Personajes notables de Villafeliche 3º Con esta 3ª parte termina este poema dedicado ha mi pueblo que hace muchos años escribio un poeta de Villafeliche,yo, lo habia oido de niño, y algunos trozos sueltos que mi padre se sabia, el año pasado el S. Alcalde tuvo a bien darme una copia, ya que el autor fue un antepasado suyo. Aunque pocos algunos se han animado ha entrar en el foro, haber si se convierte en costumbre. Venga animo. Si alguien esta interesado en tenerlo, solo tiene que darme su "Emilio" y pronto se lo pasare. La Semana Santa de Villafeliche Por Joaquín Esteban El Viernes Santo Juanita, chica, muchas cosas vi, como te lo cuente todo te gustara por que sí. Voy a principiar diciendo que a las diez de la mañana van los mozos a la iglesia con un saco de naranjas; el huerto donde el Señor tanto tiempo estuvo orando para el entierro ha de estar con naranjas adornado; dentro de este huerto van el ángel y el Padre Eterno y los tres santos apóstoles que son Pedro, Juan y Diego. El Pregón es por la tarde y sale a las dos del templo y recorre con la Virgen todas las calles del pueblo; también llevan una cruz y en la misma un lienzo blanco, en la cruz el redentor expiro crucificado. Dos penitentes muy serios van delante del Pregón toca el uno la trompeta y el otro toca el tambor; también llevan la bandera que vi subir al Calvario, entonces va desplegada y no hace trabajar tanto. Da gusto ver cuanta gente va acompañando al Pregón, sobre todo jovenzanas de la Villa y de Montón. Acuden muchas personas por la tarde al santo entierro de Fuentes y de Morata de Manchones y Murero. A las cinco de la tarde, sobre poco más o menos, un elocuente sermón predica el cura del pueblo, por cierto, Juana, que fue sermón de los de primera, se me puso el corazón tan duro como una piedra y lagrimas derrame no pocas, amiga Juana, para oír ese sermón es menester derramarlas. Se me olvidaba decirte que, antes de irnos al sermón, en el balcón estuvimos mi tía, mi prima y yo, cuando, de repente, oímos la música que tocaba un pasodoble bonito, aquello Juana hechizaba; ya los vemos que venían con mucha sal y marcando me fije en el pasodoble y comprendí que era el Gallo, cuando pasaron tocando por debajo del balcón fue cuando dije entre mí: que guapos chicos que son. En aquel mismo momento ya me pregunta mi tía: ¿Que te parece la banda? Y le conteste enseguida: - Muy bien tía, por que sí, por los chicos de la Villa. Hemos quedado, Juanita, en aquel sermón tan bueno que predico por la tarde el señor cura del pueblo. Cuando ya va a terminar el sermón el señor cura, el cuerpo del buen Jesús lo bajan de aquella cruz para darle sepultura. Lo mismo todos los fieles que los que llevan los pasos se ponen en movimiento, que a la ermita de San Marcos ha de ir el santo Entierro. Te voy a contar, Juanita, porque de todos me los pasos que de la iglesia salen con el Santo Entierro. Rompe la marcha la muerte provista de su guadaña, es el completo esqueleto de toda persona humana. Amiga Juana, la muerte todo consume y acaba, pues de la nada nacimos y volvemos a la nada. San Pedro sala el segundo, pues parece un mocetón, lleva las llaves del cielo y el gallo de la pasión. El tercero sale el Huerto, que bien adornado va, que bien puestas las naranjas por delante y por detrás. Un collar de las mejores le ponen al Padre eterno, las que serán regaladas al señor cura del pueblo. Detrás del huerto ya sale la peana de los judíos, que caras de herejes tienen que azotes llevan Dios mío. Amarrado a la columna va el Divino Redentor y le van amenazando los dos con mucho furor. Sale después una santa, mas no recuerdo quien es, ya caigo la Magdalena que va al entierro también; después de esta el Nazareno que lleva la cruz a cuestas y una corona de espinas que atraviesa su cabeza. Sale también San Juanico, detrás la cruz del pregón donde fue crucificado nuestro amado Redentor. Ahora sale la Virgen madre de la Soledad, que triste y desconsolada y que afligida va al entierro de su hijo, el que todo lo crió, y asiste también la virgen aquella madre tan pura, hasta colocar a su hijo en decente sepultura. Ya va saliendo la cama, Juana, que paso mas serio allí va el cuerpo de Cristo Dios y hombre verdadero. Ya cruzan por el osal, ya se aflige el corazón al ver en aquella caja al Divino Redentor. Aunque este clara la tarde cuando pasa todo esto, parece que se oscurece hasta el mismo firmamento. La música va tocando marcha fúnebre detrás, ¡pero que marcha dios mío! si, al oír hace llorar. Ya sale también el Clero y el ilustre Ayuntamiento, pues en el pueblo no hay nadie que no asista al santo entierro. Ya van entrando en la calle, Dios mío, Rey de los cielos y que tristeza que causa el presenciar todo aquello. Los acordes de marcha traspasan el corazón, “Descanse en Paz”, se titula, ¡que titulo, Santo Dios! Ya cruzaron por la calle, ya van entrando en la plaza, cuanta gente que se ve cuantas velas encendidas en balcones y ventanas; ya pasan por el Mesón, ya echan a subir la cuesta y ya los primeros pasos al pie de San Marcos llegan. Por fin ya llegaron todos, ya principian a bajar, que la noche se aproxima y habrá mucha oscuridad. Ya están todos en la Iglesia, ya dejan todos los pasos y al Cristo que esta en la cama todos quieren adorarlo. Y aquí termina Juanita, la tarde y el santo entierro; que todo tiene su fin en este mundo, es bien cierto. Te he contado amiga mía, todo lo que he visto yo; ¿que te ha parecido Juana? J- Superior Encarnación. E- Se me olvidaba decirte que, cuando esto ha terminado, acuden por la ración los que llevaron los pasos, compuesta de pan, y vino, y cañamones tostados. Unos huevos duros tienen en sus casas preparados; con estos y la ración se tiran muy buenos tragos y así terminan alegres la noche del Viernes Santo. (1)Adiós Juana hasta que quieras mis recuerdos a tus padres y también a tu hermanita y les dices que “hiré” pronto a hacerles una visita (1). Manuscrito en el original
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