzo de los millones de andaluces que impulsaron el crecimiento económico de Cataluña?
Definitivamente a don José Antonio Durán y Lérida no le caen bien ni Andalucía ni los andaluces. Los males de Cataluña, grandes y profundos, como los de cualquier otra parte de España y en algunos aspectos mayores, le llevan a buscar un chivo expiatorio que le permita justificarlos de forma chusca a su parroquia. Durán y Lérida, cual mosén trabucaire, con barretina calada hasta más abajo de las cejas, como aquellos malcontentos -en Cataluña los llamaban malcontents-, que se revolvieron en tiempos de Fernando VII porque el monarca les parecía demasiado liberal -ahí es nada- y suspiraban por el retorno de la abolida Inquisición, arremete contra Andalucía y los andaluces cada tres por cuatro. Como si en estos pagos tuviéramos la culpa del jolgorio vivido en aquellas tierras en tiempos del pujolato y del llamado tripartito.
¿Acaso tenemos la culpa los andaluces de que el recorrido del AVE por tierras catalanas sea un serpenteo impresentable? ¿Acaso tenemos la culpa de que hayan construido una estación, la del llamado Campo de Tarragona, bien bautizada porque está justamente en medio del campo y el taxi que te lleva a Reus o a Tarragona te cuesta casi tanto como el billete de tren desde Madrid? ¿Acaso tenemos la culpa los andaluces de que en el aeropuerto de Gerona apenas aterricen o despeguen aviones? ¿Tenemos nosotros la culpa del desmadre de Lloret de Mar donde hay calles por donde los vecinos se niegan a pasar? ¿Somos culpables de que sus arcas estén tan vacías que para ahorrar supriman la merienda de los presos o que sus médicos aprovechen la venida a Andalucía de emigrados en otro tiempo para que los médicos de aquí receten lo que los de allí no quieren recetar? ¿Tenemos los andaluces la culpa de que Millet y Montull saquearan millones y millones de euros del Palacio de la Música o que el defensor del pueblo de Cataluña haya hecho en tres años más de medio centenar de viajes -el promedio son dos por mes- a los destinos más insólitos como, por ejemplo, a las Islas Bermudas?
A don José Antonio Durán y Lérida habría que preguntarle, a propósito de sus arremetidas contra Andalucía y los andaluces tildándolos de vagos que sólo saben cobrar subsidios y estar en la taberna, ¿qué le parece el esfuerzo de los millones de andaluces, a los que considera catalanes según sus conveniencias electorales, que trabajaron, sudaron e impulsaron el crecimiento económico de Cataluña y siguen haciéndolo en industrias que durante el franquismo se montaron en Cataluña por decisión política?
Don José Antonio Durán y Lérida respira por la herida del 28 de febrero de 1981 cuando los andaluces pusieron patas arriba con su voto el diseño de Estado que, a su conveniencia, habían diseñado junto a vascos y gallegos, inventándose aquello de las nacionalidades históricas con la colaboración del PSOE de Felipe González y Alfonso Guerra, que sólo reaccionaron ante la amenaza que suponía al andalucismo cuya fuerza, la que se encargaría de dilapidar Rojas Marcos, le llevó incluso a tener presencia en el parlamento de Cataluña. Ahora, para consumo de su parroquia, trata de revivir un muerto que aquel 28 de febrero, tristemente hoy olvidado en su verdadero significado por los andaluces, se encargó de enterrar.

Lo lamentable de todo esto és que no hay en Andalucia ningún político que dé una palmada encima de la mesa y alze la voz reprochando las continúas declaraciones que salen desde los políticos catalanes hacia el pueblo Andaluz.

Por que los politicuchos Andaluces. (TODOS) Se han dedicado a pelearse por el sillón, en lugar de defender nuestra gente y nuestra tierra. Pero cuidadin, que ay gente pasando hambre, y eso és malo.