Laudio/Llodio - Alava

El PNV enseña sus vergüenzas

Egibar encabeza la multitudinaria marcha en protesta por la detención de los líderes de Batasuna

18 Octubre 09 - F. de la Peña

San Sebastián- El viernes, el portavoz del PSOE en el Congreso, José Antonio Alonso, elogiaba el «sentido de Estado y la enorme responsabilidad» del PNV. Lo hacía porque los nacionalistas vascos habían rescatado a Zapatero de la pesadilla de sacar adelante unos Presupuestos difíciles de tragar. Ayer, esos mismos hombres con «sentido de estado y enorme responsabilidad» se echaban al monte, o más bien a la calle, para arropar a los batasunos, a los amigos de ETA, ante las detenciones ordenadas por el juez Garzón.
Si el viernes Josu Erkoreka se situaba al lado de Zapatero y de Alonso y sacaba rédito de su mano salvadora, ayer Joseba Egibar, su compañero de partido, hacía lo propio junto a Rufi Etxeberria, uno de los detenidos que fue puesto en libertad tras comparecer ante el juez, en la manifestación que recorrió San Sebastián. Simbólicamente, los convocantes eligieron para el comienzo de la marcha el túnel de Antiguo, lugar de salida de la mayoría de las protestas abertzales, recorrieron la Concha y acabaron en el casco antiguo. Todo bajo el lema «En favor de la libertad. Todos los derechos para todas las personas». No sólo el PNV, EA y Aralar salieron en defensa, junto a los sindicatos vascos, de los batasunos detenidos por ser «instrumentos» de la banda terrorista. También Izquierda Unida. Su coordinador general, en una entrevista con Radio Euskadi, no dudaba ayer en criticar la detención de Arnaldo Otegi e insistió en que no comparte «que se ilegalicen las ideas».
Con Batasuna, sin Otegi
El PNV quiso moverse entre dos aguas. Su presencia era un apoyo explícito a los líderes abertzales, a los líderes del brazo político de la banda terrorista. Pero su discurso quería alejarse de esa idea. Egibar, portavoz parlamentario de los peneuvistas, se justificaba diciendo que el hecho de que estuviese en la protesta «no significa que haya una identificación ni con ETA ni con sus presuntos planes ni con el pensamiento de Arnaldo Otegi ni cosa parecida». Entonces, ¿qué hacía allí uno de los principales líderes del nacionalismo vasco? Defender, dijo, apoyar, a quienes «desde la palabra y el respeto a los derechos humanos de todos quieren construir un futuro en paz». Por eso, dijo, «estamos aquí», porque «creemos que se están vulnerando también libertades fundamentales y principios básicos de la democracia».
Aquellos a los que ayer defendía el PNV en las calles de San Sebastián hicieron al término de la marcha un llamamiento a «abrir un espacio civil para confrontar democráticamente contra el Estado». Así se expresaba el secretario general del sindicato ELA, Adolfo Muñoz, que subrayaba que la operación contra dirigentes de la izquierda abertzale supone un intento de «torpedear» un proceso «que tiene que acabar irremediablemente en que se confronte con el Estado de manera civil».
Recordó que el PP y el PSE «sacaron hace años la Ley Antiterrorista y su derivada, la Ley de Partidos, que tiene por objeto la involución». «Ese planteamiento involutivo se ve en todos los órdenes porque el Estado es esencialmente antidemocrático», denunció.
Minutos antes de iniciarse la marcha, el histórico dirigente de la izquierda abertzale Tasio Erkizia aseguró que la presencia de «la mayoría social y política» del País Vasco en la manifestación demuestra que hay una oposición mayoritaria en la sociedad vasca a «las “razzias” policiales» y su apuesta «clara» por «soluciones democráticas».
Además, recordó que «existe un pueblo, Euskal Herria» con unos derechos «sociales y políticos» que el Estado «debe de respetar». «La palabra es del pueblo y, por lo tanto, demos al pueblo lo que es suyo, que es la palabra, la libertad de expresión y de manifestación, así como de organizarse».
Erkizia, la manifestación «por la libertad», se producía pocas horas después de una noche de intensa kale borroka tanto en Ondarroa como en Bilbao, donde los radicales quemaron un autobús.
En el otro lado, el de los partidos nacionales, la crítica a la presencia del PNV en la protesta era unánime. La primera, en boca de Alfredo Pérez Rubalcaba, ministro del Interior: «Cada uno se manifiesta cuando quiere y yo respeto su libertad, pero que sepan que lo que está defendiendo hoy en la calle es una estrategia diseñada por ETA que sabemos dónde nos conduce». Patxi López, por su parte, criticó a los partidos que se manifestaron en San Sebastián al considerar que «cuestionan el propio sistema democrático» y se manifiestan «de la mano del abertzalismo radical» cuando no les gusta una decisión de la Justicia «aunque sea para impedir que ETA siga teniendo quien le dé cobertura».

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